jueves, 11 de junio de 2009

Un Nuevo Orden Mundial, Un Nuevo Panorama Geopolítico



*Manuel Temponi Rodríguez


El Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos de Norteamérica en noviembre de 2008 dio a conocer un informe: Panorama Global, Un Mundo Transformado 2025 (este es el cuarto, además existen Panorama Global: 2010, 2015 y 2020), que publicaron una gran cantidad de medios electrónicos, entre ellos el diario El País de España. El informe se trata de las tendencias en el futuro en las siguientes aéreas: globalización, demografía, el resurgimiento de nuevos polos de poder, la decadencia de las instituciones internacionales, el cambio climático y la política energética; de las consecuencias que traerá un mundo multipolar.


Por tal razón, es un documento lleno de datos interesantes, que pasaremos analizar algunos fragmentos a continuación:


1) “El sistema internacional- como se construyó después de la Segunda Guerra Mundial- será irreconocible…”


El sistema internacional reconocible y aceptado por el establisment estadounidense, es aquel que después de la Segunda Guerra Mundial con un vertiginoso crecimiento industrial y una inmensa acumulación de capital, debido a la ventaja de no haber padecido en su territorio secuelas de la magnitud vivida por los europeos, tenían garantizado el mercado de la post-guerra.


A la hora de la creación de la arquitectura financiera en la conferencia de Bretton Woods en Nueva Hampshire, las circunstancias le eran favorables de imponer sus condiciones como “Ganador”. Ahí pactaron el monto de los aportes de capital por un monto de $ 8.800 millones, a EE.UU le correspondía la cuota de $ 2.700 millones (31%), Reino Unido $ 1.300 millones (14.8%), la Unión Soviética $1.200 millones (13.6%), China $ 550 millones (6.3%), y Francia $ 450 millones (5.1%) entre los principales socios; en el acuerdo se fijó que, las sedes del Banco Mundial (B.M) y Fondo Monetario Internacional (F.M.I), y el uso del dólar como moneda de uso internacional, es decir, nada más y nada menos que la sangre de sistema financiero global. Asimismo, de la ocupación de Europa Occidental con Bases Militares en España, Italia, Alemania, etc., que más adelante en 1949 daría nacimiento a la Alianza Militar de la Organización de Tratado del Atlántico Norte (O.T.A.N).


Inmediatamente terminada la Segunda Guerra Mundial, inicia la Guerra Fría, confrontación Este-Oeste (EE.UU- U.R.S.S), un conflicto de baja intensidad que permaneció aproximadamente 5 décadas, resultando victorioso el bloque Occidental. Este periodo de post-guerra fría, donde se esperaba “resurgimiento de un nuevo orden mundial”, capaz de producir un desarrollo continuo, tal como mostraban los medios propagandístico.


El fenómeno de la “globalización” como la “culminación de las luchas ideológicas”, así lo manifestó el politólogo nativo de Chicago (cuna del neoliberalismo y los neocons) Francis Fukuyama en su libro El Fin de la Historia, se desató el conservadurismo más duro y cruel, arrasando al mundo con la careta del libre mercado (parten de un mercado de competencia perfecta donde los oferentes no tienen la posibilidad en influir en la demanda), por ejemplo, en la experiencia latinoamericana se aplicó el Consenso de Washington un conjunto de medidas políticas y económicas mediante las cuales, expoliaron sin pena ni gloria a la población en general de cada una de las naciones hermanas.


Actualmente, ya terminada la Guerra Fría el panorama mundial presente otra cara, se vislumbra un poco más equilibrado, China se proyecta en las próximas décadas como la economía más grande del mundo, India y Rusia dan pasos para consolidar su influencia. Será por eso que dicen: ¿sistema internacional irreconocible para el 2025?.


2) “La favorabilidad de las proyecciones para Brasil, Rusia, China y la India (el BRICs), reflejan que colectivamente se igualaran al Producto Interno Bruto (P.I.B) del G7 original en el 2040-2050”


El BRICs surge en 2003 de la tesis propuesta por economista Jim O’Neill de Goldman Sachs en el ensayo Dreaming with BRICs: the path 2050, compuesto por Brasil, Rusia, China y la India, con el 40 % de la población mundial y tendrán un P.I.B combinado de $34.951 billones, destinados a motorizar la economía al punto de “disputarle la hegemonía a G7”.

