sábado, 4 de julio de 2009

La apropiación de Obama por las derechas

Este artículo denuncia el oportunismo mostrado por las derechas españolas y catalanas al querer adueñarse de la imagen del Presidente Obama, oponiéndose a la vez al desarrollo en España de políticas promovidas por el Presidente de EEUU en aquel país, tales como el aumento muy notable del gasto público, el aumento de los impuestos a las rentas superiores, el incremento de los servicios públicos y el reforzamiento de los sindicatos.

La popularidad del Presidente Obama explica que varios partidos políticos en España hayan intentado apropiarse de su figura, asignándole una pertenencia a su familia política. Incluso el Partido Popular intentó en su momento presentarse como la versión española del Obamismo. El intento más reciente es el de CIU, a través de un artículo que su diputado en el Parlamento, el Sr. Francesc Homs i Molist, escribió hace unos días en la revista semanal El Siglo (por cierto, una de las revistas semanales más interesantes que se publican hoy en España). Criticaba el autor al Presidente Zapatero por intentar adueñarse de la figura de Obama, recordándole que, en realidad, “Obama forma parte de la familia demócrata, que en el parlamento Europeo está representada por el ALDE (Alliance of Liberals and Democrats for Europe), precisamente el grupo donde residen los eurodiputados de CIU y del PNV.”.

El Partido Demócrata de EEUU, sin embargo, no pertenece a ninguna Internacional, ni tampoco a la Liberal. Y lo sé de primera mano. En el año 1988, siendo yo consejero del candidato a la Presidencia de EEUU por parte del Partido Demócrata, el Reverendo Jesse Jackson Sr., tuve la oportunidad de conocer por casualidad la relación que el Partido Demócrata tenía con la Internacional Liberal. Fue durante la Convención del Partido Demócrata en Atlanta (al final del proceso de las primarias del Partido Demócrata para elegir el candidato de tal Partido a la Presidencia de EEUU), cuando Jesse Jackson y sus asesores (entre los cuales me encontraba yo) y el Gobernador Dukakis y sus asesores nos reunimos para pactar las bases sobre las cuales Jackson (que había conseguido el 40% de los delegados elegidos en las primarias) apoyaría a Dukakis (que consiguió el 60%). En un descanso de las negociaciones, Jackson me pidió que le representara en una fiesta que se daba a invitados de otros países, y cuál sería mi agradable sorpresa cuando vi a Trias Fargas, al cual conocía de Barcelona por el apoyo que había dado, a pesar de ser liberal y banquero, a las izquierdas catalanas en la lucha clandestina de la cual yo había formado parte. Cuando le pregunté a qué se debía su visita al Congreso Demócrata, me indicó que estaba allí en representación de la Internacional Liberal, que tenía una relación privilegiada con el Partido Demócrata. Tenía yo gran estima y aprecio a Trías Fargas, pero esta estima no se extendía al Partido Liberal. De manera que, cuando volví a la reunión de trabajo, se lo comuniqué a Jesse Jackson (un socialdemócrata convencido), que hizo suya la causa de distanciar al Partido Demócrata de la Internacional Liberal. Y así se lo pidió a Dukakis, añadiendo este distanciamiento como una condición más del apoyo de Jackson a Dukakis, condición que éste aceptó. A partir de entonces, el Partido Demócrata no tiene un trato preferencial hacia la Internacional Liberal, pues también ha extendido su relación a la Internacional Socialista y a la Internacional Democrática Centrista. Su contrapunto europeo incluye partidos pertenecientes a todas estas sensibilidades políticas habiendo aclarado que es su deseo tener una relación con un amplio espectro político y no sólo el liberal (véase la web del National Democratic Institute). Me alegra haber contribuido a este hecho.

En realidad, el Partido Demócrata es un enorme paraguas en el que hay una gran variedad de sensibilidades políticas. Grandes sectores de las bases (lo que se llama grassroots) como sindicatos, movimientos sociales, movimientos de derechos civiles, movimiento feminista (Now) y movimientos ecológicos, son de orientación socialdemócrata, orientación que se diluye en la medida que se sube en el aparato del Partido (algo semejante a lo que ocurre con la socialdemocracia española). La cúspide del Partido Demócrata adopta frecuentemente posturas de centro y centroderecha, en parte debido a la influencia de los grandes grupos empresariales y financieros que pagan las campañas electorales del Partido Demócrata. A ello se debe que en su grupo parlamentario haya políticos (los Blue Dog Democrats) que están claramente a la derecha (predominantemente aquellos que proceden del Sur).

De ahí que exista una distancia muy elevada entre las bases del partido y su dirección, lo que explica el gran enfado de las bases, su abstención y su gran deseo de cambio, deseo que el candidato Obama supo muy bien capitalizar. Como he indicado en varios artículos, no fue Obama el que creó un movimiento, sino que fue el movimiento de desapego y hastío con la situación política, resultado de la enorme influencia de los grupos económicos en la vida política de Washington, lo que hizo un Obama posible.

Las políticas de Obama reflejan esta polivalencia que existe en el Partido Demócrata, lo que explica que sea fácil que personas de distintas sensibilidades políticas puedan identificarse con él. En la política de recuperación de la Banca, por ejemplo, ha seguido muy de cerca las políticas promovidas por la propia Banca, políticas muy poco populares. Ahora bien, en el plan de estímulo económico (que ha sido la mayor causa de la gran popularidad que tiene) ha seguido políticas keynesianas de clara orientación socialdemócrata, opuestas, por cierto, a las propuestas que han hecho los partidos conservadores y liberales españoles, PP, y catalanes, CIU. Obama ha incrementado sustancialmente el gasto público (un 5% del PIB), financiándolo a base de aumentar el déficit del Estado (hasta un 13% del PIB) y aumentando los impuestos de las rentas superiores, eliminando a la vez gran número de agujeros fiscales que beneficiaban precisamente a estas rentas. CIU y PP están precisamente en contra de cada una de estas intervenciones en España.

