Corre el 19 de julio de 1974. En Nicaragua el tronar de las balas y las granadas enmudece para abrirle paso al repique de campanas que enmarca las risas y los cantos de un pueblo que ve el renacer de sus esperanzas.
En carretas, camiones y hasta caminando los ríos de gente se desplazan hacia Managua, la capital de un país centroamericano sumido en la miseria inherente a la dominación de los “gorilas” impuestos por los intereses de quienes ven en estas tierras un patio trasero al cual saquean sin contemplaciones.
La Plaza de la República estaba a reventar de hombres, mujeres que soltaban los fusiles para abrazar a sus niños mientras coreaban “Patria Libre” “Patria Libre”.
Ese día, cesó la guerra y el dolor.
Ese día triunfo la revolución sandinista y así fue transmitida, desde Managua para el mundo.
Treinta años después, los invitamos a recorrer la historia de Nicaragua para entender y conocer el significado de la revolución sandinista para el pueblo nicaragüense y los pueblos de nuestra América.
Se sabe que Nicaragua estaba poblada hace al menos 10.000 años, que es la edad de unas huellas encontradas en una zona de Managua (Acahualinca). Asimismo, varios siglos antes de Cristo recibió migraciones de indígenas provenientes de México.
Cristóbal Colón, en su segundo viaje, tomó por primera vez contacto con la costa del Caribe nicaragûense, aunque el primer explorador que recorrió el país fue Gil González de Avila. Pero los conquistadores españoles se tuvieron que enfrentar con el bravo cacique Nicarao que se resistió a la colonización invasora.
Pero debemos destacar que la zona del Caribe Nicaragüense nunca fue dominada por los españoles. Los ingleses mantuvieron relaciones comerciales con los indios Miskitos, que poblaban esa zona, y no fueron raras las expediciones violentas de dichos indios a las ciudades del interior. Como consecuencia de esta colonización inglesa, todavía una parte importante de la población del Caribe habla inglés e incluso llama "españoles" a los habitantes del resto de Nicaragua.
Y pasaron los años y llegó la independencia, en ese momento, Nicaragua formó parte de las Provincias Unidas de Centroamérica y luego se emancipó totalmente en 1838.
Todo el siglo XIX en Nicaragua fue una sucesión de rivalidades y conflictos entre liberales y conservadores. Los liberales tenían su asiento en la culta ciudad de León (sede de la Universidad), mientras los conservadores hacían de Granada su feudo económico y comercial.
Para acabar de complicar las cosas, la posibilidad de construir un canal interoceánico abrió los apetitos de las potencias europeas. En 1848 los ingleses se apoderaron de la ciudad de San Juan del Norte, en la costa atlántica con el fin de controlar la salida al Caribe del río San Juan y ejercer un protectorado sobre la Costa de los Misquitos.
Pero la injerencia extranjera no acaba aquí, ya que posteriormente Nicaragua fue víctima de la INVASIÓN FILIBUSTERA.
A mediados deL siglo XIX se descubrió oro en California, EEUU, y miles de aventureros se lanzaron a su búsqueda en lo que se llamó la "fiebre del oro". A diferencia de lo que nos muestran las películas del oeste, la mayor parte de los viajeros se dirigía desde la Costa Este de los Estados Unidos a California por mar y no por tierra. La ruta empezaba en Nueva York, de ahí se viajaba a San Juan del Norte (Greytown), se cruzaba el Río San Juan, el lago de Nicaragua y el istmo por San Jorge y se embarcaba hasta San Francisco. Otros viajeros hacían la ruta por un ferrocarril que atravesaba Panamá.
La afluencia de viajeros originó la fundación de la llamada Compañía del Transito, propiedad del magnate Cornelius Vanderbilt.
Las rivalidades entre conservadores y liberales nicaragüenses, las apetencias de Vanderbilt, junto con la ambición de unos aventureros sin escrúpulos propiciaron la invasión filibustera de Nicaragua.
