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martes, 14 de junio de 2011

EJE DEL PACÍFICO CONTRA COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS



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Con disgusto, preocupación y desconcierto deben estudiar los analistas imperiales a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Esta colosal unión de 38 países americanos, que excluye a Estados Unidos y Canadá, comprende 550.018.000 habitantes distribuidos en 20.446.902 km2, y la mayoría de sus presidentes son izquierdistas o por lo menos progresistas: Cristina Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Dilma Roussef en Brasil, Raúl Castro en Cuba, Rafael Correa en Ecuador, Leonel Fernández en República Dominicana, Álvaro Colom en Guatemala, Daniel Ortega en Nicaragua, Fernando Lugo en Paraguay, Ollanta Humala en Perú, José Mujica en Uruguay, Hugo Chávez Frías en Venezuela, muchos de las Guayanas y los países antillanos. Administran la inmensa mayoría de la población, del territorio y del Producto Bruto de América Latina y el Caribe.
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Toda tesis genera una antítesis; toda acción una reacción. A Unasur, al Alba, a la Comunidad le opone Estados Unidos el escuálido Eje del Pacífico, la orientación de cuyos gobiernos no se debe a la voluntad de sus pueblos expresada democráticamente, sino a exterminios masivos apoyados por los marines. En 1973 Pinochet aniquiló a la Unidad Popular chilena en un golpe militar patrocinado por Kissinger. López Obrador sostiene que el actual gobierno mexicano surge de un fraude electoral. El presidente hondureño Lobo viene de un cuartelazo apoyado por la base de Palmasola. En la Hermana República pesa ominosamente la invasión de las bases yankis y del Plan Colombia, con cifras récord en violación de Derechos Humanos que sería largo detallar. Entre 1990 y 2000 el japonés-peruano o peruano-japonés Alberto Fujimori disolvió el Congreso y exterminó a la oposición socialista en un genocidio masivo sin parangón. El recuerdo de ese baño de sangre quizá determinó la derrota de su hija Keiko por los sobrevivientes. Muchos gobiernos caribeños o centroamericanos alineados con Estados Unidos proceden de golpes o genocidios de igual magnitud. El neoliberalismo con sangre entra.
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Quinientos cincuenta millones de latinoamericanos y caribeños abrigan matices y destilan relativismos. Por progresista que sea Fernando Lugo, poco puede contra las fuerzas conservadoras enquistadas en Paraguay. Muy relativo es el poder de Cristina Kirchner contra las oligarquías argentinas; débil el de Pepe Mujica ante las plutocracias uruguayas, muy tenue el de Dilma sobre las de ese continente llamado Brasil. Batalla todavía más difícil le toca a quien quiebra la columna del Eje del Pacífico con una ventaja electoral de tres puntos, Ollanta Humala. Hereda un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos similar al que arruinó a México. El Perú Neoliberal del japonés Fujimori y de Alan García dio grandes dividendos a las transnacionales a costa del pueblo. Para 2009 el 34,8% de su población es pobre; su índice de Gini de 49,6 refleja gran desigualdad; el 10% menos favorecido de la población sólo accede al 1,5% del ingreso nacional mientras que el 10% más favorecido acapara el 37.9%, su gasto educativo es apenas de 2.7% del PIB y su deuda externa de US$ 33.390 millones. Es el segundo exportador de cocaína del mundo; su gobierno neoliberal reconoció que el 17% de su PIB venía de esa fuente. Oscar Ugarteche señala que los peruanos tienen una participación salarial de 22% del PIB versus 45% en Chile y 40% en Brasil, y que el único otro país con una participación salarial tan baja es México donde cayó de alrededor de 40% a 29% del PIB (El triunfo de Humala y el nuevo horizonte. Rebelión, 6-6-2011).
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Repasemos los pros y los contras que pesan sobre Ollanta Humala: son los que gravitan sobre América Latina. Su ventaja electoral no es contundente, pero tampoco lo es el precario frente fraguado por Keiko Fujimori bajo los auspicios de la embajada estadounidense. Humala tiene en contra el empresariado, los medios de comunicación, parte de la jerarquía eclesiástica y el Departamento de Estado: también los ha tenido Venezuela durante once años y aquí estamos. Puede que parte del ejército lo adverse, pero otra parte mayor apoyó la nacionalización de la industria petrolera que realizó el general Velasco. No cuenta con tantas reservas como Venezuela, pero sí con importantes exportaciones de oro, cobre, molibdeno, hierro, hidrocarburos, productos vegetales y pescados por un total de 35.560 millones de dólares para 2010: pero de este producto poco ha llegado al pueblo. Sobre la redistribución de este ingreso entre las masas se puede cimentar un imbatible consenso. Humala no tiene todas las cartas, pero tiene más que la oligarquía en el Perú, e infinitas más que el Imperio en América Latina.
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Pues mientras el Eje del Pacífico se fragmenta, el Imperio se hunde bajo una deuda externa equivalente a su PIB, recibió hace poco un destemplado regaño de China por proponer una “moratoria técnica” de ese pasivo, colapso bajo el peso de cuatro desastrosas guerras de saqueo petrolero y el rechazo de su pueblo, pues “56% de los votantes cree que Estados Unidos se encuentra en un rumbo equivocado y sólo el 35% cree que el país va por el camino correcto…” (http://mexico.cnn.com/mundo/2010/07/19/encuesta-la-aprobacion-de-la-gestion-de-barack-obama-va-en-descenso).
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No es momento para flaquear, ni para disociarse de la abrumadora mayoría latinoamericana y caribeña enrumbada hacia el futuro socialista, para atarse al cuello la rueda de molino de la colaboración con el terrorismo de Estado neoliberal y golpista. Prohibido suicidarse en primavera.
(FOTO/TEXTO: Luis Britto)
PD: Fue conferido el Premio Aníbal Nazoa 2011 a Luis Britto García por su columna Pare de Sufrir en Últimas Noticias y su blog http://luisbrittogarcía.blogspot.com
“Por contribuir al ejercicio del librepensamiento, por abrir efectivos espacios para pensarnos y repensarnos en estos tiempos de amorosa edificación colectiva”.