Goldman Sachs predice que la China y la India, serán los proveedores mundiales de tecnología y de servicios, mientras que Brasil y Rusia llegarán a serlo en el área de las materias primas, no obstante aclara que los últimos empezaron el proceso de expansión industrial. También que el peso de este cuarteto en la economía global pasaría del 10% en el 2004 a más 30% en el 2025.


En el 2007 el P.I.B de China fue de $ 3.280.224 billones en el puesto 4, Brasil $ 1.313.590 en el puesto 10, Rusia $ 1.289.535 billones en puesto 11 y la India $ 1.100.695 en el puesto 12. En cambio para el 2050 según estimaciones de Goldman Sachs China $ 70.710 billones en el puesto 1, India $ 37.668.000 billones en el puesto 3, Brasil $ 11.366.000 billones en puesto 4 y Rusia $ 8.580.000 en el puesto 6.


De esta manera, China sin lugar a dudas será el país con el mayor impacto en la economía, asumiendo el liderato de mayor importador de recursos naturales y el más contaminador (gases invernaderos), y rival militar de EE.UU como lo señala Noam Chomsky en su libro Estados Fallidos: “entretanto el pentágono esta reflexionado sobre un inquietante estudio de sus más destacado asesor académico sobre fuerzas armadas chinas, que ha investigado textos militares en chino y entrevistado a sus autores hasta llegar a una conclusión que ha provocado nervios en Washington: China ve a Estados Unidos como rival militar”.


La India disfrutará de crecimiento económico saludable, impulsando denodadamente la formación de un mundo multipolar donde sea un importante actor, sin embargo quedará rezagada a un segundo plano con respecto a China, una especie de pivote del baloncesto. De otro lado, Rusia puede convertirse en un nuevo “pudiente” para el 2050 con el 3er P.I.B per cápita más alto de $ 78.576 mil (por habitante), tornándose más seguro de sí mismo, siempre y cuando diversifique su economía y no dependa tanto del barril de petróleo, invertir en capital humano para no declinar y sufrir los estragos de la post-guerra fría.


3) “…Continuará aumentando la presión en el número de recursos estratégicos, incluyendo, energía, alimento y agua, la demanda está proyectada para exceder fácilmente la capacidad de abastecimiento de la próxima década. Por ejemplo, la producción de hidrocarburifera de los países No OPEP- petróleo, líquidos de gas natural, sin arenas- tiende a disminuir. Los países con capacidad significativa de expansión productiva se reducirán, la producción de petróleo y gas se concentrarán en aéreas inestables”


No es difícil entender esta situación, porque los recursos naturales garantizan la sustentabilidad de la estructura económica del sector industrial, veamos; la cadena productiva se conforma por la materia prima, las fábricas (tecnología e investigación) la procesan, está a su vez genera un bien o servicio, que posteriormente es ubicado en el mercado para ser vendido y obtener un lucro, por ende sin materia prima (recursos estratégicos) habría una debacle.


Por lo que se refiere a los recursos naturales Joseph Stiglitz en su libro Como Hacer Que Funcione La Globalización: “el problema es simple: si hay un montón de diamantes en medio de un habitación, todo el mundo intentará echarle mano. Los más grande y fuertes serán los que cuenten con más posibilidades para conseguirlos y estarán poco dispuestos a compartirlos a no ser que se vean absolutamente obligados a hacerlo”, en otras palabras la ley de la selva y la imposición de los intereses de unos pocos en detrimento de las grandes mayorías.


Mostrado de una manera gráfica los podemos observar en un artículo de Carlos A. Pereyra Mele: “… nuestro Continente Suramericano, tierra: reservas cultivables en gran cantidad y bajo suelos degradados, Energía: 11% de reservas de petróleo, 15 de la producción mundial de crudo, 6% de las reservas de gas y el 20% del potencial mundial de recursos hidroenergéticos, Agua: 20 % de agua dulce del planeta, el acuífero Guaraní es el tercero del mundo y Biodiversidad: el pantanal de Matto Grosso extensión húmeda del planeta…”.