En 1855 un aventurero llamado William Walker fue llamado por los liberales de León para participar en su guerra contra los conservadores. Walker llegó a Nicaragua con 56 mercenarios (conocidos como "filibusteros") y al poco tiempo se había apoderado del país y se había hecho nombrar presidente. En el transcurso de la guerra Granada fue arrasada, se instituyó la esclavitud (con la idea de incorporar Nicaragua a los Estados Unidos como un estado esclavista más) y se declaró el inglés como idioma oficial de Nicaragua. Al llamado de Walker acudieron muchos aventureros y mercenarios, engañados por la perspectiva de un enriquecimiento rápido.
Las potencias de América Central reaccionaron y en 1857 Walker fue derrotado. Una nueva expedición de Walker en 1860 fracasó y Walker fue ajusticiado por los hondureños. Mientras tanto, los ingleses habían constituido un verdadero protectorado en la costa del Pacífico e incluso se llegó a proclamar un "rey Miskito" que gobernaba desde Bluefields.
Un presidente liberal, José Santos Zelaya, llegó al poder en 1893. Este presidente recuperó la costa del Pacífico para el país y depuso al llamado "rey Miskito". Sin embargo, pronto chocó con los intereses norteamericanos que organizaron en 1909 una trama para derrocarlo.
Los marines norteamericanos invadieron el país y en los años siguientes la política nicaragüense fue dirigida completamente por el "gran hermano del Norte". Estos marines permanecieron en Nicaragua hasta 1925, pero tras su marcha de nuevo volvieron los conflictos y los marines regresaron en 1927.
AUGUSTO CESAR SANDINO
El conflicto entre conservadores y liberales se cerró en falso cuando el liberal Moncada accedió a firmar en Tipitapa el llamado "pacto del Espino Negro". En este pacto se aceptaba la presidencia de Adolfo Díaz, y se repartían distintas prebendas a los jefes rebeldes. Todos los generales y caudillos liberales aceptaron el trato, excepto Augusto César Sandino. Se inició así una cruenta lucha contra las tropas norteamericanas de ocupación.
Sandino era un obrero que había estado trabajando en las plantaciones de banano y caña de azúcar de Honduras y Guatemala y en las empresas petrolíferas de México. Con algunos ahorros producto de su trabajo volvió a Nicaragua y compró armas para intervenir en el conflicto interno entre liberales y conservadores. Sandino no aceptó nunca el "pacto del Espino Negro" y mantuvo una lucha sin cuartel para liberar Nicaragua de los marines norteamericanos. Su "pequeño ejército" mantuvo en jaque durante varios años a las tropas americanas y finalmente fue necesario que éstas se retiraran y dejaran en su lugar a un cuerpo recién formado (la Guardia Nacional) para que se pudiese llegar a un acuerdo.
Anastasio Somoza García, jefe de la Guardia Nacional urdió en 1934 un complot para asesinar a Sandino y hacerse con el poder. En 1936 derrocó al presidente Sacasa y se proclamó presidente tras unas elecciones llenas de irregularidades celebradas en 1937, iniciándose así la cruenta dictadura de la dinastía Somoza.
A partir de 1937, Anastasio Somoza dirigió el país con mano de hierro, reformó la constitución y se alió con los Estados Unidos, país que apoyó su régimen dictatorial. Somoza acumuló tierras y riquezas y se hizo dueño de algunas de las empresas más productivas del país. Se atribuye una frase a Somoza cuando fue preguntado acerca de sus muchas fincas y posesiones: "que yo sepa sólo tengo una finca y se llama Nicaragua". Otra frase célebre del presidente Roosevelt sobre Somoza es "Será un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra".
Somoza murió por efecto de los disparos de Rigoberto López Pérez, un poeta leonés, que se infiltró en septiembre de 1956 en un fiesta en su honor. En este atentado murió el propio Rigoberto López. El suceso originó una oleada de represión sin precedentes y muchos opositores fueron detenidos y torturados.
El hijo de Anastasio Somoza García ("Tacho"), Luis Somoza Debayle, se hizo cargo del poder gracias al control que la familia tenía sobre la Guardia Nacional, único cuerpo armado del país. A la muerte de Luis Somoza en 1967 le sucedió su hermano Anastasio Somoza Debayle ("Tachito"), tras un breve período con algún presidente títere.
