jueves, 23 de junio de 2011

Espejo chileno

Héctor Béjar

Si usted pregunta a cualquier peruano qué piensa del modelo chileno le dirá que es un éxito. Esa es la opinión que nadie se atreve a discutir en el Perú. Pero hay que mirarse en el espejo chileno.

El 16 de junio, setenta mil estudiantes y profesores marcharon por la Alameda de Santiago. Veinte universidades y doscientos cuarenta colegios secundarios fueron tomados por los estudiantes de escuelas públicas y privadas. Como ha sido costumbre en los gobiernos de la Concertación y en éste de la derecha, la respuesta fue gases y palos.

En el Perú post Fujimori y en el Chile post Pinochet cualquier ignorantón aspirante a millonario puede ser rector de una Universidad. La educación es un negocio en que se amasan fortunas. Al haberse municipalizado los colegios muchas municipalidades no tienen cómo mantenerlos y las escuelas son cada vez peores. Siguiendo postulados friedmanianos (de Milton Friedman, cuyas propuestas fueron aplicadas por los Chicago Boys en la época de Pinochet) los bancos dan créditos educativos. Y así termina usted pagando deudas eternas. La familia chilena, vía endeudamiento a más de veinte años, ha tenido que hacerse cargo de la enseñanza.

Un afortunado en este negocio es el ministro de Educación, Joaquín Lavín, líder de la ultraconservadora UDI (Unión Demócrata Independiente) y hombre del Opus Dei. Él hizo millones con la Universidad del Desarrollo. Fue alcalde de Santiago y quiere ser presidente el 2014. En Chile como aquí, el Opus Dei usa la educación como columna económica.

“En Chile está prohibido pensar” y “Educación igualitaria para todos ahora” son los lemas de los hijos del modelo chileno que no comparten el entusiasmo de ciertos peruanos por la herencia pinochetista.

El supuesto exitoso modelo chileno ha destruido la ecología andina con su reforestación masiva de especies extrañas para fabricar papel y su envenenamiento de las aguas para criar salmón. Como necesita desesperadamente energía, ahora se pretende construir cinco centrales hidroeléctricas en la Patagonia a pesar de la protesta del sur. La reconstrucción de Concepción después del terremoto es tan lenta como la del Pisco de Alan García. Según la encuestadora Adimark Gfk, a los catorce meses de su mandato la desaprobación de Piñera bordea el sesenta por ciento. Los jóvenes visten cuello y corbata pero son explotados en empleos precarios y “flexibles”. Deben trepar, (competir, le dicen) no discutir.

Pero la nueva generación dista de pensar como los “pepekausas” del Perú. No cree en pamplinas y habla claro. Laura Ortiz, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), ha dicho: “Es preciso realizar una transformación del modelo económico del país; la renacionalización del cobre es primordial para garantizar financieramente los derechos sociales arrebatados”.

Orlando Caputo y Graciela Galarce, economistas de la Universidad de Chile y el centro de estudios Cetes, declararon al diario Clarín de Buenos Aires: “La economía chilena tiene agotamiento relativo (…) Según el Banco Central, ingresan anualmente al país provenientes de los fondos de pensión AFP, o de inversiones chilenas en Argentina, Perú y otros países, 5,650 millones de dólares. Pero salen 25,000 millones”.

El sistema de AFP tiene siete millones de afiliados y hay 3.5 millones sin posibilidad de pensión. A veintisiete años de operar el sistema, las AFP en Chile se hacen cargo apenas del cinco por ciento de los adultos mayores de sesenta y cinco años. No han disminuido las obligaciones del Estado: hoy Chile destina a jubilaciones un seis por ciento del PBI, un tercio del gasto público total. Ya hay 1.5 millones de afiliados a las AFP socorridos por el Estado. ¿Qué va a pasar cuando sean 3.5 millones?