Fuente:
http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2011/06/eje-del-pacifico-contra-comunidad-de.html


domingo, 7 de junio de 2009

OEA anula suspensión de Cuba

Por Santiago O’Donnell

Al final se votó la reincorporación de Cuba a la Organización de Estados Americanos (OEA) después de 47 años y uno no puede dejar de pensar que lo que se votó es el reingreso de Estados Unidos a la comunidad de naciones americanas después de ocho años de gobierno de George W. Bush. Porque es cierto que Cuba había sido injustamente segregada del organismo durante la Guerra Fría, cuando todos los países de la región, con la excepción de México, le dieron la espalda. Pero salvo Estados Unidos, los 34 países que se reunieron en Honduras para levantarle la sanción a Cuba hace rato que mantienen relaciones normales con la isla. Al contrario de lo que expresan las opiniones simplistas, el fenómeno excede a la aparición de gobiernos de izquierda y centroizquierda en Latinoamérica. Canadá, quizás el aliado más firme de Estados Unidos en la OEA, es uno de los principales inversores que tiene Cuba. Y presidentes derechistas como Calderón en México y Uribe en Colombia se llevan mejor con los Castro que con muchos colegas ideológicamente más afines. En cambio el que se había aislado en los últimos años era Estados Unidos, con una política de derechos humanos y una estrategia comercial que iba a contramano de la idea latinoamericana del desarrollo complementario por vía de la integración regional.

El año pasado, en la reunión de cancilleres del Grupo Río, en Zacatecas, México, se había aprobado el ingreso de Cuba a ese bloque regional, que no integra Estados Unidos. Un diplomático que participó de esa reunión y también estuvo esta semana en Honduras para la cumbre de la OEA marcó la diferencia entre ambas ocasiones: los cubanos asistieron y participaron activamente de la cumbre de Zacatecas, y fueron claros al manifestar su interés en integrar el Grupo Río, en cambio no fueron a San Pedro Sula y no muestran ningún interés en volver a la OEA.

“Lo que querían los cubanos era que se derogue la resolución de la OEA que ordenaba su suspensión. Todos estábamos de acuerdo con eso. El problema era el famoso segundo artículo, el que supuestamente enumeraba los requisitos que Cuba debía cumplir para volver a la OEA. A principios de semana no se sabía lo que iba a pasar porque Estados Unidos presentaba borradores muy duros y (el presidente de Nicaragua Daniel) Ortega no facilitaba el acuerdo, porque tenía un discurso muy setentista e intransigente. Pero con el correr de los días fueron aflojando tanto Estados Unidos como los del grupo Alba, y se fue imponiendo la postura de los países del bloque Aladi (Brasil, Argentina, México y Chile). Primó la cordura y consensuamos un segundo artículo que básicamente dice que el reingreso se negociará a futuro, algo que difícilmente suceda porque a Cuba no le interesa estar en la OEA.”

