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martes, 15 de septiembre de 2009

¿Carrera armamentista sudamericana?

Juan Paullier

BBC Mundo

"No buscamos una carrera armamentista".

La frase se repite hasta la saciedad cada vez que un país sudamericano se refuerza militarmente. Pero, ¿es cierto? ¿la hay?

Cuando alguien se rearma genera celos en el vecino. Y esto adquiere un sabor especial en Sudamérica donde varios países mantienen conflictos históricos, luchan por el liderazgo, tienen líderes en las antípodas ideológicas y una carga de mutua desconfianza.

Las siete bases militares que Colombia permitirá usar al Ejército de Estados Unidos en el marco de un nuevo acuerdo entre ambos países ha sido el disparador de una nueva polémica sobre si la región está poniendo la mira con demasiada asiduidad en el rearme militar. Se espera que el tema sea tratado en la reunión de Unión de Naciones del Sur, Unasur, que empieza este lunes en Ecuador.

El convenio militar entre Colombia y EE.UU. despertó la desconfianza en varios países de la región y obligó al presidente colombiano, Álvaro Uribe, a salir de gira para explicar los alcances del acuerdo.

La reacción de su par venezolano, Hugo Chávez, no se hizo esperar. Además, de un nuevo rifirrafe diplomático y comercial, el mandatario anunció un nuevo pacto de rearme con Rusia.

Y el ex presidente cubano, Fidel Castro, salió a defender el derecho de Venezuela a rearmarse para hacerle frente al emplazamiento de las bases.

En una región sin perspectivas de una conflicto armado serio, ¿tiene sentido que Chile tenga cientos de tanques de guerra? ¿o que Venezuela compre 100.000 fusiles Kaláshnikov AK47? ¿y que Brasil planee la construcción de un submarino nuclear? ¿No es acaso una región pacífica?

Cada vez más armados

Gasto militar en % del producto interior bruto

  • Argentina: 0,8%
  • Bolivia: 1,7%
  • Brasil: 1,5%
  • Chile: 3,4%
  • Colombia: 4%
  • Ecuador: 2,9%
  • Paraguay: 0,8%
  • Perú: 1,2%
  • Uruguay: 1,3%
  • Venezuela: 1,3%

Datos de 2007
Fuente: Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo

En los últimos años el gasto militar en Sudamérica aumentó considerablemente.

Para el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar fue de US$ 34.000 millones el año pasado, lo que representa un aumento del 50% en los últimos diez años.

En tanto, de acuerdo al Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por su sigla en inglés) con sede en Londres el gasto se incrementó un 91% entre 2003 y 2008, si se toma en cuenta a toda América Latina y el Caribe.

Pasó de US$ 24.700 millones a US$ 47.200 millones, de acuerdo al informe Balance Militar 2009 del IISS.

En una región donde alrededor de un tercio de la población es pobre, esas cifras generan, por lo menos, preguntas.

Carrera hacia dónde

Carina Solmirano, investigadora de América Latina para el Programa de Gasto Militar del SIPRI, es contundente: "No hay una carrera armamentista".

Sin embargo, Robert Munks, editor para las Américas de la revista británica especializada en temas de Defensa Jane's Intelligence Weekly, le aseguró a BBC Mundo que "hay dos situaciones donde podemos considerar que hay una posible carrera armamentista: entre Chile y Perú y entre Colombia y Venezuela".

Ambos expertos coinciden en el hecho de que el gasto militar en la región es bajo con respecto a lo que sucede en otras partes del mundo.

"No hay una carrera armamentista en Sudamérica"

Carina Solmirano, investigadora de América Latina para el Programa de Gasto Militar del SIPRI

Solmirano aclara que cuando se mide el gasto militar se habla de "adquisición de armas, y se incluye gasto de personal, mantenimiento, investigación y desarrollo militar, construcción, ayuda militar", indicó a BBC Mundo.