Desde su creación el sistema concentró capital en manos de los amigos de Pinochet. Por eso mientras los accionistas de las AFP reunieron 69,000 millones de dólares y acumularon ganancias por 15,000 millones, la jubilación promedio es apenas el equivalente a cien dólares y el cincuenta por ciento de los aportantes no tiene acceso a una pensión mínima.

Ése es el modelo chileno. Ahora es modelo de movilización, rebeldía y protesta, como los indignados de España, los trabajadores de Grecia, los colegiales de Inglaterra. ¿Qué les parece?.

Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/

lunes, 20 de junio de 2011

Italia está cansada con el gobierno de Berlusconi

Andrei Fediashin, RIA Novosti

En los días 12 y 13 de junio los italianos votaron en el referendo nacional y los resultados del plebiscito no dejan lugar a dudas: Italia está cansada de su primer ministro Silvio Berlusconi.

En términos jurídicos se trata, de momento, de una “separación”, porque para un divorcio legal hacen falta los comicios generales. Y, dadas las circunstancias, parece que éstos no tardarán.

¿Basta Berlusconi?

Los adversarios más acérrimos de “Il Cavaliere” (así es conocido en su país) afirman que el primer ministro todavía tuvo mucha suerte.

Llegó el verano, la temporada de vacaciones, cuando los italianos no están para la política. De convocarse el referendo en otoño Berlusconi perdería su insignificante mayoría en el Parlamento y le llevarían de inmediato a las urnas electorales, como a la guillotina. Todo el mundo espera que esto mismo sucederá a principios, o a finales, de otoño.

Los políticos más “antiBerlusconi” de los centristas, socialistas, izquierdistas, ultraizquierdistas y demás, insisten en la inmediata destitución del gabinete. Según afirman, el plebiscito ya lo puso todo de manifiesto y no tiene ningún sentido esperar las elecciones de 2013, año en que Berlusconi oficialmente termina su mandato.

En el referendo los italianos pudieron pronunciarse con respecto a cuatro cuestiones: el futuro de energía nuclear, la ley del llamado legítimo impedimento (un decreto promovido por el Gobierno que permite a los ministros no acudir a los juicios mientras dura su mandato), la privatización del agua y el aumento de su precio. A todo esto el pueblo dijo un rotundo “no” con una media de 90% de los votos.

Berlusconi, en cambio, necesitaba un “sí” a las cuatro propuestas sometidas a la consulta popular, así que los resultados del plebiscito es una derrotasin paliativos del primer ministro italiano. De acuerdo con la legislación de Italia, el referendo es válido si en él participa más de 50% de la población.

El quórum necesario fue superado con un 57%. Y eso a pesar de que todos los medios de comunicación controlados por el primer ministro (que representan el 90% de todos los medios nacionales) hasta el día de la votación hicieron caso omiso del evento y todos los partidarios de “Il Cavaliere” siguieron su consejo de no acudir a las urnas.

Este hecho evidencia que la mayoría de los electores italianos no apoya la política de su primer ministro. En cualquier país europeo el jefe de gobierno dimitiría tras conocerse los resultados tan aplastantes. Tanto más que no es la primera derrota y tampoco la primera señal de que Italia está “hastiada”.

Hace tan sólo un par de semanas, el 30 de mayo, la derecha de Berlusconi perdió la alcaldía de Milán, la ciudad natal y bastión electoral del jefe de gobierno, y fue derrotada en Nápoles.

La coalición del primer ministro en el Parlamento se sostiene sólo gracias al apoyo de la ultraderecha y separatista “Liga del Norte”. Sin embargo, entre sus diputados y militantes ya se oyen voces de que Umberto Bossi, líder del partido, debería alejarse de Berlusconi para que el partido quede a flote. Porque debido al vínculo con el apasionado Silvio la “Liga” va perdiendo apoyo en el norte.

