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domingo, 26 de junio de 2011

El punto de vista aimara

José Luis Ayala, periodista, historiador y escritor, exeditor cultural de LA PRIMERA, expresa en este artículo la posición de los aimaras, sobre la reivindicación de lo aimara, que ha motivado en los medios de comunicación de Lima diversas reacciones, algunas hostiles o de desdén, ante las posiciones expresadas por el líder aimara Walter Aduviri. El texto, que puede generar polémica, es de suma utilidad para quienes desconocen el tema.

Rosa María Palacios, en un programa nocturno de la televisión limeña, hispana, criolla y achorada (1), dijo que la respuesta de los aimaras, frente a la minería y explotación petrolera “es irracional” (2). Esa agresiva forma de hablar demuestra que así piensan quienes no entienden que el Perú está conformado por distintas naciones, por diferentes formas de pensar y que no hay un solo imaginario social.

También es una prueba que cierto periodismo limeño está al servicio incondicional del saqueo y depredación de las riquezas naturales del Perú (3).

Decir además que si los aimaras no quieren minería ni petróleo que se queden pobres, es aseverar que estas actividades han traídos prosperidad y desarrollo para el altiplano del Kollao y eso no es verdad.

Aunque hasta ahora no hay estadísticas ni estudios acerca de cuántas toneladas de minerales han salido de Puno durante la época de la Colonia y la República; sin embargo, se puede aseverar, la minería solo ha traído hasta ahora, enfermedades, desgracias, violencia, pobreza y muerte (4).

El poder mediático ejercido por algunos medios de comunicación masiva a cargo de conocidos monopolios, se sintió ofendido y sorprendido que el inefable Beto Ortiz, no solo entrevistara a Walter Aduviri Calisaya, sino que el líder aimara se negara a ser humillado y ser conducido como un vulgar delincuente por las calles de Lima.

Aduviri decidió quedarse en el recinto de la televisión, pero si no tenía el apoyo de los aimaras que estaban afuera, lo hubieran golpeado y arrastrado tal como lo hace el sistema represivo, cuando se trata de personas pobres y más si son quechuas, aimaras o proceden de los pueblos amazónicos.

Sin precedentes
Es necesario anotar que este hecho singular ha quebrado el lenguaje desde los propios medios y ahora, ya no se usa más ni se usarán los agresivos y discriminantes términos: indios, indígenas, serranos, cholos, nativos, salvajes, oriundos. Los periodistas que informaban decían: “Walter Aduviri, líder de la Nación Aimara”.

¿Qué ha sucedido? Estamos frente a un hecho sin precedentes, el lenguaje de la cultura dominante ha cambiado. Pero sobre todo, ha quedado demostrado que los derechos humanos, también pueden alcanzar a pueblos y naciones sojuzgadas durante siglos.

Es verdad, la Nación Aimara ha conseguido que Walter Aduviri Calisaya no duerma en un hediondo calabazo de Lima. Tampoco sea esposado y llevado del cuello para que sirva de escarmiento. Menos que se presente a declarar y quede detenido.

Aunque tampoco se justifica que haya habido en Puno, actos de vandalismo, ataques, saqueo e incendio de oficinas públicas. Son hechos que deberán ser investigados y sancionados quienes desde las sombras surgieron especialmente para quemar documentos referidos al contrabando, lavado de activos y evasión de impuestos. Esas son acciones graves y debe haber sanción para los culpables (5).

Walter Aduviri Calisaya y los aimaras nos han recordado las heroicas luchas de los sacrificados “mensajeros” aimaras, a Juan Bustamante “El viajero”, a Manuel Z. Camacho, Teodomiro Gutiérrez Cueva “Rumi maki”, Ezequiel Urviola, Carlos Condorena, Rita Puma, Mariano Paqo Mamani, a los héroes civiles de Wancho Lima (6), María de La Paz Chanini, Gamaliel Churata, Francisco Chuquihuanca Ayulo, al cura Valentín Paniagua y a Telésforo Catacora (7).