La acumulación de riquezas por parte de la familia Somoza continuó sin ningún escrúpulo. Cuando en diciembre de 1972 se produjo el terrible terremoto que destruyó Managua, una parte importante de la ayuda internacional fue desviada a los almacenes de la familia y vendida.
Mientras los Somoza robaban y hacían lo que les venía en gana, en las entrañas de Nicaragua se iba forjando un movimiento que en 1979 le daría al país la tan ansiada libertad: EL FRENTE SANDINISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
En 1961 Carlos Fonseca, Tomás Borge y Silvio Mayorga fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una organización armada que pretendía acabar con la dictadura de la familia Somoza. Los inicios de la lucha del Frente Sandinista estuvieron plagados de dificultades, pero poco a poco fue logrando implantación, sobretodo entre jóvenes estudiantes de la Universidad y obreros.
La oposición a los Somoza fue creciendo en los años 70 y las acciones de los sandinistas cada vez se hicieron más audaces.
Así, por ejemplo, en 1974 una fuerza sandinista tomó como rehenes a importantes funcionarios del régimen que se habían dado cita en la casa de José María Castillo, un hombre de negocios amigo de Anastasio Somoza. Los sandinistas consiguieron en aquella ocasión que fuesen liberados numerosos prisioneros políticos, a la vez que su causa era difundida por todo el mundo.
En 1976 Carlos Fonseca murió en un combate con la Guardia Nacional.
Tras la muerte de Carlos Fonseca el Frente Sandinista de Liberación Nacional se dividió en varias tendencias pero siguió ganando gran aceptación nacional. En el contexto de violencia de enero y febrero 1978, muere, asesinado por sicarios de Somoza, Pedro J. Chamorro, director del principal diario de Nicaragua, "La prensa".
Pero el suceso más estremecedor de estas fechas es la represión a la insurrección indígena de Monimbó donde se la Guardia Nacional masacró a los pobladores del barrio indígena de Sabogales. Allí fusilaron en sus casas a 15 personas inocentes, entre los que se encontraban una mujer embarazada y varios niños.
Posteriormente, prenden dentro de una vivienda a los dirigentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional: Arnoldo Quant, Moisés Rivera y Camilo Ortega Saavedra, quienes son brutalmente torturados y asesinados, ingresando de este modo a la inmortalidad. Estos sucesos en vez de desmoralizar al pueblo en armas, le infundió mayor valor y se iba incorporando masivamente a la lucha armada, donde la radio cumplía con un importante papel revolucionario.
Mientras el pueblo sigue movilizado, el 22 de agosto de 1978 el Palacio Nacional es tomado por un comando del FSLN, que toma como rehenes al ministro de gobernación y al de hacienda, aparte de 50 diputados más. Esta acción sirve para canjear prisioneros. En Septiembre de ese mismo año, se da una insurrección a gran escala en los grandes centros urbanos, pero culmina en fracaso.
Esto supone un breve lapso, de Octubre de 1978 a Marzo, de 1979. Este es un periodo de reorganización y reposición de fuerzas por parte del FSLN. También se ve en este periodo un fracaso de las proposiciones de los partidos burgueses y un apoyo mayoritario del pueblo al Sandinismo.
Ya para Junio de 1979 la situación en el país es de crisis pre revolucionaria. El día 4 de Junio comienza la ofensiva, que va a culminar el día 19 de Julio 1979. Se produce una insurrección popular armada generalizada, dirigida por el FSLN, que lleva al derrocamiento de la dictadura de los Somoza.
Con el triunfo de la revolución comenzaba un nuevo período lleno de ilusión pero también de dificultades. El país había quedado destrozado por la guerra, las víctimas habían sido muy numerosas y los Estados Unidos mostraban una actitud recelosa ante las nuevas autoridades nicaragüenses.
Se formó una junta de 5 miembros llamada Junta de Reconstrucción Nacional encabezada por el líder sandinista Daniel Ortega Saavedra. Como dato curioso destacamos que la que más adelante sería rival de Ortega y Presidenta de Nicaragua - Violeta Chamorro – formó parte de esa junta.