Continúa Carlos A. Pereyra Mele en referencia a las Bases Militares de EE.UU “tener presente el despliegue en la región del Continente Sudamericano de Bases Militares de U.S.A es la siguiente: Aruba Base Reina Beatriz, Curazao Base Hato Control de Venezuela, Colombia Bases aeronavales El Arauca, Tres Esquinas; Larandia y Puerto Leguizamón todos estos dentro del “plan Colombia”, Ecuador Base aeronaval de Manta, Perú Bases Fluviales Iquitos y Nanay, Paraguay Base Mariscal Estigarribia y por último la Base de su socio estratégico El Reino Unido de la Gran Bretaña con su Base Militar Malvinas”, Podemos observar la importancia aprestada por el establisment estadounidense de vigilar de muy cerca los recursos naturales, saboteando los intentos de integración contrarios a sus intereses.


En el caso de la recuperación del control de los recursos naturales como ha venido sucediendo con la República Bolivariana de Venezuela, atacan furibundamente tal es el caso de la BBC: “el tema es que el pastel venezolano es muy grande y uno de sus pedazos más apetitosos está en la franja del Orinoco, donde se encuentra inmensa reservas de hidrocarburos”, en alusión a la retoma de la faja petrolífera del Orinoco por parte del gobierno venezolano de Hugo Chávez.


En conclusión, el informe Panorama Global: Un Mundo Transformado 2025 se muestra una realidad, la pérdida de poder de la hegemonía total del establisment de EE.UU y, la certeza que es necesario aún mayores esfuerzos para la concreción de la unidad sudamericana, en un mundo mejor para los hijos de la Pachamama.


* http://manueltemponi1981.blogspot.com/

miércoles, 10 de junio de 2009

Las armas no entienden de crisis

Los que más gastan
1.EE.UU. US$607.000 millones
2.China
US$84.900 millones
3.Francia
US$65.740 millones
4.Reino Unido
US$65.350 millones
5.Rusia
US$58.600 millones
6Alemania
US$46.870 millones
7.Japón
US$46.380 millones
8.Italia
US$40.690 millones
9.Arabia Saudita
US$38.200 millones
10.India
US$30.000 millones
Fuente: Sipri. Todas cifras de 2008

El gasto militar global creció el 4% en 2008 y alcanzó la cifra récord de US$1,464 billones, el 45% más que en 1999, de acuerdo con un estudio del Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI) divulgado en la capital sueca.

"La crisis financiera global todavía no ha repercutido en los ingresos y beneficios de las grandes empresas armamentistas", manifiesta SIPRI.

Aunque China y Rusia han reducido la brecha que los separa con Estados Unidos, la primera potencia sigue siendo la nación con mayor gasto militar (Washington es responsable del 58% del incremento de este gasto a nivel mundial durante la última década).

El gasto militar estadounidense se vio incrementado por los fondos adicionales dedicados a la llamada "Guerra contra el Terrorismo". Las guerras en Irak y Afganistán costaron US$903.000 millones.

"La idea de la 'guerra contra el terrorismo' estimuló a muchos países a ver sus problemas a través de un lente altamente militarizado, utilizando este argumento para justificar sus altos gastos militares", explica Sam Perlo-Freeman, director del Proyecto de SIPRI sobre Gasto Militar.

En cuanto a Pekín y Moscú, ambos triplicaron sus desembolsos militares en ese período, y Rusia "mantiene sus planes para gastar todavía más a pesar de sus problemas económicos severos", indica el estudio.

En crecimiento

Cuando la industria aeronáutica y de defensa se prepara para la centenaria Exposición Aérea de París de la semana próxima, parece que el centro de la atención se desplaza de los atribulados fabricantes de aviones civiles hacia las compañías encargadas de los jets de combate y la maquinaria militar.

En su conjunto, el centenar de empresas líderes en la fabricación de armas hizo negocio por unos US$347.000 millones durante 2007, según los datos confiables más recientes de los que se dispone.

Casi todas estas firmas son estadounidenses o europeas. El 61% de esa cifra corresponde a 44 firmas de EE.UU. y el 32% a empresas de Europa Occidental. El resto lo integran compañía de Rusia, Japón, Israel e India.

"Desde 2002, el valor de las cien empresas líderes en la industria armamentista se ha incrementado el 37% en términos reales", sostiene SIPRI.

La industria aeronáutica estadounidense y el gigante Boeing siguen siendo los mayores de su tipo del mundo, con ventas de equipo militar equivalentes a US$30.500 millones en 2007.

Muy cerca se ubica la británica Bae Systems con US$29.900 millones. En tercer puesto está la estadounidense Loockheed Martin, que totalizó US$29.400 millones.