Para Cuba y sus aliados, el Grupo Río se ha constituido como una alternativa creíble para el eventual reemplazo de la OEA en tanto institución ordenadora del llamado “sistema interamericano”, que en ese caso se transformaría en “sistema interlatinoamericano”.

Desde su origen como ampliación del Grupo Contadora, el Grupo Río se ha mostrado como instrumento eficaz para solucionar conflictos internacionales, al igual que su variante sudamericana, llamada Unasur. Mientras tanto la OEA toleró sin chistar que dictaduras asesinas la integraran, hasta que recién en 2001 firmó una Carta Democrática, y hoy ni se plantea suspender a Estados Unidos por sus evidentes y aberrantes violaciones a los derechos humanos en Abu Ghraib y Guantánamo, al mismo tiempo que Washington usa el argumento de los derechos humanos para intentar condicionar el reingreso de Cuba.

Otra diferencia importante es que, mientras el Grupo Río no exige adhesión a sistema político alguno, la OEA demanda desde 1995 que sus miembros sean “democracias representativas”. En estos momentos hay varios países en la región que parecen alejarse del modelo para ensayar esquemas de democracia directa o plebiscitaria. Son los que más critican a la OEA. El fortalecimiento del Grupo Río presenta un desafío para la OEA.

Pero en Honduras primó la cordura, cuenta el diplomático. Siendo la OEA el principal instrumento institucional de Estados Unidos para articular políticas con la región, más que el lugar de Cuba se discutía el lugar de Estados Unidos en la región. Y por más que Chávez, Evo y los Castro opinen que la OEA no existe, que la OEA ya fue, el organismo todavía refleja el peso determinante que Washington mantiene en la región.

Porque si bien es cierto que en la última década países como Argentina, Brasil y Chile han diversificado sus relaciones comerciales y políticas, aumentando el intercambio entre sí, abriendo mercados en Asia o reforzando vínculos con Europa, también es cierto que al mismo tiempo los intercambios entre Estados Unidos y los países de Centroamérica y el Caribe se han intensificado, tratados de libre comercio mediante. Es impensable para esos países o satélites, más allá de la orientación de sus gobiernos, desafiar o desconocer la hegemonía estadounidense.

A eso hay que sumarle el resurgimiento de la derecha en Sudamérica. Como explicó Horacio Verbitsky en este diario la semana pasada, en los próximos años podrían asumir en Brasil, Chile, Uruguay y Argentina gobiernos que miran a Washington con mucha más simpatía que los actuales y el equilibrio de fuerzas podría cambiar otra vez en favor del país del norte.

Por eso, y ante los gestos de buena voluntad expresados por la nueva administración que encabezan el presidente Barack Obama y su canciller Hillary Clinton, primó la cordura y se llegó al mejor acuerdo posible, aunque nadie haya quedado completamente satisfecho.

Por todo eso, porque lo que estaba en juego no era el lugar de Cuba en la región sino el de Estados Unidos, vale la pena repasar cómo repercutió en aquel país el acuerdo alcanzado en la cumbre de la OEA de San Pedro Sula. Lo primero que hay que decir es que existe una autopista que rodea completamente a la capital estadounidense, apropiadamente llamada autopista-cinturón o “beltway”. En Estados Unidos, cuando se habla de política, es lugar común decir que existen dos realidades, dos mundos desconectados. Una cosa es adentro de la autopista-cinturón, donde mandan los códigos de la clase política de Washington, y otra cosa bien distinta es afuera de la autopista-cinturón, donde impera la lógica del ciudadano común.

Así, sostiene el saber popular, hay temas que tienen importancia dentro de la autopista-cinturón, pero son prácticamente irrelevantes fuera de ella. La relación con Cuba es un buen ejemplo. Salvo en Florida y en tiempos electorales, la relación con la isla es un tema estrictamente de Washington. No suma, porque la imagen de Castro en Estados Unidos es decididamente mala, resabio de la Guerra Fría. Pero no resta demasiado porque a esta altura del partido la crisis de los misiles es un lejano recuerdo y ni la propaganda más reaccionaria puede convencer a la opinión pública estadounidense de que Cuba sigue representando una amenaza para su seguridad.