Esta junta anuló la constitución somocista e inició la obra de reconstrucción del país.
También se llevó a cabo una intensa campaña de alfabetización, se nacionalizaron las tierras y propiedades de la familia Somoza y de sus más importantes colaboradores, aunque se respetaron otras propiedades y empresas. Se dieron los primeros pasos para mejorar la atención sanitaria y para llevar a cabo una reforma agraria.
El proyecto sandinista no pasaba por el reparto indiscriminado de tierras a los campesinos, sino por el agrupamiento de éstos en cooperativas de trabajadores. Ello provocó algunos roces y decepciones entre quienes habían pensado que la revolución daría paso a la propiedad de la tierra. Por otra parte, muchos nicaragüenses afines a Somoza emigraron a Miami donde constituyeron, junto con los cubanos exiliados, un poderoso grupo de influencia en la política norteamericana.
Pronto empezaron los problemas. Una parte importante de la Guardia Nacional se refugió en Honduras y Costa Rica y, ayudada y financiada por Estados Unidos, inició una guerra contra el régimen sandinista.
En el curso de esta guerra las atrocidades fueron enormes y los recursos dedicados a la misma cada vez eran mayores. Fue necesario instituir un servicio militar y eso causó descontento de muchas personas en Nicaragua. Las cooperativas de campesinos fueron el blanco preferido de los contrarrevolucionarios (o "contras") y los errores de los sandinistas hicieron que una parte de la población que inicialmente apoyaba al gobierno se decantase por la "contra".
Una ola de solidaridad mundial fue la respuesta a la agresión. Se formaron numerosos comités de solidaridad con Nicaragua y los gobiernos europeos desarrollaron importantes proyectos de colaboración con el pequeño país que pugnaba por salir de su atraso. Muchos nicaragüenses fueron enviados a estudiar a universidades extranjeras y brigadas de cooperantes y voluntarios acudían a poner su grano de arena al agitado contexto nicaragüense.
La guerra dificultaba las comunicaciones, consumía recursos ingentes y ocasionaba una gran escasez en el país. El gobierno de Estados Unidos fue condenado por el Tribunal Internacional de la Haya y requerido, sin éxito, para que cesase en su guerra de agresión contra Nicaragua. En 1984 los sandinistas vencieron en unas elecciones supervisadas atentamente por observadores internacionales y Daniel Ortega fue elegido presidente.
La guerra de agresión continuó y en 1985 los Estados Unidos decretaron un embargo comercial contra Nicaragua. Estalló el escándalo Irán-Contra cuando se descubrió que la CIA vendía armas a Irán - contraviniendo el bloqueo decretado por las Naciones Unidas - y con el dinero obtenido apoyaba a la "contra" nicaragüense. También se descubrió el pago de armas con cocaína y el desvío de armamento supuestamente destinado a otros países hacia la "contra" nicaragüense.
Para financiar la guerra, el gobierno sandinista recurrió a la devaluación de la moneda, lo que provocó una espiral inflacionista sin precedentes. Los precios subían día a día y la escasez aumentaba, mientras el país dedicaba a veces hasta la mitad de su presupuesto a la guerra.
La intervención de otros países, en el marco de unos acuerdos de paz globales para la región (en aquella época había conflictos armados en Guatemala y El Salvador) se tradujo en la celebración de nuevas elecciones en 1990 que, contra todo pronóstico, fueron ganadas por una coalición derechista, la UNO (Unión Nacional Opositora) encabezada por Violeta Chamorro.
Tras casi veinte años de gobiernos neoliberales que profundizaron la pobreza y la exclusión en Nicaragua regresó el Frente Sandinista de Liberación Nacional a gobernar el país con el apoyo popular iniciado por las urnas.