Como también a Remigio Franco, Mario Franco Inojoza, Manuel A. Quiroga, José Antonio Encinas y José Antonio Callamuyo (8), entre otros inolvidables personajes, quienes lucharon desde distintos campos y tiempo, para que la Nación Aimara fuera reconocida.

Por un trato diferente
Aunque la realidad de la Nación Aimara es ahora distinta, dialécticamente hablando sigue siendo la misma porque todo ha cambiado y porque tampoco nada ha cambiado.

La Nación Aimara afronta hoy problemas sociales irresueltos del pasado y se enfrenta valientemente al Estado por los que ahora agobian a sus habitantes.

Pero esta movilización no se parece a las anteriores porque, como bien dice Anduviri, la Nación Aimara no ha sido consultada para el establecimiento de nuevas minas en la región.

Ese hecho grave atenta contra los derechos humanos de los aimaras y no se resolverá como antes, encarcelando, matando a sus dirigentes.

¿Qué ideología mueve a los aimaras? Hay varios elementos que los impulsa a esta movilización que solo terminará con la derogatoria de las leyes que amparan a los depredadores de los sistemas ecológicos:

El deseo de descolonizar el poder y establecer un nuevo tratamiento social a la Nación Aimara. El respeto a la cosmovisión andina que es una distinta visión del mundo, tiene que ver con la dialéctica, la política, la moral y la ética andina.

El reconocimiento a la Nación Aimara como parte sustantiva del Estado-nación y exigencia de millones de personas a un trato humano y diferente accionar político, porque han sido desterrados e invisibilizados por todos los gobiernos durante la República criolla.

Falsedad
En una entrevista televisiva que se le hizo al excanciller Fujimorista Francisco Tudela (9), dijo que los aimaras del Perú podrían tener cierta influencia del movimiento tupajcatarista de Bolivia.

Nada más falso y equivocado porque incluso la prédica del mallku Felipe Quispe (10) no ha calado y ni siquiera se le toma en cuenta. Lo que no se dice debido a un absoluto desconocimiento a la realidad, es que la Nación Aimara, a través de sus más esclarecidos ideólogos y líderes, han emitido tres manifiestos políticos (11).

La lectura de esos documentos podría servir para hacer un análisis mucho más correcto acerca de lo que sucede ahora.

Desconcertados la mayoría, no todos, de los analistas criollos, afirman equivocadamente que los aimaras se movilizan porque no quieren aceptar el progreso ni el desarrollo. Esas palabras hoy no tienen sentido en el mundo globalizado.

En el siglo pasado, ningún país del mundo logró un desarrollo social y económico, esos modernos y culturosos conceptos han fracasado, descansan en paz. Lo que sucede es que los aimaras hemos entrado a un nuevo tiempo histórico.

La Nación Aimara ha empezado un lento proceso histórico de descolonización del poder, hoy reclama sus derechos y sobre todo que sus habitantes deban ser tomados en cuenta para cualquier toma de decisión política.

Todo indica que hemos llegado a un punto de quiebre, de aquí en adelante, los gobernantes nos darán, con seguridad, un trato distinto a un conglomerado humano con una distinta cultura y visión de la historia.

Un hecho que es absolutamente seguro es que muchos de los improvisados políticos, analistas criollos y “periodistas” ocasionales, desconocen lo que se ha venido a llamar el imaginario social aimara.

Contaminación
Por supuesto, al presidente Alan García, a sus ministros y dueños de las mineras transnacionales no les interesa el tema, pero deberían tenerlo en cuenta. Si ahora tratan de forzar más, lo único que encontrarán será una respuesta mucho más grave.

Nadie quiere que haya muertos, pero después de una batalla legal ganada por la Nación Aimara, tampoco sus líderes retrocederán para finalmente permitir que se siga contaminando el río Ramis y sobre todo el lago Titicaca.