Dentro de la autopista-cinturón la relación con Cuba es tema de debate pero de ningún modo el más importante. A juzgar por los sucesos de esta semana, Obama quiso cumplir con su promesa de campaña de limar asperezas con Cuba, pero no quiere subirle el perfil a la cuestión. Por eso ordenó a Hillary trasladarse desde Honduras a Medio Oriente para dejar la firma del histórico documento en manos de Tom Shannon.

Shannon es un cuadro de primer nivel del Departamento de Estado, respetado en Latinoamérica por su estilo pragmático y no confrontativo. Pero en Estados Unidos, fuera de la autopista-cinturón, Shannon es un desconocido, uno más de los cientos de funcionarios de la administración Obama con rango de subsecretario como él. Con Hillary, con Biden o con el mismo Obama en la firma podía haber algún tipo de ruido. Con Shannon no.

Es que Obama no quiere pagar un costo político excesivo. Después del anuncio, la bancada republicana en el Capitolio comunicó que presentará un proyecto de ley para suspender el financiamiento a la OEA en castigo por levantar las sanciones a Cuba. Al hacerlo, los republicanos le hicieron saber a Obama que su política de acercamiento no es una política de Estado, sino un tema estrictamente partidario de los demócratas y por lo tanto abierto a la crítica.

Hasta el New York Times, que normalmente representa las posturas más progresistas del establishment político, se tiró contra Obama. El diario editorializó que el presidente norteamericano se dejó “apurar” por Venezuela y Nicaragua, cuyos gobiernos, según el editorial, dejarían mucho que desear en materia democrática.

En ese escenario, el margen de acción de Obama para realizar grandes gestos en favor de la normalización de la relación con Cuba es por demás acotado. Por eso optó por un acercamiento gradual, abriendo canales que les interesan a los cubanos, como el tema migratorio o el de las remesas.

Pero de ahí a reivindicar la Revolución Cubana y hacer una autocrítica por las prácticas imperiales del pasado, como pretenden algunos gobernantes latinoamericanos, hay un largo trecho. En este momento equivaldría a un suicidio político.

Lo mismo sucede con el resto de la región: margen acotado por el frente doméstico, pero muchas oportunidades para mejorar la relación. Para manejar los temas regionales Obama puso un equipo muy profesional, muy a su estilo, encabezado por el nuevo subsecretario, el sociólogo Arturo Valenzuela. Se trata de un intelectual socialdemócrata que enseña en Georgetown University y que está muy vinculado con círculos políticos demócratas. Ha escrito textos clásicos de la ciencia política latinoamericana y ha servido como funcionario de la administración Clinton. Conoce el terreno y sabe moverse.

Pero cualquier avance significativo en la relación quedará sujeto a una agenda latinoamericana con temas que impacten en el electorado estadounidense, en la gente que está fuera de la autopista-cinturón.

En su libro La administración Obama y las Américas, Abraham Lowenthal y Laurence Whitehead enumeran algunos de esos temas. Por ejemplo, la reforma migratoria pendiente para legalizar a los más de 14 millones de inmigrantes que trabajan sin papeles en Estados Unidos, en su gran mayoría latinoamericanos. O la reformulación de la política antinarcóticos, que durante el gobierno de Bush estuvo exclusivamente enfocada en el lado de la oferta. O dejar de ser vistos como los villanos del mundo.

Pero estas cuestiones pueden esperar mientras la crisis económica, el conflicto de Medio Oriente, la amenaza norcoreana, la guerra en Afganistán, la confirmación de la nueva jueza de la Corte Suprema, el último estreno de Hollywood y las finales de la NBA acaparan la atención de los estadounidenses.

La relación con Cuba y con el resto de la región sigue siendo un tema para los funcionarios, lobbistas y académicos dentro de la autopista-cinturón, y un no-tema para los que viven fuera de ella. Ese es el límite y Obama lo sabe. Por eso hace lo que hace y no hace lo que no puede hacer.

Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elmundo/4-126222-2009-06-07.html

lunes, 18 de mayo de 2009

Brasil y su proyección en América del Sur: Estrategia Nacional de Defensa



Gustavo Herren (especial para ARGENPRESS.info)

La pérdida de influencia política (aunque no militar) de Estados Unidos en América Latina, que el próximo gobierno de Barack Obama tendrá como misión revertir, es una oportunidad para que Brasil incremente su influencia regional. Basándose en que su desarrollo se apoya en una componente industrial relevante respecto de Venezuela y otros países de la región, busca definir un liderazgo recomponiendo su fuerza militar, en un punto de conciliación con Washington y con cierta autonomía en cuanto a las potencias del norte.

Un posible enfoque del gasto en defensa de América del Sur es compararlo con el gasto mundial. En 2007, fue de mas de 39.000 millones de dólares representando un 3% del gasto mundial, del cuál mas de la mitad correspondió a Brasil, seguido por Colombia (en el orden del 17%), Chile (13%) y Venezuela (8%). En 2008 el gasto militar sudamericano creció significativamente (mas del 25%), siguiendo la tendencia mundial sostenida desde la guerra contra el terrorismo de George W. Bush (2001) y las invasiones de EEUU a Irak y Afganistán (1), aunque los países sudamericanos mantuvieron en general sus posiciones relativas en el gasto, con Brasil ampliamente diferenciado en primer lugar.

Hace poco el nuevo secretario de Medio Ambiente de Argentina, Homero Bibiloni, expresó '...es una falsa creencia que cuidar el medio ambiente es gratis, ya que en las provincias, los bosques absorben el carbono generado por las grandes concentraciones urbanas, entonces ¿quién les paga ese servicio a las provincias? Por ejemplo en el caso de Formosa (donde fue asesor de la gobernación), el 95% de su territorio es virgen y ¿quién le va a pagar si quieren preservarlo?'.

Agregó que mantener los recursos naturales 'como si estuvieran en una caja de vidrio', representará un gravísimo problema de subsistencia. 'La Argentina necesita crecer en términos económicos, con inclusión social e incorporando la variable ambiental...'

Este concepto economicista de la preservación de los recursos forestales de un país, en que solo es posible conservarlos si en su estado natural producen una rentabilidad mayor o igual a la que se obtendría por su explotación y destrucción, proviene de la ideología profunda del actual capitalismo de mercado global, en que todo objeto y necesidad humana es susceptible de mercantilización.

En esta línea, a los gases generados por actividad humana que contribuyen al calentamiento atmosférico (como el dióxido de carbono) se les asigna valor de cambio, así ha sido creado el Mercado (de capitales) del Carbono (Protocolo de Kyoto mediante). Si las emisiones de esos gases por una nación, son menores que una meta previamente negociada podrá obtener créditos o bonos del carbono y venderlos a países que excedan sus metas de emisión.

Amazonia: soberanía territorial con floresta natural como bien de cambio

Esta concepción de mercado tiene relación con lo que sucede en la Amazonia que es un sumidero relevante del carbono mundial y a la vez una fuente de oxígeno, de modo que los grandes contaminadores del planeta como EEUU, Europa, Japón, China, deberían 'pagar' por mantener la floresta natural amazónica a países como Brasil (que posee las 3/5 partes) y otros. Como actualmente esto no ocurre satisfactoriamente, el 'negocio' privado y público del 'crecimiento económico' (incluido ingresos fiscales) se apoya en la deforestación intensiva. Lo cuál plantea una paradoja, ya que por un lado se reivindica la soberanía territorial, pero por otro se explotan en gran escala recursos naturales no renovables, en que probablemente una parte de su rentabilidad contribuya a cierto desarrollo del país, pero otra sea enajenada al extranjero y a grupos locales concentradores del capital, y poco quede para el pueblo.

En el marco del calentamiento global producido por el capitalismo, si la preservación de lo que va quedando de la Amazonia llega a ser conveniente por su impacto en la economía mundial, las grandes potencias buscarán hacerlo sin costo y en beneficio de sus intereses.

Así el premio Nóbel de la Paz indio, Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas sugirió recientemente, que si bien la comunidad internacional no puede cuestionar la soberanía de Brasil sobre la Amazonia por razones ambientales, deben negociar un acuerdo en que los países ricos 'contribuyan' financieramente para garantizar que la floresta no sea destruída.

También en las últimas décadas ha sido propuesto por funcionarios de gobierno, organizaciones de países como EEUU, Francia, Alemania, e instituciones internacionales negociar deuda externa por preservación de floresta natural, y fueron reiteradamente cuestionadas las formas actuales de soberanía territorial de los países, en cuanto a que debería estar relacionada a las realidades ecológicas y económicas internacionales y de la Humanidad.