La analista explicó que "muchas de las compras, en realidad, son para reemplazar equipos obsoletos". Y mencionó que otras de las razones del incremento del gasto "es que subieron el precio de los commodities (materias primas)y entonces hay más dinero para gastar".

Por su parte, para John Chipman, director del IISS, hay tres razones para el rearme sudamericano, según dijo al diario chileno El Mercurio.

"Los buenos resultados económicos que han llevado a los gobiernos a ajustar su inversión; la necesidad de modernizar sus Fuerzas Armadas de parte de países cuyos gobiernos civiles no vieron razones o no tuvieron la voluntad de hacerlo en los últimos 20 años, y también la tensión, especialmente en el norte sudamericano, pues los grandes países de la región, como Brasil, no quieren que sus fuerzas queden desmedradas".

Armas, ¿para qué?

¿Qué sentido tiene que las naciones sudamericanas se armen? ¿Para qué se usan las Fuerzas Armadas en cada país? ¿Cuáles son las amenazas?

"Casi todos los países de la región tienen poca justificación para seguir aumentando su gasto militar", indicó Munks.

Entre las razones, el experto señaló que las amenazas para la región son la "insurgencia" en Perú de Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional y los paramilitares en Colombia.

En el caso venezolano, Munks explicó que "la doctrina militar bajo el gobierno de Chávez se basa en una posible invasión de Estados Unidos o de Colombia para justificar sus compras de armas".

"Sería cauta con el tema de pensar que Venezuela está en una carrera armamentista. En término de números, Chile compra mucho más que Venezuela", aseguró, por su parte, Solmirano.

Es que aunque a veces da la sensación de que Hugo Chávez va a comprar armas a Rusia como quien va al supermercado, en realidad es Brasil el país sudamericano que más gasta en Defensa.

Es el 12° país en el mundo con mayor gasto militar, de acuerdo a los datos del SIPRI. El año pasado desembolsó US$ 23.000 millones, lo que representa el 1,5% del Producto Interior Bruto.

Entre 1999 y 2008 el presupuesto militar aumentó un 29,9%. Si se toman en cuenta los años de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente, el incremento fue del 50%.

Brasil es el 12° país en el mundo con mayor gasto militar, de acuerdo a los datos del SIPRI. El año pasado desembolsó US$ 23.000 millones, lo que representa el 1,5% del Producto Interior Bruto. Entre 1999 y 2008 el presupuesto militar aumentó un 29,9%. Si se toman en cuenta los años de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente, el incremento fue del 50%.

El rearme brasileño tiene varias motivaciones. Entre ellas, Solmarino incluyó la "cuestión geopolítica, quiere asentarse en la región como líder natural, y la proyección global, hace años que pelea un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas".

También mencionó la defensa territorial de la Amazonia y la presencia de las FARC en la frontera. De hecho, la última adquisición de los militares brasileños es una serie de ocho aviones no tripulados, comprados a Israel, con el fin de vigilar las fronteras. Cada uno a un costo de US$4 millones.

Además de que "los nuevos descubrimientos de yacimientos petrolíferos hacen que repiense su sistema de defensa marítima". Para ello, Brasil será el primer país de la región en contar con un submarino nuclear.

El caso chileno

Los expertos consultados por BBC Mundo destacan la situación militar de Chile.

Munks aseguró que "tiene las Fuerzas Armadas más avanzadas de América Latina", y destacó la existencia de cazabombaderos holandeses y fragatas británicas, por ejemplo.

"Se puede decir que muchas de las armas en Sudamérica son de segunda mano. Pocos países tienen armamento tecnológicamente avanzado", subrayó.

En tanto, Solmarino explicó que la existencia de una ley por la que un porcentaje de la venta del cobre chileno se destina a las Fuerzas Armadas, permite a Chile darse "el lujo, que preocupa a los países vecinos, de comprar aviones de guerra".