Pocas personas han leído un libro fundamental denominado: Lago Titicaca, gran maravilla del mundo de Andrés Choquehuanca Huanca (12). Ese texto señala cómo es que el río Ramis prácticamente ha sido maltratado durante muchos años debido a las inadecuadas construcciones “como defensa”, en las sucesivas inundaciones. Demuestra que la minería artesanal y la gran minería, han terminado por matar todo vestigio de vida acuática.

Lo más alarmante de este trabajo es la advertencia que si se sigue arrojando deshechos de minerales, el lago Titicaca debido además a la falta de deshielos y lluvia, en cien años se convertirá en un gigantesco pantano. Nadie ha dicho nada después de la seria advertencia de Choquehuanca.

Entonces, cuando la Nación Aimara y Aduviri señalan que defenderán la vida del Titicaca, tienen razón porque si desaparece el Titicaca, donde están nuestras pakarinas, todo moriría, siendo una de las principales causas los relaves de la minería especialmente informal.

La lucha de la Nación Aimara, como se puede ver, no es de ahora ni tiene solamente motivos racionales para oponerse a la depredación de su territorio y después ser condenados a una miseria terrible y por siglos.

Imaginario aimara
Entonces, es necesario entender el imaginario aimara. Según el Diccionario de la Lengua Española, se llama así a un adjetivo que denota algo que solo tiene existencia en la imaginación personal y colectiva. Fue el filósofo Cornelius Castoriadis (13), quien usó por primera vez este concepto y normalmente es usado en el ámbito de las ciencias sociales para designar representaciones sociales que se producen en el tiempo.

Esta acepción también se usa normalmente como sinónimo de mentalidad, cosmovisión, conciencia colectiva o ideología.

Es verdad que cuando Castoriadis usa esta palabra tiene una referencia exacta, toda vez que resulta una categoría conceptual desde el materialismo para explicar la presencia y valor que tiene lo material sobre la vida social. Para Castoriadis, la creación de una colectividad social no es posible explicarla entendiendo que todo se crea y nace solamente por una necesidad material.

En fin, este es un tema que recién empieza a discutirse y que sin duda servirá para aprender más y mejor la nueva realidad de la Nación Aimara. No se trata de un aspecto territorial ni de escisión de pueblos para formar otra República, es un sentimiento étnico enraizado en la memoria histórica y en el imaginario social indestructible.

La Nación Aimara tiene razón y sus luchas siempre han sido justas. Todo indica entonces que es verdad la aseveración con la que empieza el manifiesto del Tiawanako: “Un pueblo que sojuzga a otro, no puede ser libre” (14).

NOTAS

1.- Achorada. Se llama así a una extraña forma de hablar y comportarse, lo que denota una absoluta falta de respeto al buen hablar y comportamiento ante las demás personas. El achoramiento es típico de quienes se sienten socialmente desclasados.

2.- Lo irracional puede referirse a lo opuesto a lo racional y a la razón. Es también algo relativo a la irracionalidad, opuesto a la racionalidad. El irracionalismo es un tema referido a una irracionalidad o a la demostración de falta de razón. En otras palabras, quienes no pensamos como ella estamos condenados a ser estigmatizado, desterrados, por tanto, no tenemos razón en nada.

3.- Las zonas donde hay minas son las más pobres, los campesinos que viven cerca de ellas resultan ser los más afectados por miseria creciente.

4.- Los trabajadores mineros son los más afectados por enfermedades propias de uno de los oficios más duros.

5.- Es decepcionante constatar que después de tantos años, no hay ningún culpable en el asesinato del alcalde de Ilave, Cirilo Robles Callomamani. ¿Sucederá lo mismo? Veremos y escribiremos.

6.- José Luis Ayala. Wancho Lima, cronivela. Editorial San Marcos. Lima, 2005.

7.- José Luis Velásquez Carambel. Las luchas por la escuela in-imaginada del indio. Universidad Nacional del Altiplano, Puno, 2010.