No obstante, el jefe de gobierno italiano sigue luchando a sus 74 años (en septiembre cumplirá los 75) como lo hizo a los 30, a los 40 y los 50. Declaró que hay que respetar la voluntad del pueblo y que Italia, seguramente, tendrá que despedirse de la energía nuclear, pero no de él, Silvio Berlusconi.

Despedida de la energía nuclear

No es la primera vez que Italia intenta abordar el problema de la generación de energía pero el intento termina en un fracaso.

En 1987, justo después de la catástrofe acaecida en la central nuclear de Chernóbil (1986), en el país se convocó el referendo sobre al posibilidad de construir plantas nucleares.

No fue ninguna sorpresa que los italianos hubieran votado en contra. Ahora, tras el siniestro de Fukushima, tampoco nadie esperaba que dijeran “sí”.

Italia ha sido el primer país desarrollado que, después del desastre en Japón, sometió al referendo nacional la cuestión de la energía nuclear. Anteriormente la renunció Alemania pero fue una decisión aprobada por el gobierno.

Hace cinco años Berlusconi hizo público los planes de construcción, con la ayuda de Francia, de 10 centrales nucleares en el país que cubrirían hasta una cuarta parte de las necesidades energéticas de Italia. Las primeras plantas tendrían que ser empezadas en 2013.

La energía eléctrica en Italia es la más cara en la UE y ahora el futuro energético del país es más que confuso. Se podría construir unas plantas ecológicas que no usen carbón, petróleo ni uranio. Pero es muy caro y tardará mucho.

El rechazo de la energía nuclear ya es una tendencia común en Europa. Aunque los expertos aseguran que tiene que pasar cierto tiempo hasta que se apacigüen las aguas después de Fukushima para volver al tema de la energía nuclear.

Porque en realidad hay países (Italia está entre ellos) que no tienen alternativas serias a las centrales nucleares.

La sed seguirá aumentando

Entre los expertos tampoco hay unanimidad en la valoración del rechazo que mostraron los italianos hacia la privatización de los recursos acuáticos y el nuevo sistema de tarificación.

No es que Italia se siga abasteciendo de agua por los acueductos de la Roma antigua pero las tuberías, canales, depuradoras están muy deteriorados sin que el estado dispusiera, ni fuera a disponer, de los medios necesarios para su reparación completa.

Además, Italia no posee tanta riqueza acuática como, por ejemplo, Finlandia, así que su sed seguirá aumentando.

La reacción del pueblo ante las propuestas del referendo referentes al agua tiene más de emociones que de pragmatismo, que, por otra parte, nunca ha sido muy propio de los italianos. Lo único que prueba esta reacción es que Italia no aguanta más a Silvio Berlusconi.

El relevo de Il Cavaliere

Il Cavaliere sedujo a Italia en tres ocasiones. Fue primer ministro en los años 1994-95, 2001-2006 y lo es ahora, desde la primavera de 2008. Sólo Benito Mussolini ocupó el puesto del jefe de gobierno más tiempo que él, en los tres mandatos acumulados (21 años).

Los italianos durante mucho tiempo tomaron al impredecible, presumido, insolente, mujeriego y egoista Berlusconi y sus salidas como una especie de “postre” después de los pesados, aburridos y falsos debates políticos.

Pero el “postre” empieza a cansar cuando va de la mano de los procesos judiciales (hay cuatro abiertos ahora mismo). Además, Il Cavaliere, que va presumiendo de su impunidad, es infinitamente ambicioso y fanfarrón. Es difícil respetar al primer ministro del que se ríe toda Europa.

El mayor talento de Silvio es haber sido capaz de convencer a los italianos de una forma inconcebible (pero con la ayuda de sus periódicos, revistas y canales de televisión, claro está) que los destinos de Italia están ligados a él y sin él se quedará huérfana.

Y no fue muy difícil: en los últimos 12 años los partidos del centroizquierda cambiaron de líder ocho veces. Si Berlusconi a muchos caía mal, los centristas e izquierdistas – fatal.