Apoyé la elección del candidato Obama, y deseo que su Administración cumpla con las promesas que hizo como candidato. Este apoyo no está carente, sin embargo, de críticas, que creo necesarias, sobre todo en Europa, donde se ha idealizado bastante la figura de Obama. Ahora bien, me parece de un excesivo oportunismo político que las derechas, que se han opuesto a que se realice en España cada uno de los pasos que ha dado Obama en EEUU, ahora se presenten como su colega y hermano político.

Una última observación. La cultura política estadounidense es muy distinta a la europea y española. Incluso la terminología política es distinta. En EEUU un liberal es un político como, Jesse Jackson, o un economista, como Paul Krugman, que están a favor de políticas públicas redistributivas, de un aumento del gasto público, de un incremento de los impuestos de carácter progresista, de un mayor protagonismo del sector público y de una mayor presencia de los sindicatos (políticas identificadas con la tradición socialdemócrata), precisamente al revés de lo que significa ser un liberal en Europa y en España. El hecho de que los medios de información raramente hagan tal aclaración refiriéndose, por ejemplo, al economista Krugman como “un liberal”, crea una gran confusión, sobre la cual aparecen todo tipo de malentendidos.

Publicado en el diario digital ELPLURAL.COM, 3 de Julio de 2009
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=88113

Honduras: la futilidad del golpe

La historia se repite, y muy probablemente concluya de la misma manera. El golpe de estado en Honduras es una re-edición del que se perpetrara en Abril del 2002 en Venezuela y del que fuera abortado ante la fulminante reacción de varios gobiernos de la región en Bolivia el año pasado. Un presidente violentamente secuestrado en horas de la madrugada por militares encapuchados, siguiendo al pie de la letra lo indicado por el Manual de Operaciones de la CIA y la Escuela de las Américas para los escuadrones de la muerte; una carta de renuncia apócrifa que se dio a conocer con el propósito de engañar y desmovilizar a la población y que fue de inmediato retransmitida a todo el mundo por la CNN sin antes confirmar la veracidad de la noticia; la reacción del pueblo que conciente de la maniobra sale a la calle a detener los tanques y los vehículos del Ejército a mano limpia y a exigir el retorno de Zelaya a la presidencia; el corte de la energía eléctrica para impedir el funcionamiento de la radio y la televisión y sembrar la confusión y el desánimo. Como en Venezuela, ni bien encarcelaron a Hugo Chávez los golpistas instalaron un nuevo presidente: Pedro Francisco Carmona, a quien la inventiva popular lo rebautizó como “el efímero.” Quien desempeña su rol en Honduras es el presidente del Congreso unicameral de ese país, Roberto Micheletti, quien juró este domingo como mandatario provisional y sólo un milagro le impediría correr la misma suerte que su predecesor venezolano.

Lo ocurrido en Honduras pone de manifiesto la resistencia que provoca en las estructuras tradicionales de poder cualquier tentativa de profundizar la vida democrática. Bastó que el Presidente Zelaya decidiera llamar a una consulta popular -apoyada con la firma de más de 400.000 ciudadanos- sobre una futura convocatoria a una Asamblea Constitucional para que los distintos dispositivos institucionales del estado se movilizaran para impedirlo, desmintiendo de ese modo su supuesto carácter democrático: el Congreso ordenó la destitución del presidente y un fallo de la Corte Suprema convalidó el golpe de estado. Fue nada menos que este tribunal quien emitió la orden de secuestro y expulsión del país del Presidente Zelaya, prohijando como lo hizo a lo largo de toda la semana la conducta sediciosa de las Fuerzas Armadas.
Zelaya no ha renunciado ni ha solicitado asilo político en Costa Rica. Fue secuestrado y expatriado, y el pueblo ha salido a la calle a defender a su gobierno. Las declaraciones que logran salir de Honduras son clarísimas en ese sentido, especialmente la del líder mundial de Vía Campesina, Rafael Alegría. Los gobiernos de la región han repudiado al golpismo y en el mismo sentido se ha manifestado Barack Obama al decir que Zelaya "es el único presidente de Honduras que reconozco y quiero dejarlo muy claro". La OEA se expresó en los mismos términos y desde la Argentina la Presidenta Cristina Fernández declaró que "vamos a impulsar una reunión de Unasur, aunque Honduras no forma parte de ese organismo, y vamos a exigir a la OEA el respeto de la institucionalidad y la reposición de Zelaya, además garantías para su vida, su integridad física y la de su familia, porque eso es fundamental, porque es un acto de respeto a la democracia y a todos los ciudadanos.”

La brutalidad de todo el operativo lleva la marca indeleble de la CIA y la Escuela de las Américas: desde el secuestro del Presidente, enviado en pijama a Costa Rica, y el insólito secuestro y la golpiza propinada a tres embajadores de países amigos: Nicaragua, Cuba y Venezuela, que se habían acercado hasta la residencia de la Ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, para expresarle la solidaridad de sus países, pasando por el ostentoso despliegue de fuerza hecha por los militares en las principales ciudades del país con el claro propósito de aterrorizar a la población. A última hora de la tarde impusieron el toque de queda y existe una estricta censura de prensa, pese a lo cual no se conoce declaración alguna de la Sociedad Interamericana de Prensa (siempre tan atenta ante la situación de los medios en Venezuela, Bolivia y Ecuador) condenando este atentado contra la libertad de prensa.