"Chile tiene las Fuerzas Armadas más avanzadas de América Latina"

Robert Munks, Jane's Intelligence Weekly

La rivalidad histórica entre Chile y Perú juega su rol. Días atrás el canciller peruano, José Antonio García Belaunde, aseguró que Chile estaba incitando una "carrera armamentista". Y del lado chileno se le respondió que se trataba de una modernización.

Pero Perú también compra. Con el objetivo de que el país tenga "una moderna capacidad disuasiva", el presidente Alan García busca rearmar al Ejército.

A fines de julio anunció que se está cerca de culminar una inversión cercana a los US$700 millones para el llamado Núcleo Básico de Defensa.

García indicó que ello significaba, entre otras cosas, la "puesta a punto" de los aviones de la Fuerza Aérea y el recambio de torpedos y misiles de la Marina, según el diario El Comercio.

Desde Rusia...

Uno de los grandes proveedores de equipamiento militar en la región parece ser Rusia. Y Venezuela, su gran comprador.

Entre 2005 y 2008, Caracas le ha comprado a Moscú unos US$4.400 millones en armamento. Esto incluye 100.000 fusiles de asalto Kaláshnikov AK-47 y 24 aviones Sukhoi SU, entre otras cosas.

Si se incluyen las compras a Bielorrusia, China y España, Venezuela ha gastado casi US$ 7.000 millones en los últimos tres años.

Y Chávez ya anunció la semana pasada un nuevo convenio de rearme con Rusia.

"Será un conjunto de acuerdos, no sólo de armas, pero será un acuerdo importante de armamento para incrementar nuestra capacidad operativa, la de nuestros sistemas defensivos, de nuestra defensa antiaérea, etcétera...", aseguró.

Además, navíos rusos realizaron maniobras militares conjuntas en las costas de Venezuela a fines de 2008.

Por otra parte, la semana pasada Rusia y Bolivia dieron a conocer un convenio que permitirá al gobierno de Evo Morales comprar armas rusas y equipamiento para las Fuerzas Armadas por US$100 millones.

El presidente boliviano lo justificó al asegurar: "La verdad, encontré a las Fuerzas Armadas desarmadas". Y agregó que el equipamiento militar "no será para provocar guerras, sino para defenderse y evitar provocaciones".

Panorama regional

Para el IISS, en los últimos cinco años los países que más han incrementado el presupuesto de Defensa han sido Venezuela, Colombia, Brasil y Chile.

En el caso colombiano, solamente en 2008 desembolsó unos US$ 5.500 millones para sus compras militares, un 13,5% más que en 2007.

La amenaza de las FARC y la lucha contra el narcotráfico aparecen como las principales razones para el rearme de un país que, según Munks, es de los más avanzados militarmente en el continente.

Para el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, en los últimos cinco años los países de América del Sur que más han incrementado el presupuesto de Defensa han sido Venezuela, Colombia, Brasil y Chile.

En tanto, al sur del continente, Argentina y Uruguay mantienen un rol casi accesorio para sus Fuerzas Armadas.

El primero es, en proporción, una de las naciones que menos gasta para defenderse en América del Sur.

Y el segundo se destaca por ser el país de la región que más militares destina a las misiones de paz de Naciones Unidas, lo que representa el 41% del total regional, de acuerdo al Balance Militar de la Fundación Nueva Mayoría.

¿Y entonces?

Carrera armamentista o no, lo concreto es que no se trata solamente de comprar armas. De hecho, el tema militar ya tiene un órgano político de coordinación regional.

En marzo de este año los ministros de Defensa de los doce países que forman América del Sur lanzaron el Consejo de Defensa Sudamericano.

Entre sus objetivos se encuentran planificar ejercicios conjuntos, fomentar la capacitación militar de la región y apoyar iniciativas humanitarias como la asistencia a víctimas de desastres naturales.