Las veladas amenazas que vienen sucediéndose, especialmente por parte de EEUU, a la soberanía de la Amazonia brasileña obtuvieron respuesta cuando el gobierno de Brasil consideró que la situación amerita a reposicionar a la Defensa entre los temas mas relevantes de su agenda nacional. Como producto de esa iniciativa produjo el plan de 'Estrategia Nacional de Defensa' en el largo plazo (plantea metas hasta el 2030), inédito en la historia del país (2), pero su alcance vá mucho mas allá.

La estrategia militar considera que Brasil debe estar preparado no solo para defenderse de las agresiones, sino también de las 'amenazas' en un mundo en que la intimidación predomina sobre la buena fé. Identifica como regiones potencialmente amenazadas a la Amazonia (en especial su franja de fronteras) y al Atlántico Sur. Pero por otro lado, el plan cuenta con suficientes elementos de soberanía e independencia nacional, que de ponerse en práctica, configurarán un rol de liderazgo regional.

Plan de 'Estrategia Nacional de Defensa': haciendo camino hacia una potencia regional en América del Sur

Es un plan ambicioso que incluye no solo la reorganización y reorientación de las Fuerzas Armadas (FFAA) de Brasil, sino también la organización de la industria nacional del material de defensa.

La reorganización de las FFAA define nuevas directrices estratégicas basadas en 3 sectores decisivos para la defensa nacional: Cibernético, espacial y nuclear.

La reestructuración de la industria brasileña de material de defensa tiene como propósito, asegurar que el suministro y necesidades de las FFAA se apoye en tecnologías de dominio nacional, es decir lograr la autonomía tecnológica y la autonomía operacional de las 3 Fuerzas.

Al respecto, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva puntualizó que: 'el objetivo es que la industria brasileña de defensa garantice las necesidades logísticas sin depender de proveedores extranjeros. Cuando se trata de defensa, tenemos que defender la tecnología nacional'.

Según el plan, el futuro de las capacidades tecnológicas depende en mayor medida de los recursos humanos mas que del aparato industrial, por ello se priorizará la formación de científicos en ciencia aplicada y básica en los sectores espacial, nuclear y cibernético. El objetivo es desarrollar un 'complejo militar-universitario-empresarial', estimulando las iniciativas conjuntas entre las organizaciones de investigación de las FFAA, las instituciones académicas nacionales y las empresas privadas brasileñas, asegurando siempre el acceso a las informaciones de acuerdo a los intereses del Estado. Para ello están interaccionando el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. (3)

El plan liga la estrategia nacional de defensa con la estrategia nacional de desarrollo, es decir la capacidad de defensa del país soportará la construcción de un modelo de desarrollo propio, cuando llegue el momento de confrontar con intereses foráneos.

Entre las directivas, figura la disuasión de cualquier concentración de fuerzas hostiles en las fronteras terrestres, aguas jurisdiccionales y el impedir el uso del espacio aéreo nacional, que se centraliza en estar siempre preparado para el 'combate', asistido por tecnología avanzada como instrumento, no como alternativa al combate (esta estrategia probablemente provenga de las lecciones que dejó la primera potencia mundial, líder en tecnología, en su invasión a Irak) . Para ello las FFAA estarán organizadas según el concepto que denomina Flexibilidad, que incluye capacidad de monitoreo-control, alta movilidad y presencia.

Para el monitoreo y control del territorio, aguas y espacio aéreo se utilizarán tecnologías que estén bajo total e incondicional dominio nacional, de forma tal que permita una respuesta inmediata a cualquier amenaza o agresión. Lo cual será realizado mediante la movilidad, es decir el 'despliegue rápido' hasta el teatro de operaciones y en su interior. La flexibilidad requiere la construcción de una fuerza de reserva importante, que permita aumentar inmediatamente la fuerza militar según las circunstancias, lo que implica un futuro servicio militar y civil obligatorio y la movilización nacional en gran escala reglamentada por ley.

La importancia de los sectores espacial y cibernético consiste, en que la capacidad para observar el país desde el espacio no dependa de tecnología extranjera (aunque puedan requerirse asociaciones con el exterior), y que las tres Fuerzas actúen en 'red'. (ver semejanzas con U.S. Navy, FORCEnet, nueva estructura para Comando y Control (4)). Se proyecta la fabricación de diversas clases de satélites (incluso geoestacionarios), vehículos lanzadores, plataformas de monitoreo aéreo y terrestre de alta resolución e instrumentos informáticos de enlace.