No está demás recordar que las fuerzas armadas de Honduras fueron completamente restructuradas y “re-educadas” durante los años ochentas cuando el Embajador de EEUU en Honduras era nada menos que John Negroponte, cuya carrera “diplomática” lo llevó a cubrir destinos tan distintos como Vietnam, Honduras, México, Irak para, posteriormente, hacerse cargo del super-organismo de inteligencia llamado Consejo Nacional de Inteligencia de su país. Desde Tegucigalpa monitoreó personalmente las operaciones terroristas realizadas contra el gobierno Sandinista y promovió la creación del escuadrón de la muerte mejor conocido como el Batallón 316 que secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras mientras en sus informes a Washington negaba que hubiera violaciones de los derechos humanos en ese país. En su momento el Senador estadounidense John Kerry demostró que el Departamento de Estado había pagado 800 mil dólares a cuatro compañías de aviones de carga pertenecientes a grandes narcos colombianos para que transportasen armas para los grupos que Negroponte organizaba y apoyaba en Honduras. Estos pilotos testificaron bajo juramento confirmando las declaraciones de Kerry. La propia prensa estadounidense informó que Negroponte estuvo ligado al tráfico de armas y de drogas entre 1981 a 1985 con el objeto de armar a los escuadrones de la muerte, pero nada interrumpió su carrera. Esas fuerzas armadas son las que hoy depusieron a Zelaya. Pero la correlación de fuerzas en el plano interno e internacional es tan desfavorable que la derrota de los golpistas es sólo cuestión de (muy poco) tiempo.

http://www.atilioboron.com/2009/06/honduras-la-futilidad-del-golpe-la.html

miércoles, 1 de julio de 2009

HONDURAS: The Members of the Cabinet of the Government of President Zelaya Address the Honduran People and the International Community


AUTHOR: CABINET OF THE HONDURAN GOVERNMENT IN RESISTANCE

Considering:

That on June 28, in the early hours of the morning, the Constitutional President of the Republic, José Manuel Zelaya Rosales, was kidnapped by a group of soldiers and taken to Costa Rica, where at an international press conference he himself denounced the coup d’état by the Honduran Armed Forces and the National Congress.

Considering:

That the National Congress of the Republic brought forth a resignation with a forged signature, denied by President Zelaya himself as well as his Cabinet.

Considering:

That with arguments well removed from reality, the Congress proceeded to accept the supposed resignation of the President and his Cabinet, in order to later illegally and unconstitutionally name and swear in Roberto Micheletti Bain, as de facto President.

Considering:

That the family of President José Manuel Zelaya Rosales and the members of his Cabinet continue to be persecuted, without enjoying any kind of legal protection.

Considering:

That the de facto President and his illegitimate government, together with deputies and military groups have decreed a curfew between 9:00 p.m. and 6 a.m., violating the rights guaranteed in our Magna Carta.

Considering:

That it is impossible for the Honduran public to receive objective information and independent media have been closed, in another flagrant and consummate attempt against freedom of expression.

Considering:

That all the member countries of the International Community, including the European Union, the OAS, the countries of the Southern Cone, the members of ALBA, the Central American Integration System (SICA), and the United Nations, condemn the military coup, refusing completely to recognize the illegal usurper government, and that all demand the immediate and unconditional restoration of the only Constitutional President of the Republic, José Manuel Zelaya Rosales.

THE MEMBERS OF THE CABINET OF THE GOVERNMENT OF PRESIDENT ZELAYA DECLARE TO THE PEOPLE AND THE INTERNATIONAL COMMUNITY:

  1. That the only government legally constituted and elected by the people is that of citizen José Manuel Zelaya Rosales.
  1. That we are organizing, along with civil society, workers, political parties and society at large in a peaceful resistance, refusing the installation of a government and de facto president who are trying to strike a blow against democracy in our country.
  1. That the Honduran people have reacted courageously and peacefully against this coup against democracy.
  1. That we reiterate that we are standing with our President, ready to defend democracy and we are sure that thanks to the resounding support from the noble Honduran people and the international community, we will re-establish the rule of law and re-install the government of José Manuel Zelaya Rosales, elected by the people, in order to complete his constitutional term and continue his tireless work on behalf of the Honduran people.
  2. We exhort all Hondurans to continue with us in the peaceful defense of democracy so that in the hours to come we may re-establish peace and order in our beloved Honduras.

Tegucigalpa MDC, June 29th, 2009

Cabinet of the Honduran Government in Resistance

ENRIQUE FLORES LANZA, PRESIDENTIAL MINISTER

EDUARDO ENRIQUE REINA, PRIVATE SECRETARY

REBECA SANTOS, FINANCE SECRETARY

FREDIS CERRATO, SECRETARY OF COMMERCE AND INDUSTRY

CESAR SALGADO, FHIS MINISTER (Honduran Fund of Social Investment)

RICCI MONCADA, ENERGY MINISTER

EDWIN ARAQUE, PRESIDENT OF THE HONDURAN CENTRAL BANK

JACOBO LAGOS, MINISTER OF THE PRESIDENTIAL STAFF

MARCIO SIERRA, PRESIDENTIAL VICE-MINISTER

BEATRIZ VALLE, MINISTER OF FOREIGN AFFAIRS

CARLOS ORBIN MONTOYA, ASSESSOR MINISTER

RODOLFO PASTOR FASQUELLE, MINISTER OF CULTURE, ARTS AND SPORTS

MILTON JIMENEZ PUERTO, PRESIDENT OF THE NATIONAL BANKING AND INSURANCE COMMISSION

RICARDO ARIAS, PRESIDENTIAL VICE-MINISTER

JORGE MENDEZ, SANAA MANAGER (National Autonomous Service of Aqueducts and Sewer Systems)