8.- Augusto Ramos Zambrano. Aimaras rebeldes. Instituto de Estudios Históricos Pukara, Arequipa, 2007.

9.- Francisco Tudela, hijo del embajador Felipe Tudela y Barreda, y de la baronesa holandesa Vera Van Breughel-Douglas Berindei. Estudió en el Colegio Maristas (San Isidro), hasta 1971. En 1973 estudió en la Pontificia Universidad Católica del Perú Derecho y fue profesor en esa casa de estudios. Fue canciller y vicepresidente del Perú durante el segundo gobierno de Alberto Fujimori. Parlamentario, fue miembro del Congreso Constituyente Democrático. Ministro de Relaciones Exteriores en 1993 y en 1998. Estuvo como rehén en la Toma de la embajada japonesa en Lima entre diciembre de 1996 y abril de 1997. En el 2000 postuló a LA PRIMERA vicepresidencia del Fujimorismo, fue congresista, viajó a Chile, a su regreso al Perú se vio envuelto en un litigio con su padre por una cuantiosa suma de dólares.

10.- Mallku Felipe Quispe Huanca. Nació el 22 de agosto de 1942 en Axllata Grande, provincia de Omasuyu. Mallku en aimara significa el cóndor o autoridad originaria aimara. Líder aimara, fundó el Movimiento Indígena Túpac Katari (MITKA) en 1978, después formó la organización política Ayllus Rojos. En 1990 creó el Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK) pretendiendo refundar Bolivia mediante la restauración del sistema incaico. Fue encarcelado por subversión y después de cinco años en la cárcel de Chonchocoro, salió en libertad por falta pruebas en su contra. Fue elegido secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), ingresó a la universidad para estudiar Historia. Escribió Túpac Katari vuelve y vive carajo, El indio en escena y Mi captura. Postuló en las elecciones presidenciales en 2002, en las elecciones presidenciales de 2005, postuló sin éxito. Actualmente está en contra de Evo Morales.

11.- José Luis Ayala. Aymar marka. Nación Aymara. Manifiestos políticos. Páginas 269 al 290, Fondo Cultura Peruana, Lima, 2009.

12.- Andrés Choquehuanca Huanca. Lago Titicaca, gran maravilla del mundo. Viamonte Impresores, Juliaca, 2010.

13.- Cornelius Castoriadis. Nació en Estambul, 11 de marzo de 1922 y falleció en París, 26 de diciembre de 1997. Filósofo y psicoanalista francés de origen griego, defensor del concepto de autonomía política y fundador del grupo político Socialismo o Barbarie y la revista del mismo nombre, de tendencias próximas al luxemburguismo y al consejismo. Abandonó el marxismo para adoptar una filosofía original y una visión cercana al autonomismo y al llamado socialismo libertario.

14.- José Luis Ayala. Aymar marka. Nación Aymara. Manifiesto del Tiawanako, 1973. Página 271, Fondo Cultura Peruana, Lima, 2009.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Washington expande usurpación militar al Perú

La finalidad del proyecto García-Washington es doble: a) crear condiciones políticas-militares represivas que garanticen que el ascenso del movimiento de masas peruanas no lleve a un candidato presidencial popular al poder, sino a una figura oligárquica; b) facilitar que el expansionismo militar monroeista pueda llegar al Cono Sur.

Por: Heinz Dieterich


Mientras Uribe-Bush-Obama y la UNASUR negocian todavía en Quito la usurpación militar del espacio andino, Washington ya está dando el siguiente paso: la ocupación militar del Perú. En palabras del ministro de Defensa peruano, Rafael Rey: "En el Perú, la colaboración de los norteamericanos para la lucha contra el narcotráfico es muy positiva, y lamentablemente no contamos con la ayuda norteamericana para la lucha antisubversiva, que ahora se encuentra mezclada con el narcotráfico en la zona del VRAE"; el estratégico Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE).