Básicamente busca fomentar la cooperación y el diálogo entre las fuerzas armadas de la región, algo útil en América del Sur, donde si bien el riesgo de un conflicto es bajo, parecería que cada vez hay más y mejores armas.

http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2009/08/090807_carrerarmamentista_sudamerica_jp.shtml

jueves, 3 de septiembre de 2009

Brasil y Washington deciden en este mes, por la vía militar, el destino de América Latina

La trascendental decisión que determinará si la Patria Grande seguirá siendo neocolonia monroeista o si se convierte en sujeto de la política mundial, será resuelto entre Estados Unidos y Brasil.
Heinz Dieterich

1. El árbitro de la política es lo militar

El último árbitro de todo conflicto político es el poder militar. La preparación psicológica del uso de la fuerza bélica es tarea de los medios de comunicación, pero la operación quirúrgica decisiva del poder corre a cuenta de las armas. Esta es la esencia del conflicto entre Washington y las Fuerzas Bolivarianas, que tuvo su primera escaramuza en Bariloche y que se decidirá definitivamente en este mes de septiembre. Restan solo cuatro semanas para la batalla decisiva. ¿Por qué este estrecho marco de tiempo?

2. Septiembre: hora de la verdad para los gobiernos desarrollistas

La decisión de que la batalla decisiva se libre en septiembre, fue tomada en la reunión de la UNASUR en Bariloche, cuando los presidentes determinaron resolver el conflicto mediante negociaciones entre sus cancilleres y ministros de defensa, en las primeras dos semanas de septiembre. En estas negociaciones Obama-Bush-Uribe no van a ceder nada y entonces les llegará la hora de la verdad a los gobiernos desarrollistas.

Éstos solo tienen dos maneras posibles de reaccionar: aceptar la usurpación militar del espacio andino por Washington con alguna racionalización propagandística o enfrentarse en bloque a la usurpación. Si aceptan la usurpación militar, se quedan sin credibilidad en su discurso bolivariano y se hacen cómplices de su futuro sometimiento militar imperialista; si no la aceptan tendrán que asumir la actitud de los Libertadores. Esta es la disyuntiva que tienen que resolver en la primera quincena de septiembre, para ir preparado a las negociaciones con Uribe; y, después, en las últimas dos semanas de septiembre, para ganar la batalla por la esencia moral de su proyecto y su credibilidad pública.

3. Significado político-militar de Bariloche

La trascendental fecha de septiembre queda más transparente cuando se ilustra mediante el siguiente escenario bélico. Dos ejércitos, el imperial-colonialista y el patriótico-libertador, se alistan para definir con las armas cuál de los dos proyectos históricos que representan, se impondrá. Antes del choque de los dos cuerpos armados, se encuentran sus vanguardias y deciden negociar (Bariloche). Dado que ninguna parte cede, resuelven posponer la batalla decisiva para el mes de septiembre. Las primeras dos semanas son de “guerra fría”, caracterizadas por la reunión de los ministros. Dado que esas reuniones, como todo el mundo sabe, no van a resolver nada, porque los dos proyectos son antagónicos, el conflicto pasa a la fase “caliente” en la segunda parte de septiembre; en la cual cada gobierno quedará públicamente definido como proimperialista o probolivariano.

4. Los decisores de la guerra: Washington y Brasil

La trascendental decisión que determinará si la Patria Grande seguirá siendo neocolonia monroeista, o si se convierte en sujeto de la política mundial, será resuelto esencialmente entre los dos gestores preponderantes de la geopolítica hemisférica: Estados Unidos y Brasil.

La posición de Washington en las futuras reuniones, ejecutada por interposita persona, su peón Uribe, no implica misterio alguno. No hará ninguna concesión real en su modus operandi imperial, la expansión y agresión militar-mediática, porque es el único modo de imposición mundial que le queda, después de su colapso financiero y debilitamiento político.