FRANCISCO FUNES, INA MANAGER (National Agrarian Institute)

MARCO VELASQUEZ, VICE-MINISTER OF TRANSPORTATION AND HOUSING

MARCO TULIO CARTAGENA, INA SUB-MANAGER (National Agrarian Institute)

ADA SERRANO, PANI DIRECTOR (National Board on Children)

JOSE MEDINA, ETHNIC MINISTER

ANGEL MURILLO SELVA, MINISTER OF AGRICULTURE AND RANCHING

MAYRA MEJIA, MINISTER OF EMPLOYMENT AND SOCIAL SECURITY

MARLON BREVE, EDUCATION MINISTER

MARCO BURGOS, MINISTER OF THE PERMANENT COMMISSION ON EMERGENCIES

KAREN ZELAYA, MINISTER OF COOPERATION

DORIS GARCIA, MINISTER OF THE NATIONAL WOMEN’S INSTITUTE

JORGE ALBERTO ROSA, HONDUTEL DIRECTOR

SUYAPA PRUDOT, MINISTER OF THE HONDURAN INSTITUTE FOR CHILDREN AND FAMILIES

Un mensaje de los halcones de Washington

El golpe militar en Honduras del pasado 28 de junio, que en realidad había comenzado a dar señales a mediados de ese mes, cuando el automóvil que transportaba al presidente Manuel Zelaya Rosales fue atacado, es un globo de ensayo de los nuevos esquemas golpistas que Estados Unidos plantea para la región, cuando su contrainsurgencia “cívica” no puede lograr la desestabilización de gobiernos, como se intenta en varios países de América Latina.

El presidente fue secuestrado por militares en su casa en la madrugada del 28 de junio y trasladado a Costa Rica en el mejor estilo de los golpes del terrorismo de Estado del pasado. La gravísima situación que continuó con medidas represivas, asesinatos, secuestros de funcionarios, de periodistas y de la propia canciller Patricia Rodas y embajadores de otros países, pone contra la pared a la propia administración estadounidense de Barack Obama. Todos los testimonios y denuncian señalan a los organismos de inteligencia y militares de Estados Unidos.

Hay una realidad incuestionable. Ese país mantiene una base militar en Palmerola, en la zona de Comayagua y construye otra supuestamente para la lucha antidrogas sobre la Costa Atlántica hondureña.

Con semejante instalación en un país como Honduras, la vigilancia del Grupo militar de la embajada y las instituciones como la CIA y el FBI, más sus fundaciones dependientes, disfrazadas de “democráticas”, es imposible que ignoraran el golpe de Estado.

En Palmerola, entre San Pedro Sula y Tegucigalpa, está ubicada la estratégica Base Aérea José Enrique Soto Cano, donde opera la Fuerza de Tarea Conjunto Bravo de Estados Unidos. Esta base fue impuesta en el esquema de la Guerra Fría en los años 80, cuando Washington llevaba adelante la guerra encubierta contra Nicaragua sandinista.

Por ese entonces, el embajador enviado por Estados Unidos, John Negroponte (1981-1985) era llamado el “Virrey de Honduras” por la forma en que controlaba la situación interna de ese país y también toda Centroamérica. Honduras es un país extremadamente vigilado y nadie podía ignorar en la sede diplomática de Estados Unidos lo que se estaba preparando contra el presidente Zelaya.

Los primeras rispideces entre el mandatario y Washington se produjeron el 27 de enero de 2006, a sólo ocho días de la asunción del gobierno cuando el entonces embajador estadounidense Charles Ford le solicitó asilo para el terrorista cubano- americano y agente de la CIA, Luis Posadas Carriles. Asi lo relató el presidente el 29 de agosto de 2008 a periodistas en su país. Zelaya dijo que rechazó esa petición y respondió que era imposible porque Posada Carriles “era una persona seriamente cuestionada en el mundo por actos terroristas”.

Posada había sido detenido en marzo de 2005 en Estados Unidos supuestamente por ingresar “ilegalmente” al país, pero era una operación de la Cia para proteger a uno de sus hombres, que en el año 2000 con otros de sus compañeros, fue apresado con explosivos en Panamá, durante la Cumbre iberoamericana cuando intentaba asesinar al presidente Fidel Castro y al mandatario venezolano Hugo Chávez.

Asimismo Posadas Carriles está acusado por Venezuela por su autoría en un atentado contra un avión de Cubana aviación que estalló sobre Barbados y dejó 73 víctimas en 1976.

Al relatar estos hechos Zelaya dijo que le constaba la defensa estadounidense de ese tipo de terrorismo y recordó las constantes interferencias de las embajadas de Estados Unidos en América Latina y cómo país fue víctima de la Guerra Fría en los años 80 cuando desde ese territorio se atacaba a Nicaragua.

La oposición interna en Honduras se activaría cuando Zelaya decidió unirse a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) .

En junio de 2008 visitó Honduras, Negroponte, entonces subsecretario de Estado, quien realizaba una gira regional y fue recibido por la protesta popular ya que estaba acusado por su responsabilidad en la desaparición forzada de más de 200 hondureños y extranjeros y la persecución, prisión y tomentos inferidos a otros en los años 80.