Ahora, en un nuevo contexto internacional marcado por el fracaso del Neoliberalismo y el renacimiento de la izquierda que promueve políticas integracionistas basadas en la solidaridad y la complementariedad como la practicada por los países del ALBA, Nicaragua se yergue airosa en el treinta aniversario de su revolución viendo como su consigna “Patria Libre es una realidad”.
http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?28898
En carretas, camiones y hasta caminando los ríos de gente se desplazan hacia Managua, la capital de un país centroamericano sumido en la miseria inherente a la dominación de los “gorilas” impuestos por los intereses de quienes ven en estas tierras un patio trasero al cual saquean sin contemplaciones.
La Plaza de la República estaba a reventar de hombres, mujeres que soltaban los fusiles para abrazar a sus niños mientras coreaban “Patria Libre” “Patria Libre”.
Ese día, cesó la guerra y el dolor.
Ese día triunfo la revolución sandinista y así fue transmitida, desde Managua para el mundo.
Treinta años después, los invitamos a recorrer la historia de Nicaragua para entender y conocer el significado de la revolución sandinista para el pueblo nicaragüense y los pueblos de nuestra América.
Se sabe que Nicaragua estaba poblada hace al menos 10.000 años, que es la edad de unas huellas encontradas en una zona de Managua (Acahualinca). Asimismo, varios siglos antes de Cristo recibió migraciones de indígenas provenientes de México.
Cristóbal Colón, en su segundo viaje, tomó por primera vez contacto con la costa del Caribe nicaragûense, aunque el primer explorador que recorrió el país fue Gil González de Avila. Pero los conquistadores españoles se tuvieron que enfrentar con el bravo cacique Nicarao que se resistió a la colonización invasora.
Pero debemos destacar que la zona del Caribe Nicaragüense nunca fue dominada por los españoles. Los ingleses mantuvieron relaciones comerciales con los indios Miskitos, que poblaban esa zona, y no fueron raras las expediciones violentas de dichos indios a las ciudades del interior. Como consecuencia de esta colonización inglesa, todavía una parte importante de la población del Caribe habla inglés e incluso llama "españoles" a los habitantes del resto de Nicaragua.
Y pasaron los años y llegó la independencia, en ese momento, Nicaragua formó parte de las Provincias Unidas de Centroamérica y luego se emancipó totalmente en 1838.
Todo el siglo XIX en Nicaragua fue una sucesión de rivalidades y conflictos entre liberales y conservadores. Los liberales tenían su asiento en la culta ciudad de León (sede de la Universidad), mientras los conservadores hacían de Granada su feudo económico y comercial.
Para acabar de complicar las cosas, la posibilidad de construir un canal interoceánico abrió los apetitos de las potencias europeas. En 1848 los ingleses se apoderaron de la ciudad de San Juan del Norte, en la costa atlántica con el fin de controlar la salida al Caribe del río San Juan y ejercer un protectorado sobre la Costa de los Misquitos.
Pero la injerencia extranjera no acaba aquí, ya que posteriormente Nicaragua fue víctima de la INVASIÓN FILIBUSTERA.
A mediados deL siglo XIX se descubrió oro en California, EEUU, y miles de aventureros se lanzaron a su búsqueda en lo que se llamó la "fiebre del oro". A diferencia de lo que nos muestran las películas del oeste, la mayor parte de los viajeros se dirigía desde la Costa Este de los Estados Unidos a California por mar y no por tierra. La ruta empezaba en Nueva York, de ahí se viajaba a San Juan del Norte (Greytown), se cruzaba el Río San Juan, el lago de Nicaragua y el istmo por San Jorge y se embarcaba hasta San Francisco. Otros viajeros hacían la ruta por un ferrocarril que atravesaba Panamá.
La afluencia de viajeros originó la fundación de la llamada Compañía del Transito, propiedad del magnate Cornelius Vanderbilt.
Las rivalidades entre conservadores y liberales nicaragüenses, las apetencias de Vanderbilt, junto con la ambición de unos aventureros sin escrúpulos propiciaron la invasión filibustera de Nicaragua.