En materia nuclear Brasil respetará el uso pacífico, pero se reserva como necesidad estratégica desarrollar, dominar y mantener su independencia en tecnología nuclear, concretando entre otras iniciativas el desarrollo a escala industrial del ciclo del combustible nuclear (que incluye el enriquecimiento de Uranio, equivalente al de Irán), y el proyecto del submarino a propulsión nuclear (su realización entrará en un importante acuerdo militar-industrial que el gobierno suscribió con Francia, potencia menos conflictiva que Rusia para transferir tecnología nuclear ante la observación de EEUU).

En cuanto al reposicionamiento de efectivos, además de las zonas con alta concentración demográfica y los grandes centros industriales, el Ministerio de Defensa de Brasil considera la existencia de nuevas amenazadas potenciales para las regiones norte y Oeste, con especial atención en la Amazonia, así como el Atlántico Sur (donde fueron descubiertos recientemente importantes yacimientos de hidrocarburos).

Sobre la Amazonia el plan militar especifica: '...Brasil vigilará la reafirmación incondicional de su soberanía sobre la Amazonia brasileña. Repudiará mediante actos de defensa, cualquier tentativa de tutela sobre sus decisiones sobre preservación, desarrollo y defensa de la Amazonia. No permitirá que organizaciones ni individuos sirvan de instrumentos para intereses extranjeros (políticos y económicos) que quieran debilitar la soberanía brasileña'.

Agrega que no sólo para Amazonia, se requerirá de Fuerzas Terrestres convencionales pero con preparación 'no convencional', en que la tecnología no será alternativa al combate sino complementaria, y se insistirá en la sorpresa, la incerteza, la capacidad de improvisación y adaptación, y los ataques fulminantes (ver semejanzas con la incorporación por las FFAA estadounidenses de la guerra irregular en la guerra convencional, U.S. DoD Directive 3000.07 (5))

'...La preparación para la guerra asimétrica sobre todo en la región amazónica, será sustentada contra un enemigo con poder militar superior, sea un país o coalición de países que cuestione la soberanía incondicional de Brasil en la región, con pretextos de supuestos intereses para la Humanidad... lo cual apunta a la formación de una doctrina militar, en que la guerra irregular se inscribe en el marco mas amplio de una guerra de resistencia nacional'.

Además agrega que el 'desarrollo sustentable' de la Amazonia se usará como instrumento de soberanía nacional, lo que requiere la regularización jurídica de sus tierras.

El documento establece objetivos a defender: las FFAA estarán listas para tomar medidas en resguardo del territorio, de las rutas de comercio marítimo, de las plataformas petroleras y del espacio aéreo nacional en caso de eventual inestabilidad del marco internacional, amenaza por un Estado, por fuerzas no convencionales o criminales.

Por ello el Ejército que se halla desplegado principalmente en el sudeste y sur del país, se reposicionará en la zona central, la Marina concentrada en Río de Janeiro se desplegará en áreas estratégicas para el acceso marítimo del enemigo al país: la faja litoral de Santos a Victoria y la desembocadura del río Amazonas. También tendrá presencia en sus cuencas fluviales y de los ríos Paraguay-Paraná. La Fuerza Aérea hoy próxima a San Pablo, así como las otras dos Fuerzas, deberán aumentar su presencia en las zonas fronterizas.

Para negar el uso del mar a un enemigo que se aproxime por este medio, contará con una fuerza naval submarina de envergadura, con submarinos convencionales y de propulsión nuclear (armados con misiles), que podrá proyectar y fabricar en el país. En este sentido acelerará las asociaciones con otros países para ejecutar este último proyecto, cuidando ganar autonomía en tecnologías informáticas para guiar los submarinos y sus sistemas de armas, que se integrarán por etapas para operar en 'red' con las componentes de superficie y aeroespacial. La fuerza naval de superficie será de gran porte y la Marina dedicará atención al proyecto y construcción de naves de combate multipropósito de variados tonelajes.

