lunes, 11 de mayo de 2009


Puerto Rican Free Trade Agreement
Estado Libre Asociado de Puerto Rico (E.L.A)



Surge de la puesta en práctica a su máxima expresión de la doctrina elaborada por el Secretario de Estado John Quincy Adams en la presidencia de James Monroe en 1823, que resumida manifiesta el interés de proteger las aéreas de influencia en el continente ante cualquier interferencia o intromisión de las potencias europeas en América.

La situación de conflicto interno en los Estados Unidos producto de la guerra civil o secesión entre los bandos Unionistas y Confederados que tuvo lugar entre 1861 y 1865 detuvo temporalmente los anhelos expansionistas de la “nueva nación”, retoman nuevos bríos con la victoria de los Unionistas liderados por el presidente Abraham Lincoln miembro del Partido Republicano.

Es a finales del siglo XIX en que se escenifica la guerra hispano-estadounidense (España-Estados Unidos), causada por el voraz crecimiento y conquista de este último de los antiguos territorios de México, los bloques de PODER se pelean acérrimamente por el control de las colonias a escala planetaria por motivos económicos en la búsqueda de apertura de nuevos mercados, ya que los internos se encontraban con la demanda totalmente satisfecha.

En ese sentido, requería a toda la costa la consolidación no solo como potencia regional sino mundial, con ese objetivo invade: Cuba y Puerto Rico en el Caribe, Filipinas, las Marianas y Hawai en el océano Pacífico.

En el caso de Puerto Rico, es el único país caribeño donde convergen las Antillas Mayores y las Antillas Menores, en el que las islas de la Culebra y Vieques forman parte de un arco pronunciado hasta las costas de Venezuela. Por tanto, son una de las principales vías de acceso para manejar el flujo comercial en ambos sentidos, de América con el resto del mundo y viceversa y entre sí, es decir, Europa, África, el este de América del Sur, la América Central y América del Norte, constituyéndose una zona geoestratégica en el dominio de los mercados.

La colonización de Puerto Rico representó un traspié en el camino de la Libertad y la Independencia, porque en 1898 se estrenaban los poderes de la carta autonómica otorgados por la Corona Española cuando regencia María Cristina, naciendo un régimen de subordinación política a una nación extranjera (EE.UU.) con una cultura, idioma e idiosincrasia diferentes.

La hegemonía se fortalece a inicios del siglo XX teniendo su más dramática expresión en la vida de los centrales azucareros, los obreros explotados por el capital anglosajón quienes se llevaban los extraordinarios beneficios del trabajo de los puertorriqueños y fruto de la tierra, mediante instrumentos jurídicos: la ley Foraker en 1900 y la ley Jones en 1917.

Las leyes impuestas garantizaban el poder político en manos de funcionarios civiles de la potencia ocupante y declaraba a Puerto Rico territorio de los Estados Unidos “organizado pero no incorporado”, asimismo, se concedía la ciudadanía a los borinqueños. El Gobernador seguía siendo nombrado desde Washington, además de los deberes militares como por ejemplo: ir a la guerra por defender los intereses ajenos arriesgando hasta la vida (Vietman, Irak).

Así llegamos a 1950, con la creación del Estado Libre Asociado (E.L.A), se aprueban una serie de instrumentos jurídicos que regulaban la relación de Puerto Rico y el gobierno Federal (EE.UU.), desembocando en el nacimiento de una nueva Constitución Estadal que brinda el nuevo “STATUS” firmado por el presidente Harry Truman.

Cabe señalar que hoy en día posee la misma forma de gobierno, se debate si el “STATUS” de 1950 es el más indicado para el desarrollo de esta nación latinoamericana, puesto que una serie de problemas públicos y notorios evidencian un desgaste del mismo. Este se vendió como un modelo de: oportunidades, bondades, éxitos, felicidades, logros, sin embargo, la realidad muestra otros escenarios, la pregunta que cabe formularse es la siguiente: ¿la crisis es coyuntural o estructural?

Un primer grupo el sector pro-anexionistas, piensan que es coyuntural, una vez resuelto ciertas variables se saldrá de esta situación: no habrá más desempleo, no cerrará más fábricas, los precios se estabilizarán, no emigrarán más personas de Puerto Rico a Estados Unidos, enrumbándose hacia la senda de crecimiento sostenido.

Otro grupo los pro-independentistas, aseguran que es estructural, a largo plazo por la dependencia aguda con el mercado estadounidense sin la posibilidad soberana de tomar decisiones fundamentales en su vida como nación.

Más allá de las posiciones existentes, la economía puertorriqueña se viene deteriorando desde 1973 en coincidencia con el embargo de hidrocarburos por parte de los países exportadores de petróleo (O.P.E.P), en apoyo de las naciones árabes enfrentadas con Israel, los precios pasan de $ 4 a $12-$15 el barril impactando en el mercado global especialmente en los emergentes.

En efecto, las razones de afectación fueron las siguientes: 1) una matriz energética con 98 % de hidrocarburos importados que abastecen 4 termoeléctricas: Arrife, Costa Azul, San Juan y Palo Seco, 2) la eliminación de las vías ferroviarias sustituyéndose por el autobús y automóvil como transporte masivo, los cuales necesitan de enormes cantidades de combustible para su funcionamiento, 3) las instalación de refinerías y petroquímicas para un país que no poseía ni ejercía control del petróleo.

Así pues, provocó el endeudamiento abismal durante 25 años en todos los niveles de la administración pública, para generar recursos suficientes y financiar el levantamiento de un “aparato productivo”.

Era lógico pensar que un modelo económico orientado al exterior, las respuestas vendría de afuera (EE.UU.), es así como se crea: los cupones alimenticios para subsidiar el consumo de los estratos menos favorecidos, un subsidio básicamente a las empresas manufactureras, la fijación del salario mínimo, dichas medidas se plateaban como la salida para solucionar la situación.

De modo que, a más de cinco décadas de la constitución del Estado Libre Asociado (E.L.A) con el mercado estadounidense exento de la cancelación de aranceles, se puede decir que no favorecieron realmente el desarrollo endógeno autentico, impulsando a los puertorriqueños a una menor calidad y nivel de vida según sus capacidades tales como: la imposibilidad de establecer relaciones soberanas con otras naciones hermanas, el escaso estimulo a la industria, fijación del salario mínimo que tardó 10 años en aumentar de $5.15 a $ 7.25 en 2009, la emigración de 40.000 puertorriqueños anualmente hacia Estados Unidos, 200.000 personas en la economía informal que generan cerca de $ 10.000.000.000 , las ventas de automóviles cayeron en un 30% en 2006, las ventas de las casas descendieron en un 25% para el 2006, son síntomas de una crisis estructural.

Finalmente, ¿qué impide el desarrollo?, a todas estas, la respuesta es relación sumamente dependiente con los Estados Unidos que no permite tomar decisiones en asuntos indispensables. Por consiguiente, se restringe la creación de capital de inversión para dinamizar y agilizar la economía a un nivel de producción idóneo, facilitando el ahorro de parte de sus ingresos, así de esta manera, se rompería el círculo vicioso de la falta de crecimiento real.

LIC. MANUEL TEMPONI RODRIGUEZ
http://manueltemponi1981.blogspot.com/

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