Las palabras del funcionario, pronunciadas en una radio local, revelan el proyecto de Washington-Alan García, de expandir el Plan Colombia al corazón del Perú, cerca de la Amazonia brasileña y de la frontera con Bolivia. Rey, a cuyo juicio las bases militares de Washington en Colombia no significan "una amenaza para la región", quiere la presencia de militares y bases estadounidenses en esa zona para una gran ofensiva de contrainsurgencia, antes de las elecciones peruanas del 2012.

Durante la guerra del Estado contra Sendero Luminoso, el VRAE se había convertido en una zona estratégica escogida por los senderistas. Sin embargo, sus represivos métodos polpotianos fueron pronto rechazados por los pequeños campesinos cocaleros que se organizaron en rondas de autodefensa. Armadas en parte por el Estado, en parte desde otras fuentes, esas rondas campesinas derrotaron a los senderistas. El gobierno adoptó el modelo y lo replicó en otras partes del país, lo que, junto con la intervención estadounidense en la contrainsurgencia y la fuerte campaña de terrorismo de Estado bajo Fujimori-Montesinos, llevó al pronto colapso del senderismo.

Con la derrota de Sendero, las organizaciones de autodefensa armada de los campesinos en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene, quedaron latentes, pero, su status político ha cambiado desde entonces. Si ayer fueron aliados del oficialismo, hoy día son declarados enemigos del Estado (narcoterroristas), tal como dice Rey. Y, la opción que les plantea Lima es, abandonar la producción de la coca y entregar las armas que les quedan de los ochenta, o ser aniquilados al estilo del Plan Colombia.

La finalidad del proyecto García-Washington es doble: a) crear condiciones políticas-militares represivas que garanticen que el ascenso del movimiento de masas peruanas no lleve a un candidato presidencial popular al poder, sino a una figura oligárquica; b) facilitar que el expansionismo militar monroeista pueda llegar al Cono Sur.

La ejecución del proyecto comenzó en el 2008 con el llamado Plan de operaciones Excelencia 777, que militarmente tiende a la recuperación de la zona de Vizcatán y políticamente a la preparación psicológica de la sociedad peruana de que será necesario recortar ciertas libertades políticas para derrotar a los "narcoterroristas". El reciente derribamiento de un helicóptero ruso MI-17 por los senderistas fue un importante catalizador en esta campaña.

Para la población campesina del VRAE, el dilema es diabólico. Si dejan de producir la coca, pierden su medio de subsistencia. Si se enfrentan al gobierno militarmente, se exponen a una campaña de terrorismo de Estado como la que ejecutó Washington vía Fujimori-Montesinos en su momento y que ahora se aplicaría con mejor tecnología y mayor participación del Comando Sur, tal como sucede en Colombia.

Ante este dilema, la salvación de la gente sólo puede ser política. Necesitan un gran frente nacional unido que puede llevar un candidato popular y responsable a la presidencia peruana en las elecciones del 2012. En lo inmediato, deberían buscar el apoyo de los presidentes latinoamericanos progresistas y, por supuesto, de los movimientos sociales e intelectuales críticos de la Patria Grande, para que hagan valer su influencia en las nacientes estructuras del Estado sudamericano.

La terrible amenaza de una nueva guerra sangrienta reaccionaria en el corazón del Perú nace de la agenda hemisférica del imperio y de sus oligarquías. Por eso, el diabólico plan de Washington y Lima solo puede ser parado a nivel hemisférico.

http://www.telesurtv.net/noticias/opinion/1280/washington-expande-usurpacion-militar-al-peru/


lunes, 15 de junio de 2009

Two Men Who Stood Under the Plunderers’ Knives

By Amy Goodman

Ken Saro-Wiwa and Alberto Pizango never met, but they are united by a passion for the preservation of their people and their land, and by the fervor with which they were targeted by their respective governments. Saro-Wiwa was executed by the Nigerian government Nov. 10, 1995. Pizango this week was charged by the Peruvian government with sedition and rebellion, and narrowly eluded capture, taking refuge in the Nicaraguan Embassy in Lima. Nicaragua has just granted him political asylum. Two indigenous leaders—one living, one dead—Pizango and Saro-Wiwa demonstrate that effective grass-roots opposition to corporate power can take a personal toll. Saro-Wiwa’s family and others just won a landmark settlement in U.S. federal court, ending a 13-year battle with Shell Oil. Pizango’s ordeal is just beginning.