Negroponte manejó el traslado de militares de la dictadura argentina para acordar con la CIA el apoyo en la guerra sucia de los mercenarios de la “contra” nicaragüense, todo esto denunciado internacionalmente y sobre lo cual hay testimonios y documentos desclasificados.

Le preocupaba en 2008 que el presidente Zelaya, ante la situación de riesgo que presentaba el aeropuerto internacional de Tocontín en Tegucigalpa, hubiera pensando en ubicar un gran aeropuerto comercial en Palmerola. El cálculo de Estados Unidos es que la construcción del aeropuerto significaría el retiro de su base en el lugar. “Esto (de construir un aeropuerto) no se hace de la noche a la mañana” dijo Negroponte quien al finalizar su paso por Honduras donde mantuvo reuniones con el presidente Zelaya para firmar algunos acuerdos, pero además se reunió con la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Vilma Morales, y el titular del Parlamento Roberto Micheletti.

La Corte y Micheletti fueron activos participantes del golpe y este asumió el gobierno, mintiendo sobre la renuncia de Zelaya que nunca existió. También Negroponte se reunió con los ex presidentes Carlos Flores y Ricardo Maduro y otros dirigentes opositores.

Después de esta visita se incrementó la campaña opositora contra el presidente en la que la embajada de Estados Unidos tuvo papel preponderante.

EL FACTOR INTERNO

En un informe reciente el analista Guido Eguigure (Portal Rebelión, junio 2009) hizo una cronología de esta oposición interna que defiende poderosos intereses y de la que Zelaya “tomó distancia” desde el comienzo de su gestión, asumiendo una política interna independiente de esos poderes y de la presencia externa. .

Sus medidas fuertes contra la corrupción estructural, la evasión fiscal, el enriquecimiento ilícito y otros males responsables de la injusticia que condenó a la pobreza y al olvido a Honduras. Zelaya eliminó el “monopolio de la importación de combustibles que dejaba ganancias millonarias a una empresa” y negocios de importación de armas y medicinas” entre otros, que durante unos 20 años estuvieron en manos del dueño de dos grandes medios de información. A su vez este potentado mediático recibía una fuerte “ayuda” económica del Estado.

“En 2008 enfrentó directamente a los diputados del Congreso en contra de un acuerdo de estos para reformar la ley electoral pretendiendo financiar de manera permanente los partidos políticos con el presupuesto nacional, propuesta que se gano el rechazo unánime de la población y del ejecutivo”, señaló el analista.

Hubo otro distanciamientos con el Congreso por la elección de la nueva corte suprema de justicia y el Fiscal General que “borró la línea divisoria entre los dos partidos tradicionales, que se ubicaron nítidamente en contra del interés nacional y en contra del ejecutivo”

El presidente realizó importantes avances a nivel social, pese a la oposición del Congreso y las conspiraciones y profundizó una amplia alianza con los sectores populares, mientras los grandes medios no cesaron nunca de atacar a su gobierno.

Estos actuaron decisivamente en el golpe con una propaganda terrorista contra la consulta no vinculante que había propuesto el gobierno planteando la posibilidad de un plebiscito destinado a realizar una Asamblea Constituyente.

Una consulta a todas luces legal, democrática y necesaria ya que llegando al bicentenario de la independencia de América Latina uno de los puntos clave es la reforma de constituciones donde en muchos casos privan normas neocoloniales impuestas por intereses ajenos a las soberanías nacionales o utilizables para sostener las dependencias.

Los medios masivos, también secuestrados por el poder neocolonial, actúan en Honduras con la típica metodología contrainsurgente desinformando y creando miedos en la población y sus discursos son modelos envejecidos de la Guerra Fría, como se ha visto tanto en el golpismo en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y en otros lugares.

Esa contrainsurgencia mediática se extiende por el mundo y se evidenció con el golpe en Honduras en diversos medios masivos que intentaron ocultar la gravedad del golpe e inclusive acusarlo a la víctima, el presidente Zelaya. Esto fue imposible de sostener ante la acción clara de América Latina y otros países del mundo y la posición tomada por la OEA, la ONU y el propio presidente de Estados Unidos que condenó el golpe.

Volviendo a la cronología de Eguigure este recordó que el 23 de junio el candidato a Alcalde de Tocoa de la izquierdista Unificación Democrática sufrió un grave atentado cuando sicarios dispararon casi 30 balas de AK 47 contra su automóvil y resultó gravemente herido. En esa misma ciudad fue asesinado Carlos Escaleras (ex candidato a alcalde por el mismo partido) hace ya mas de diez años, caso emblemático de uno de los tres que se litiga ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos”.

Hay una cantidad de hechos similares que precedieron a lo actuado por los militares el 24 de junio cuando el presidente Zelaya destituyó al general Romeo Vásquez, (un alumno aventajado de la Escuela de las Américas) y aceptó la renuncia del ministro de Defensa, Edmundo Orellana, después que ambos desobedecieran la orden de distribuir el material necesario para la realización de la consulta el pasado 28 de junio.

Al día siguiente, en un acto de extrema ilegalidad, la magistrada Rosalinda Cruz, anunció una decisión de la Corte Suprema que ordenaba la restitución en su cargo de Romeo Vásquez. Esa institución se plegaba al golpe. El presidente solicitó de inmediato al Consejo Permanente de la OEA una reunión urgente para el 26 de junio, a la vez que envió una carta a los presidentes del mundo denunciando la rebelión contra el poder civil, la voluntad del pueblo y la Constitución.

Valientemente advirtió que no se detendría la consulta popular y llamó al pueblo en defensa de sus derechos.