En 1855 un aventurero llamado William Walker fue llamado por los liberales de León para participar en su guerra contra los conservadores. Walker llegó a Nicaragua con 56 mercenarios (conocidos como "filibusteros") y al poco tiempo se había apoderado del país y se había hecho nombrar presidente. En el transcurso de la guerra Granada fue arrasada, se instituyó la esclavitud (con la idea de incorporar Nicaragua a los Estados Unidos como un estado esclavista más) y se declaró el inglés como idioma oficial de Nicaragua. Al llamado de Walker acudieron muchos aventureros y mercenarios, engañados por la perspectiva de un enriquecimiento rápido.
Las potencias de América Central reaccionaron y en 1857 Walker fue derrotado. Una nueva expedición de Walker en 1860 fracasó y Walker fue ajusticiado por los hondureños. Mientras tanto, los ingleses habían constituido un verdadero protectorado en la costa del Pacífico e incluso se llegó a proclamar un "rey Miskito" que gobernaba desde Bluefields.
Un presidente liberal, José Santos Zelaya, llegó al poder en 1893. Este presidente recuperó la costa del Pacífico para el país y depuso al llamado "rey Miskito". Sin embargo, pronto chocó con los intereses norteamericanos que organizaron en 1909 una trama para derrocarlo.
Los marines norteamericanos invadieron el país y en los años siguientes la política nicaragüense fue dirigida completamente por el "gran hermano del Norte". Estos marines permanecieron en Nicaragua hasta 1925, pero tras su marcha de nuevo volvieron los conflictos y los marines regresaron en 1927.
AUGUSTO CESAR SANDINO
El conflicto entre conservadores y liberales se cerró en falso cuando el liberal Moncada accedió a firmar en Tipitapa el llamado "pacto del Espino Negro". En este pacto se aceptaba la presidencia de Adolfo Díaz, y se repartían distintas prebendas a los jefes rebeldes. Todos los generales y caudillos liberales aceptaron el trato, excepto Augusto César Sandino. Se inició así una cruenta lucha contra las tropas norteamericanas de ocupación.
Sandino era un obrero que había estado trabajando en las plantaciones de banano y caña de azúcar de Honduras y Guatemala y en las empresas petrolíferas de México. Con algunos ahorros producto de su trabajo volvió a Nicaragua y compró armas para intervenir en el conflicto interno entre liberales y conservadores. Sandino no aceptó nunca el "pacto del Espino Negro" y mantuvo una lucha sin cuartel para liberar Nicaragua de los marines norteamericanos. Su "pequeño ejército" mantuvo en jaque durante varios años a las tropas americanas y finalmente fue necesario que éstas se retiraran y dejaran en su lugar a un cuerpo recién formado (la Guardia Nacional) para que se pudiese llegar a un acuerdo.
Anastasio Somoza García, jefe de la Guardia Nacional urdió en 1934 un complot para asesinar a Sandino y hacerse con el poder. En 1936 derrocó al presidente Sacasa y se proclamó presidente tras unas elecciones llenas de irregularidades celebradas en 1937, iniciándose así la cruenta dictadura de la dinastía Somoza.
A partir de 1937, Anastasio Somoza dirigió el país con mano de hierro, reformó la constitución y se alió con los Estados Unidos, país que apoyó su régimen dictatorial. Somoza acumuló tierras y riquezas y se hizo dueño de algunas de las empresas más productivas del país. Se atribuye una frase a Somoza cuando fue preguntado acerca de sus muchas fincas y posesiones: "que yo sepa sólo tengo una finca y se llama Nicaragua". Otra frase célebre del presidente Roosevelt sobre Somoza es "Será un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra".
Somoza murió por efecto de los disparos de Rigoberto López Pérez, un poeta leonés, que se infiltró en septiembre de 1956 en un fiesta en su honor. En este atentado murió el propio Rigoberto López. El suceso originó una oleada de represión sin precedentes y muchos opositores fueron detenidos y torturados.
El hijo de Anastasio Somoza García ("Tacho"), Luis Somoza Debayle, se hizo cargo del poder gracias al control que la familia tenía sobre la Guardia Nacional, único cuerpo armado del país. A la muerte de Luis Somoza en 1967 le sucedió su hermano Anastasio Somoza Debayle ("Tachito"), tras un breve período con algún presidente títere.
