Vlad Grinquévich, RIA Novosti
Parece paradójico pero hay déficit de combustible en Rusia, uno de los principales suministradores de petróleo en el mundo y esto no son especulaciones sino una lamentable realidad.
El pasado fin de semana, la escasez de gasolina en la República Altai en Siberia Occidental provocó largas colas en las gasolineras que sólo venden 20 litros de carburante por vehículo.
La situación crítica la están viviendo también otras regiones de Rusia. Los expertos no descartan que en los próximos días el déficit de gasolina pueda afectar a San Petersburgo y a Moscú.
En realidad, no hay escasez de gasolina en Rusia. Al contrario, la producción de combustible aumenta.
Según un analista del banco ruso Gazprombank, Alexandr Nazárov, en este mes de abril, la producción de gasolina se ha incrementado un 4% en Rusia en comparación con el pasado marzo.
Pero las petroleras rusas no están interesadas en las ventas de combustible en el mercado doméstico. Los conflictos en el Oriente Próximo y las consecuencias del fuerte terremoto y tsunami ocurridos el pasado 11 de marzo en Japón provocan el alza de los precios del crudo que ya han subido un 30% desde principios del año en curso.
Los precios de los derivados de petróleo encarecieron también. Según Nazárov, en la UE los precios de gasolina batieron récords de 2008, cuando los precios de petróleo alcanzaron su máximo histórico en torno a 140 dólares el barril.
Podríamo afirmar, que a diferencia de Rusia, Europa no es uno de los mayores exportadores del crudo. Pero la formación de precios en el gigante euroasiático se realiza de modo que el ingreso captado por la venta del producto en el mercado exterior sea igual al precio del mercado doméstico.
La reducción de la brecha entre el precio interno y el precio internacional de mercado llevada a cabo a principios de 2011, causó la subida drástica de los precios en el mercado ruso. Las autoridades de Rusia se vieron obligadas a recurrir a los recursos administrativos para tomar la situación bajo su control.
Los precios de hidrocarburos se estabilizaron y aún de redujeron un poco, pero resultó que es desventajoso vender la gasolina al por menor en Rusia. Mejor sería aumentar los suministros a otros países.
Además, el pasado 1 de febrero de 2011, bajaron los derechos de aduana para los derivados de petróleo de bajo peso molecular.
Según el director ejecutivo de la Unión Nacional de Productores de Combustible, Grigori Serguienko, el déficit actual de gasolina fue causado por un desequilibrio de precios y aumento de los suministros del petróleo ruso al mercado extranjero.
Alexandr Nazárov no descarta la posibilidad que, en esta coyuntura desfavorable de formación de precios, varias productoras de petróleo rusas hayan podido parar temporalmente la producción para efectuar una reparación de acuerdo con las normas.
Resulta que las grandes petroleras siguen suministrando el combustible a sus gasolineras mientras que las gasolineras independientes, ante todo las que se ubican fuera de la capital del país, pueden afrontar problemas.
Esta situación se observa en la República de Altai. La petrolera estatal rusa Rosneft y una de las petroleras más importantes de Rusia Gazprom Neft suspendieron el suministro de combustible a las gasolineras independientes. Por otro lado, los automovilistas formaron larguísimas colas en las gasolineras de los propios monopolistas.
El Servicio Antimonopolio Federal insiste en el complot. La Dirección de la República Altai del Servicio Antimonopolio Federal (SAF) de Rusia inició una minuciosa investigación de la situación.
El Estado tiene dos posibilidades para areglas la situación, o volver a aplicar las medidas administrativas o dar su visto bueno al crecimiento de los precios en el mercado de menudeo.
La primera posibilidad conviene a los consumidores pero no les gustaría a las propias petroleras que no quieren privarse de una parte de sus ingresos.
Así las cosas, las medidas administrativas pueden ser poco eficaces y un nuevo déficit sólo será la cuestión del tiempo.
La segunda posibilidad es igualar precios de venta del producto en el mercado doméstico y en el mercado exterior, en contra a la opinión pública que “apoyó la decisión del gobierno ruso de congelar los precios”, dice Grigori Serguienko. Es un círculo vicioso.
Entretanto, si los precios alzan paulatinamente, esto producirá un menor efecto negativo. En todo caso, la influencia de las grandes petroleras en la crisis de gasolina en la República de Altai es más o menos exagerada.
El director de la Fundación de Seguridad Energética Nacional, Konstantín Símonov, cree que los negocios de los vendedires del combustible es demasiado lucrativos. Según él, un papel importante si no decisivo en la situación de la escasez de la gasolina desempeño el “pánico provocado”.
El representante plenipotenciario del presidente ruso en el Distrito Federal de Siberia, Víctor Tolokonski, comparte esta opinión. Según él, hay muchas reservas de combustible en el Territorio de Altai pero las petroleras son incapaces de suministrar la necesaria cantidad de combustible a las gasolineras debido al pánico.
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