Peru and Nigeria are a world apart on the map, but both host abundant natural resources for which the U.S. and other industrialized nations hunger.

The Niger Delta is one of the world’s most productive oil fields. Shell Oil began extracting oil there in 1958. Before long, the indigenous peoples of the Niger Delta suffered from pollution, destruction of the mangrove forests and depletion of fish stocks that sustained them. Gas flares constantly lit up the sky, fouling the air and denying generations a glimpse of a dark night. The despoliation of traditional Ogoni land in the Niger Delta inspired Saro-Wiwa to lead an international, nonviolent campaign targeting Shell. For his commitment, Saro-Wiwa was arrested by the Nigerian dictatorship, subjected to a sham trial and hanged with eight other Ogoni activists. I visited the Niger Delta and Ogoniland in 1998, and met Ken’s family. His father, Jim Wiwa, did not mince words: “Shell has a hand in the killing of my own son.”

Family members sued Shell Oil, charging it with complicity in the executions. They were granted their day in U.S. court under the Alien Tort Claims Act, which allows people outside the U.S. to bring charges against an offender in U.S. courts when the charges amount to war crimes, genocide, torture or, as in the case of the Ogoni Nine, extrajudicial, summary execution. Despite Shell’s efforts to have the case (Wiwa v. Shell) thrown out, it was set to be tried in a New York federal court two weeks ago. After several delays, Shell settled, agreeing to pay $15.5 million.

Saro-Wiwa’s son, Ken Wiwa, said: “We now have an opportunity to draw a line on the sad past and ... face the future with some hope that what we’ve done here will have helped to change the way in which businesses regard their operations abroad. ... We need to focus on the development needs of the people. ... We’ve created evidence, an example, that with enough commitment to nonviolence and dialogue, you can begin to build some kind of creative justice. And we hope that people will take their signals from that and push for similar examples of creative justice, where communities and all the stakeholders where oil production is are able to mutually benefit from oil production, rather than exploitation and degradation of the environment.”

Peruvian indigenous populations have been protesting nonviolently since April, with road blockades a popular tactic. At issue is the so-called U.S./Peru Trade Promotion Agreement, which would override protections of indigenous land, granting access to foreign corporations for resource extraction.

This week, eyewitnesses allege that Peruvian special forces police carried out a massacre at one of the blockades. Pizango, the leader of the national indigenous organization the Peruvian Jungle Interethnic Development Association, accused the government of President Alan Garcia of ordering the attack: “Our brothers are cornered. I want to put the responsibility on the government. We are going to put the responsibility on Alan Garcia’s government for ordering this genocide. ... They’ve said that we indigenous peoples are against the system, but, no, we want development, but from our perspective, development that adheres to legal conventions. ... The government has not consulted us. Not only am I being persecuted, but I feel that my life is in danger, because I am defending the rights of the peoples, the legitimate rights that the indigenous people have.”

Saro-Wiwa told me in 1994, just before he returned to Nigeria, “I’m a marked man.” Pizango has challenged the powerful Peruvian government and the corporate interests it represents. Pizango is now marked, but still alive. Will the international community allow him and the indigenous people he represents to suffer the same fate as Saro-Wiwa and the Ogoni people?

Denis Moynihan contributed research to this column.

Amy Goodman is the host of “Democracy Now!,” a daily international TV/radio news hour airing on more than 750 stations in North America. She is the co-author of “Standing Up to the Madness: Ordinary Heroes in Extraordinary Times,” recently released in paperback.

http://www.truthdig.com/report/item/20090609_the_free_markets_marked_men/