La acumulación de riquezas por parte de la familia Somoza continuó sin ningún escrúpulo. Cuando en diciembre de 1972 se produjo el terrible terremoto que destruyó Managua, una parte importante de la ayuda internacional fue desviada a los almacenes de la familia y vendida.
Mientras los Somoza robaban y hacían lo que les venía en gana, en las entrañas de Nicaragua se iba forjando un movimiento que en 1979 le daría al país la tan ansiada libertad: EL FRENTE SANDINISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
En 1961 Carlos Fonseca, Tomás Borge y Silvio Mayorga fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una organización armada que pretendía acabar con la dictadura de la familia Somoza. Los inicios de la lucha del Frente Sandinista estuvieron plagados de dificultades, pero poco a poco fue logrando implantación, sobretodo entre jóvenes estudiantes de la Universidad y obreros.
La oposición a los Somoza fue creciendo en los años 70 y las acciones de los sandinistas cada vez se hicieron más audaces.
Así, por ejemplo, en 1974 una fuerza sandinista tomó como rehenes a importantes funcionarios del régimen que se habían dado cita en la casa de José María Castillo, un hombre de negocios amigo de Anastasio Somoza. Los sandinistas consiguieron en aquella ocasión que fuesen liberados numerosos prisioneros políticos, a la vez que su causa era difundida por todo el mundo.
En 1976 Carlos Fonseca murió en un combate con la Guardia Nacional.
Tras la muerte de Carlos Fonseca el Frente Sandinista de Liberación Nacional se dividió en varias tendencias pero siguió ganando gran aceptación nacional. En el contexto de violencia de enero y febrero 1978, muere, asesinado por sicarios de Somoza, Pedro J. Chamorro, director del principal diario de Nicaragua, "La prensa".
Pero el suceso más estremecedor de estas fechas es la represión a la insurrección indígena de Monimbó donde se la Guardia Nacional masacró a los pobladores del barrio indígena de Sabogales. Allí fusilaron en sus casas a 15 personas inocentes, entre los que se encontraban una mujer embarazada y varios niños.
Posteriormente, prenden dentro de una vivienda a los dirigentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional: Arnoldo Quant, Moisés Rivera y Camilo Ortega Saavedra, quienes son brutalmente torturados y asesinados, ingresando de este modo a la inmortalidad. Estos sucesos en vez de desmoralizar al pueblo en armas, le infundió mayor valor y se iba incorporando masivamente a la lucha armada, donde la radio cumplía con un importante papel revolucionario.
Mientras el pueblo sigue movilizado, el 22 de agosto de 1978 el Palacio Nacional es tomado por un comando del FSLN, que toma como rehenes al ministro de gobernación y al de hacienda, aparte de 50 diputados más. Esta acción sirve para canjear prisioneros. En Septiembre de ese mismo año, se da una insurrección a gran escala en los grandes centros urbanos, pero culmina en fracaso.
Esto supone un breve lapso, de Octubre de 1978 a Marzo, de 1979. Este es un periodo de reorganización y reposición de fuerzas por parte del FSLN. También se ve en este periodo un fracaso de las proposiciones de los partidos burgueses y un apoyo mayoritario del pueblo al Sandinismo.
Ya para Junio de 1979 la situación en el país es de crisis pre revolucionaria. El día 4 de Junio comienza la ofensiva, que va a culminar el día 19 de Julio 1979. Se produce una insurrección popular armada generalizada, dirigida por el FSLN, que lleva al derrocamiento de la dictadura de los Somoza.
Con el triunfo de la revolución comenzaba un nuevo período lleno de ilusión pero también de dificultades. El país había quedado destrozado por la guerra, las víctimas habían sido muy numerosas y los Estados Unidos mostraban una actitud recelosa ante las nuevas autoridades nicaragüenses.
Se formó una junta de 5 miembros llamada Junta de Reconstrucción Nacional encabezada por el líder sandinista Daniel Ortega Saavedra. Como dato curioso destacamos que la que más adelante sería rival de Ortega y Presidenta de Nicaragua - Violeta Chamorro – formó parte de esa junta.