Por su parte el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH, denunció el golpismo y el secuestro de las urnas por los militares como “una ofensiva golpista planificada y ejecutada de manera articulada entre el Congreso Nacional fascista, los medios de comunicación y sus dueños; El Ministerio Público, los empresarios más poderosos del país y las Fuerzas Armadas, que han venido actuando en franco desacato a las decisiones del poder ejecutivo”. Se denunció que el ejército asumió un papel similar al de los años 80 “cuando servía de instrumento de desestabilización y represión” y también “la injerencia y participación de Estados Unidos y su embajador en Honduras, quién alertado de antemano sobre los hechos denunciados abandonó el país, y llamó a los directivos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones cercanas al gobierno norteamericano, a abandonar Honduras”.

El mismo día el presidente convocó a los sectores populares a la Casa de Gobierno y también al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas para reafirmar su compromiso con la consulta. Al frente de su pueblo recuperó las urnas secuestradas.

Eso le costaría el secuestro y traslado ilegal y la instalación de un golpe brutal, repudiado a nivel mundial desde donde se exige la restitución del mandatario.

LA MANO QUE MECE LA CUNA

De acuerdo con un trabajo del Observatorio Social Centroamericano entre los propulsores del golpe figuran también las trasnacionales farmacéuticas que tienen sus laboratorios en varios países de América central y que apoyaron el movimiento desestabilizador contra el presidente Zelaya impidiendo a principios de este año la compra de medicamentos genéricos a precios posibles para atender la demanda del pueblo hondureño, con un atraso de más de medio siglo en salud.

En esto colaboraron activamente las Fundaciones de la CIA, como la National Endowment Foundation (NED) (supuesta Fundación para la Democracia) Y la Agencia Internacional para el desarrollo (USAID) y especialmente el nuevo engendro de ambos, “UnoAmérica” (Unión de Organizaciones Democráticas de América Latina) cuya peligrosidad aumenta con los días.

Financiada por la NED y conformada por militares, paramilitares de las pasadas dictaduras, mercenarios y fascistas UnoAmérica está señalada en el intento de intento de asesinato contra el Presidente de Bolivia, Evo Morales.

Precisamente la prensa hondureña en defensa del golpe dio testimonio del apoyo de esos grupos criminales en sus declaraciones desde Colombia contra el presidente y estimulando el golpismo. Varios ex militares hondureños de los tiempos de la guerra sucia partícipes en el golpe son partes de esta organización que tomó las bases de la siniestra Operación Cóndor, una coordinadora criminal de las dictaduras del Sur y las centroamericanas. El periodista Jean Guy Allaard la llama “Alianza Fascista Panamericana” con toda razón.

Pero el factor externo y fundamental detrás del golpe es el interés en la preservación de las bases militares de Estados Unidos en Honduras, dentro del plan de control de ese país, cuando el mapa de Centroamérica no favorece a Washington.

Como denunció el Grupo de Estudios sobre América Latina y Caribe (GEAL) a fines del año 2007, Washington considera a Centroamérica su “frontera sur”, y el plan es resguardarla bajo una fuerte presencia militar.

Esto se complicó más con el nuevo plan de seguridad regional para México y Centroamérica al que destinó Washington mil 400 millones de dólares. Sandino Asturias, director de la ONG “Centro de Estudios Guatemaltecos” sostuvo que “al plan Maya-Jaguar y Palmerola, se unen los guardacostas en El Salvador, los helicópteros estadounidenses en Guatemala y Honduras, el fuerte papel de la DEA y el centro de radares en el aeropuerto (militar) salvadoreño” al explicar la estrategia estadounidense.

El plan Maya-Jaguar, acordado en 1998 y “renovado cada año por Guatemala y Estados Unidos, establece la presencia de soldados estadounidenses en territorio guatemalteco para reprimir el narcotráfico”.

Este movimiento de tropas de Estados Unidos que además asesoran y forman policías y militares es respaldado por las unidades de infantería y naves de la Fuerza Aérea en la base de Palmerola.

Allí recordó Asturias se encuentra la pista de aterrizaje más grande de Centroamérica que tiene más de dos mil 600 metros, específicamente necesaria para los grandes aviones de Estados Unidos.

“Hay un triángulo entre El Salvador, Guatemala y Honduras que refuerza la presencia militar de Estados Unidos” dijo Asturias.

El comisionado de derechos Humanos de Honduras Ramón Custodio ha denunciado que “Palmerola es una ocupación militar” de Estados Unidos en su país. A esta presencia invasora se añade ahora una nueva creación. El 6 de febrero de 2009, el embajador de Estados Unidos Hugo Llorrens colocó la primera piedra de una base supuestamente antidrogas que deberá estar concluida en marzo de 2010 para ser inaugurada por el gobierno que asuma el 27 de enero de ese año.

El Departamento de Gracias a Dios donde se ubica la base, es fronterizo con Nicaragua y estratégico para los planes de dominación regional de Washington. Se sostiene que por ese corredor pasa droga procedente de Colombia hacia Estados Unidos y esto incluye al departamento insular de Islas de la Bahía, (Utila, Roatán, y Guanaja) .