En cuanto a la Fuerza Aérea, para asegurar la superioridad aérea local deberá entre 2015 y 2025 sustituir la actual flota de aeronaves de combate (lo que se buscará realizar minimizando la dependencia tecnológica externa), sustituir los sistemas de navegación inercial, sistemas de armas y armamento inteligente de alta precisión, tal que permitan discriminar blancos enemigos entremezclados entre fuerzas nacionales. Se dará prioridad a tecnologías que permitan la independencia del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) o de cualquier otro sistema de señal extranjero.

Se facilitará la capacitación de la industria nacional de defensa para conquistar la autonomía en tecnologías indispensables para la defensa, aunque compitiendo con el exterior, comprenderá tanto la incentivación del sector privado como estatal, el que desarrollará aquella tecnología no rentable para el primero en el corto o mediano plazo. Se dará importancia al desarrollo y fabricación en el país de aeronaves de caza, de transporte y no tripuladas, helicópteros de combate y transporte, vehículos blindados, armamento inteligente, misiles, bombas y torpedos, radares, equipo y plataformas para guerra electrónica, sistemas de comunicaciones, municiones, entre otros.

Amenaza de los imperialismos desde afuera. Expansionismo desde adentro

El plan militar de Brasil estimula la integración con América del Sur y considera positiva la creación del Consejo de Defensa Sudamericano, sin embargo así como sistematiza la defensa ante amenazas y ataques externos, le da oportunidad para un expansionismo regional, que algunos analistas comienzan a denunciar (hasta con ciertas características 'imperialistas'). Fueron notables por ejemplo, las declaraciones del jefe del Comando Militar Sur de Brasil, general José Elito Carvalho Siqueira, durante la operación Frontera Sur II que movilizó una tropa de diez mil hombres, y en que se realizó una 'ocupación' de la represa de Itaipú: '...Ya pasó la etapa en que teníamos que esconder las cosas. Hoy nosotros tenemos que demostrar que somos una potencia, y es importante que nuestros vecinos lo sepan'.

El gobierno de George W. Bush sabe que es esencial tener a Brasil como uno de los principales aliados en la región (que junto con India lo considera como potencia emergente), y Obama probablemente profundizará ese rumbo de acercamiento cuando intente revertir la crisis de confianza en el liderazgo mundial de EEUU.

La política de Brasilia es oscilatoria y pragmática. A pesar de la divergencias que genere la vocación histórica de Brasil hacia el liderazgo, su relación con la Alianza Bolivariana de las Américas (Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Honduras, Dominica) y Ecuador puede inclinarse hacia la integración latinoamericana, o bien, sintonizarse según los intereses de Washington en la región, no en vano alguna vez Brasil fue Imperio...

Foto: Brasil – El presidente Inacio Lula da Silva durante la ceremonia de lanzamiento de la Estrategia Nacional de Defensa en el Palacio del Planalto. / Autor: Wilson Dias - ABR

Notas:
1) 'Adelanto del Balance Militar de América del Sur 2008', Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, 18/12/08
2) 'Estratégia Nacional de Defesa', Ministério da Defesa, 17/12/08, 3w.defesa.gov.br
3) Ha sido lanzada la política de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Defensa Nacional, a partir del documento 'Concepción Estratégica para CT& I de interés para Defensa' elaborado en 2003 y revisado en 2008, y el Plan de Acción en Ciencia, Tecnología e Innovación (2007) dirigido a defensa y desarrollo nacional.
4) G. Herren, 'El Bicentenario nos encontrará unidos o dominados... la Cuarta Flota de Estados Unidos', Argenpress.info, 17/7/08; y FORCEnet, Seapower 21, http://forcenet.navy.mil
5) La Directiva 3000.07 (1/12/08) aprobada por el actual Secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, (que continuará en el gobierno de Barack Obama), agrega operaciones de guerra irregular a aquellas de guerra convencional realizadas por las fuerzas armadas estadounidenses. Incluye en forma oficial acciones no convencionales de combate directo (mediante paramilitares, guerrilla y otros) e indirecto (como contrainsurgencia, contraterrorismo, Inteligencia, operaciones de estabilidad, movimientos de resistencia, subversión, operaciones psicológicas, infiltración, sabotajes, etc); 3w.dtic.mil/whs/directives/corres/pdf/300007p.pdf.; y Robert M. Gates, 'Reprogramming the Pentagon for a New Age', Foreign Affairs, January/February 2009

http://www.argenpress.info/2008/12/brasil-y-su-proyeccin-en-amrica-del-sur.html