El peso de la decisión recae, entonces, sobre Brasil, única fuerza efectiva capaz de darle cuerpo a los tres elementos de contención que se requieren para frenar el proyecto monroeista en el corto tiempo que queda: la Doctrina Militar Anti Monroe, elBloque Militar de Defensa Sudamericana (BMDS) y el aislamiento político-económico hemisférico de Uribe. Tal posición de vanguardia sería objetivamente posible para Brasil, por la debilidad estadounidense en Euroasiay en la economía; pero es dudoso que la clase dominante brasileña la acepte o que Lula se atreva a implementarla sin el respectivo apoyo de la elite. Existe una alta probabilidad, por consiguiente, de que Brasilia preferirá mantener la absurda ficción legalista de “garantías jurídicas” de Uribe, sostenida en Bariloche, junto con un patrón de appeasement ante la troika Uribe-Bush-Obama.

5. Obligación moral-política de los Presidentes progresistas

En esa fase decisiva de la política latinoamericana es la obligación política y moral de los presidentes latinoamericanos Rafael Correa, Hugo Chávez, Raúl Castro, Evo Morales y Daniel Ortega,tratar de crear: a) un Frente Unificado de Rechazo contra el proyecto Uribe-Bush-Obama entre ellos y los presidentes latinoamericanos titubeantes (Lula), invisibles (Tabaré Vásquez) y débiles (Cristina Kirchner, Fernando Lugo), y, b) acercarse a los movimientos de masas para concientizar y movilizarlos sobre esta coyuntura particularmente peligrosa de la lucha de liberación.

6. La incomprensible ausencia de Hugo Chávez

En esta acelerada dinámica de acumulación de fuerzas antagónicas entre monroeistas y bolivarianas, es incomprensible que el Presidente Hugo Chávez seausente de América Latina del 31 de agosto al 11 de septiembre, en lugar de jugar un papel protagónico en la movilización de las masas y de los gobiernos críticos antes de la reunión de los ministros de defensa y cancilleres de la UNASUR.

¿No recuerda el Presidente la lección del referendo del diciembre de 2007, cuando encargó la movilización de éste a un equipo escogido por él, para ausentarse hacia Euroasia, con el resultado de que se perdió el referendo? ¿Y no está enterado de lo que hablan sus ministros entre sí? De que la contrarrevolución ha confeccionado largas listas con decenas de miles de bolivarianos que quierenmatar y desaparecer si regresan al poder.

7. El papel de los pueblos e intelectuales

El papel de los movimientos sociales, políticos e intelectuales de América Latina, en esta coyuntura, es de suma importancia. Tendrían que presionar públicamente a los gobiernos criollos titubeantes, en primer lugar el brasileño, a enfrentar el peligro oligárquico-imperial con un programa concreto de patriotismo y dignidad latinoamericana. Dado que las bases militares en Colombia y la dictadura militar en Honduras son una cuestión de vida o muerte para los pueblos, que pondrán los muertos en caso de que triunfe la contrarrevolución, y dado también, que la política no se hace por amor y mediante el humanismo, sino por intereses y poder, los movimientos sociales deben usar su poder frente a los gobiernos desarrollistas. ¿En qué forma? Haciéndoles entender que su futuro apoyo a esos gobiernos depende del papel que asuman en esta batalla ayacuchana del año de 2009.

Que los movimientos asuman esa posición de sujetos políticos solidarios, peroautónomos, no será fácil, porque las ilusiones de un triunfalismo bruto promovido con gran fuerza por algunos gobiernos criollos y sus intelectuales cortesanos---tanto individuales como colectivos (periódicos, tv, portales de Internet)-- la falta de formación política sistemática de las organizaciones de masas y la simbiosis entre movimientos de masas e intelectuales del Estado con los gobiernos desarrollistas, han atrasado el nacimiento de una vanguardia latinoamericana que pudiera asumir esa vital tarea en ese vital mes de septiembre.

"De los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur”, decía el Gran Mariscal Antonio José de Sucre a sus tropas en Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Hoy, ante el Ayacucho del 2009, es tan vigente esta consigna, como hace dos siglos.

www.kaosenlared.net/noticia/brasil-washington-deciden-este-mes-via-militar-destino-america-latina