El almirante James Stavridis, jefe del Comando Sur ya anunció la instalación de alta tecnología en el lugar y el envío de aviones y avionetas de interdicción, lanchas rápidas. También habrá entrenamiento de tropas. Para los “halcones” de Washington cualquier posibilidad de que un presidente como Zelaya continuara en el cargo o fuera sucedido por alguien con su misma posición en defensa de la soberanía nacional y con independencia real de Washington no “es conveniente y menos en una región hay varios gobiernos insumisos”.

http://www.cubadebate.cu/opinion/2009/07/01/un-mensaje-de-los-halcones-de-washington-stella-calloni/

domingo, 28 de junio de 2009

El primer golpe de Estado de Obama

[Nota: ­­­­En estos momentos son las 11 y cuarto de la mañana, hora de Caracas. Manuel Zelaya, presidente de Honduras, está hablando en directo en TeleSur desde San José (Costa Rica). Ha confirmado que esta madrugada unos soldados irrumpieron abriendo fuego en su residencia y lo amenazaron de muerte, a él y a su familia, si se oponía al golpe de Estado. Se vio obligado a acompañar a los soldados, que lo transportaron a la base aérea, desde donde voló a Costa Rica. Ha solicitado que el gobierno de Estados Unidos emita un comunicado en el que condene el golpe, pues lo contrario significaría su aquiescencia.]

Caracas (Venezuela).- El mensaje de texto que sonó en mi teléfono móvil esta mañana decía así: “Alerta, Zelaya ha sido secuestrado, golpe de Estado en marcha en Honduras. Difúndelo.” Ha sido un duro despertar en un domingo por la mañana, sobre todo para los millones de hondureños que se estaban preparando para ejercer por primera vez su sagrado derecho al voto en un referéndum consultivo sobre la convocatoria de una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución. Supuestamente, la disputa se centra en el referéndum convocado para hoy, que no es vinculante, sino sólo una encuesta de opinión para determinar si una mayoría de hondureños desean, o no, que se inicie un proceso para modificar su Constitución.

Una iniciativa de este tipo nunca había tenido lugar en esta nación centroamericana, cuya constitución es tan limitada que sólo permite una mínima participación del pueblo hondureño en sus procesos políticos. Dicha constitución, redactada en 1982, en el momento álgido de la guerra sucia del gobierno de Reagan en Centroamérica, fue diseñada para instituir que quienes detentaban el poder tanto económico como político pudiesen mantenerlo con las mínimas interferencias del pueblo. Zelaya, elegido en noviembre de 2005 por la plataforma del Partido Liberal de Honduras, había propuesto la encuesta de opinión para determinar si la mayoría de los ciudadanos estaban de acuerdo en que era necesaria una reforma constitucional. Su propuesta fue apoyada por la mayoría de los sindicatos y movimientos sociales del país. De haber tenido lugar, y dependiendo de los resultados, se habría organizado un referéndum durante las próximas elecciones de noviembre para votar sobre la convocatoria de una Asamblea Constituyente, pero la encuesta prevista para hoy no era vinculante de acuerdo con la ley.

De hecho, varios días antes de que tuviera lugar, la Corte Suprema de Honduras la declaró ilegal a petición del Congreso. Es de señalar que ambos, Congreso y Corte Suprema, están controlados por mayorías contrarias a Zelaya y por miembros del ultraconservador Partido Nacional de Honduras (PNH). La ilegalización dio lugar a manifestaciones masivas favorables al presidente Zelaya. El 24 de junio, el presidente destituyó al jefe del alto mando militar, el general Romeo Vásquez, después de que éste se negase a permitir que los militares distribuyesen el material electoral para la consulta de hoy. El general Vásquez mantuvo el material bajo estricto control militar y se negó a distribuirlo, incluso a los seguidores del presidente, con la excusa de que la Corte Suprema había declarado ilegal la consulta prevista y, por lo tanto, no podía obedecer la orden presidencial. Al igual que sucede en Estados Unidos, el presidente de Honduras es el Comandante en Jefe y tiene la última palabra en cualquier acción militar, por lo que ordenó la destitución del general. Ángel Edmundo Orellana, ministro de Defensa, también dimitió como respuesta a esta situación cada vez más tensa.

Pero al día siguiente la Corte Suprema de Honduras restituyó en sus funciones al general Vásquez, tras declarar “inconstitucional” su destitución. Miles de hondureños se echaron a las calles de Tegucigalpa, la capital del país, en apoyo al presidente Zelaya, como muestra de su determinación de asegurar que la consulta no vinculante tuviera lugar. El viernes pasado, el presidente y un grupo de centenares de seguidores, marcharon a la cercana base aérea para recuperar el material electoral previamente secuestrado por los militares. Aquella noche, Zelaya celebró una conferencia de prensa nacional junto a un grupo de políticos de diferentes partidos y movimientos sociales, en la que hizo un llamamiento a la paz y a la unidad en el país.

Ayer sábado se informó que la situación en Honduras era tranquila. Sin embargo, en la madrugada de hoy domingo un grupo de aproximadamente sesenta militares armados asaltaron la residencia presidencial y tomaron como rehén a Zelaya. Tras varias horas de confusión, empezaron a filtrarse informaciones según las cuales el presidente había sido transportado a la cercana base aérea y llevado a la vecina Costa Rica. Hasta el momento no existen imágenes del presidente y se desconoce si su vida está en peligro.

Sobre las 10 de la mañana, hora de Caracas, Xiomara Castro de Zelaya, la esposa del presidente, denunció en directo en TeleSur que en la madrugada del domingo los soldados irrumpieron en su residencia disparando, golpearon al presidente y lo secuestraron. “Fue un acto cobarde”, dijo la primera dama refiriéndose al secuestro, que tuvo lugar a una hora en la que nadie pudo reaccionar. Castro de Zelaya hizo también un llamamiento para que mantuvieran con vida a su marido e indicó que incluso ella desconoce su paradero. Añadió que sus vidas siguen estando en “grave peligro” y pidió que la comunidad internacional denunciase este golpe de Estado y actuase con rapidez para reinstaurar el orden constitucional del país, lo cual incluye el rescate y regreso del democráticamente elegido Zelaya.