Esta junta anuló la constitución somocista e inició la obra de reconstrucción del país.
También se llevó a cabo una intensa campaña de alfabetización, se nacionalizaron las tierras y propiedades de la familia Somoza y de sus más importantes colaboradores, aunque se respetaron otras propiedades y empresas. Se dieron los primeros pasos para mejorar la atención sanitaria y para llevar a cabo una reforma agraria.
El proyecto sandinista no pasaba por el reparto indiscriminado de tierras a los campesinos, sino por el agrupamiento de éstos en cooperativas de trabajadores. Ello provocó algunos roces y decepciones entre quienes habían pensado que la revolución daría paso a la propiedad de la tierra. Por otra parte, muchos nicaragüenses afines a Somoza emigraron a Miami donde constituyeron, junto con los cubanos exiliados, un poderoso grupo de influencia en la política norteamericana.
Pronto empezaron los problemas. Una parte importante de la Guardia Nacional se refugió en Honduras y Costa Rica y, ayudada y financiada por Estados Unidos, inició una guerra contra el régimen sandinista.
En el curso de esta guerra las atrocidades fueron enormes y los recursos dedicados a la misma cada vez eran mayores. Fue necesario instituir un servicio militar y eso causó descontento de muchas personas en Nicaragua. Las cooperativas de campesinos fueron el blanco preferido de los contrarrevolucionarios (o "contras") y los errores de los sandinistas hicieron que una parte de la población que inicialmente apoyaba al gobierno se decantase por la "contra".
Una ola de solidaridad mundial fue la respuesta a la agresión. Se formaron numerosos comités de solidaridad con Nicaragua y los gobiernos europeos desarrollaron importantes proyectos de colaboración con el pequeño país que pugnaba por salir de su atraso. Muchos nicaragüenses fueron enviados a estudiar a universidades extranjeras y brigadas de cooperantes y voluntarios acudían a poner su grano de arena al agitado contexto nicaragüense.
La guerra dificultaba las comunicaciones, consumía recursos ingentes y ocasionaba una gran escasez en el país. El gobierno de Estados Unidos fue condenado por el Tribunal Internacional de la Haya y requerido, sin éxito, para que cesase en su guerra de agresión contra Nicaragua. En 1984 los sandinistas vencieron en unas elecciones supervisadas atentamente por observadores internacionales y Daniel Ortega fue elegido presidente.
La guerra de agresión continuó y en 1985 los Estados Unidos decretaron un embargo comercial contra Nicaragua. Estalló el escándalo Irán-Contra cuando se descubrió que la CIA vendía armas a Irán - contraviniendo el bloqueo decretado por las Naciones Unidas - y con el dinero obtenido apoyaba a la "contra" nicaragüense. También se descubrió el pago de armas con cocaína y el desvío de armamento supuestamente destinado a otros países hacia la "contra" nicaragüense.
Para financiar la guerra, el gobierno sandinista recurrió a la devaluación de la moneda, lo que provocó una espiral inflacionista sin precedentes. Los precios subían día a día y la escasez aumentaba, mientras el país dedicaba a veces hasta la mitad de su presupuesto a la guerra.
La intervención de otros países, en el marco de unos acuerdos de paz globales para la región (en aquella época había conflictos armados en Guatemala y El Salvador) se tradujo en la celebración de nuevas elecciones en 1990 que, contra todo pronóstico, fueron ganadas por una coalición derechista, la UNO (Unión Nacional Opositora) encabezada por Violeta Chamorro.
Tras casi veinte años de gobiernos neoliberales que profundizaron la pobreza y la exclusión en Nicaragua regresó el Frente Sandinista de Liberación Nacional a gobernar el país con el apoyo popular iniciado por las urnas.
Ahora, en un nuevo contexto internacional marcado por el fracaso del Neoliberalismo y el renacimiento de la izquierda que promueve políticas integracionistas basadas en la solidaridad y la complementariedad como la practicada por los países del ALBA, Nicaragua se yergue airosa en el treinta aniversario de su revolución viendo como su consigna “Patria Libre es una realidad”.
http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?28898
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