Evo Morales y Hugo Chávez, presidentes de Bolivia y Venuela, han realizado declaraciones públicas la mañana de hoy domingo, en las cuales condenan el golpe de Estado en Honduras y han hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que reaccione, se restaure la democracia y el presidente constitucional regrese a su puesto. El miércoles pasado, 24 de junio, tuvo lugar en Venezuela un encuentro extraordinario de los países miembros del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas), de la que forma parte Honduras, con el fin de dar la bienvenida a la organización a Ecuador, Antigua, Barbados, San Vicente y las Granadinas. Durante el encuentro, al que asistió Patricia Rodas, ministra de Exteriores de Honduras, se leyó una declaración de apoyo al presidente Zelaya en la que se condenaba cualquier intento socavar su mandato y los procesos democráticos de Honduras.

Informes provenientes de Honduras establecen que el Canal 8 de la televisión pública ha sido tomado por las fuerzas golpistas. Hace pocos minutos TeleSur anunció que los militares hondureños están cortando la electricidad del país. Según ha informado la ministra Rodas en TeleSur: “Las comunicaciones telefónicas y la electricidad están cortadas. Las televisiones emiten dibujos animados y telenovelas y no informan al pueblo de Honduras de lo que está sucediendo.” La situación es muy parecida a la del golpe de Estado de abril de 2002 contra el presidente Chávez en Venezuela, cuando los medios jugaron un papel clave, en primer lugar manipulando la información como apoyo al golpe y, con posterioridad, eliminando cualquier información una vez que el pueblo empezó a manifestarse y terminó por derrotar a las fuerzas golpistas rescatando a Chávez, que también fue secuestrado por los militares, y restaurando el orden constitucional.

Honduras es una nación que ha sido víctima el siglo pasado de dictaduras y múltiples intervenciones de Estados Unidos, entre ellas varias invasiones militares. La última intervención importante del gobierno estadounidense en Honduras tuvo lugar durante los años ochenta, cuando el gobierno de Reagan financió escuadrones de la muerte y paramilitares con el fin de eliminar cualquier “amenaza comunista” en Centroamérica. En aquel momento, John Negroponte era el embajador estadounidense ante el gobierno de Honduras y fue el responsable directo de la financiación y entrenamiento de los escuadrones de la muerte hondureños que asesinaron e hicieron desaparecer a miles de ciudadanos en la región.

El viernes pasado, la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una reunión extraordinaria con el fin de discutir la situación en Honduras. Con posterioridad emitió un comunicado en el que condenó las amenazas a la democracia y autorizó el viaje a Honduras de un grupo de representantes de la OEA. No obstante, el viernes, Philip J. Crowley, secretario de Estado adjunto estadounidense, se negó a definir la posición del gobierno estadounidense con respecto al posible golpe de Estado contra el presidente Zelaya y, en su lugar, emitió una ambigua declaración de la que se desprendía que Washington apoyaba a la oposición al presidente Zelaya. Mientras que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos declararon sin ningún género de duda su más rotunda condena de los planes golpistas de Honduras y su inquebrantable apoyo al presidente constitucionalmente elegido, el portavoz estadounidense afirmó: “Nos preocupa la ruptura del diálogo político entre los políticos hondureños sobre la consulta constitucional del 28 de junio. Instamos a las partes a que busquen una solución democráticamente consensuada al actual callejón sin salida político, que sea conforme a la constitución y a las leyes hondureñas acordes con los principios de la Carta Democrática Interamericana.”

Hoy domingo, a las diez y media de la mañana, Washington todavía no ha emitido ninguna declaración relativa al golpe de Estado en Honduras. La nación centroamericana es muy dependiente de la economía estadounidense, que le asegura una de las principales fuentes de ingresos, las transferencias de dinero que envían los hondureños que trabajan en Estados Unidos bajo el programa de “estatuto temporal protegido”, instaurado durante la guerra sucia de Washington en la década de los ochenta a causa de la enorme inmigración a territorio estadounidense para escapar de la zona de guerra. Otra fuente importante de ingresos de Honduras es USAID, que aporta más de 50 millones de dólares anuales para programas de “promoción de la democracia”, los cuales habitualmente dan apoyo a las ONG y a los partidos políticos favorables a los intereses de Estados Unidos, como ha sido el caso en Venezuela, Bolivia y otras naciones de la región. El Pentágono también mantiene la base militar de Soto Cano en Honduras, con aproximadamente quinientos soldados y numerosos aviones y helicópteros de combate.

Patricia Rodas, ministra de Exteriores, ha dicho que ha intentado repetidamente ponerse en contacto con Hugo Llorens, embajador de Estados Unidos en Honduras, el cual hasta el momento no ha respondido a ninguna de sus llamadas. El modus operandi del golpe de Estado deja bien claro que Washington está implicado. Ni el ejército hondureño, cuya mayoría ha sido entrenada por las fuerzas estadounidenses, ni las elites políticas y económicas del país derrocarían a un presidente democráticamente elegido sin el apoyo y respaldo de Washington. Las fuerzas conservadoras de Honduras han sometido al presidente Zelaya a ataques cada vez más frecuentes por su creciente relación con los países del ALBA, en particular con Venezuela y el presidente Chávez. Muchos están convencidos de que este golpe pretende asegurar que Honduras no seguirá acercándose a los países más izquierdistas y socialistas de América Latina.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=87762