Guerra y paz

El gasto militar en Medio Oriente se redujo ligeramente en 2008, pero SIPRI ve este descenso como algo temporal debido a que "muchos países de la región (están) planificando grandes compras de armamento".

La única excepción en el último descenso fue Irak, cuyo presupuesto militar se incrementó el 133% durante 2008 con respecto al año anterior. "Irak sigue siendo altamente dependiente de EE.UU. en cuanto a suministro de armas, y tiene previstos numerosos encargos", según el estudio sueco.

Además, las operaciones de mantenimiento de paz -que también benefician a firmas del sector de la defensa- igualmente se incrementaron el 11%.

Entre estas últimas misiones se destacan las emprendidas en la región sudanesa de Darfur y en la República Democrática del Congo.

"Otro récord quedó establecido, con 187.586 personas involucradas en operaciones de mantenimiento de paz", de acuerdo con SIPRI.

¿Más problemas?

Los altos niveles de gasto militar pueden, entretanto, generar dificultades económicas incluso a las naciones más ricas, advierte el instituto de investigaciones.

"Durante los ocho años de la presidencia de George W. Bush, los gastos militares estadounidenses se incrementaron a su nivel más alto en términos reales desde la Segunda Guerra Mundial", explica SIPRI.

"Este aumento ha contribuido a los crecientes déficits presupuestarios", señala el estudio y agrega que los conflictos de Irak y Afganistán recibieron dinero "principalmente mediante partidas adicionales fuera del proceso presupuestario regular" basadas en préstamos.

"Las compañías armamentistas podrían encarar una reducción de la demanda en el futuro si los gobiernos recortan el gasto militar en respuesta a los crecientes déficits presupuestarios", observa SIPRI.

Fuentes:

http://www.bbc.co.uk/mundo/internacional/2009/06/090608_1644_industria_armamentista_ra.shtml

domingo, 7 de junio de 2009

Paying for Universal Health Coverage

For Congress and the administration to keep the promise of comprehensive health care reform, they will have to find the political will to pay for universal coverage and other investments that are needed right away but will not produce quick savings. The cost could reach $1.5 trillion over the next decade.

resident Obama, who had already proposed some $634 billion in new taxes and spending cuts, endorsed additional ideas last week. But Congressional Democrats will almost certainly need to come up with a lot more money — and that is likely to mean new taxes.

There are at least two easy ways to duck the problem should Congress choose to be imprudent. One way out would be to abandon the goal of universal coverage until after costs have been controlled. That would be unfair to the 46 million uninsured Americans, who often suffer health damage because they are reluctant to seek treatment until their plight becomes desperate.

Another way out would be to finance universal coverage by adding to the deficit, the path that George W. Bush took to pay for his tax cuts for the wealthy. With deficits already at high levels, Mr. Obama has reasonably insisted that health care reforms have to be “deficit neutral” over a 10-year period, meaning that any upfront costs must be fully paid for through cost reductions or new revenues by the end of a decade.

Mr. Obama’s budget experts have proposed short-term savings of more than $300 billion in the Medicare and Medicaid programs. They would eliminate unjustified subsidies given to private plans that participate in Medicare and reduce payments to home health care providers, drug companies and many hospitals.

Last week, Mr. Obama said he would work with the Senate to find $200 billion to $300 billion more in Medicare and Medicaid savings. He endorsed one way to ensure that cuts would actually be made — saying he was open to giving an obscure panel, the Medicare Payment Advisory Commission, enormous power to set Medicare payment rates. That would insulate Congress from lobbying by every group whose income might be reduced.

Mr. Obama said he was receptive to proposals that would require most Americans to take out health insurance and most employers, except for small businesses, to share the cost. Both would pump money into the system and help defray the costs of reform.

Virtually all experts agree that more revenues will be needed. Mr. Obama’s proposal to limit itemized deductions by wealthy Americans met with a cool reception but ought to remain on the table. Significant money could be raised by increasing taxes on sugared drinks, alcohol, tobacco and other products that are bad for one’s health. But more taxes will probably be needed.

Even the liberal-leaning Center on Budget and Policy Priorities suggested last week that Congress is unlikely to be able to pay for universal coverage unless it takes the unpopular step of limiting the tax exclusion for the value of the health insurance provided by an employer. It is the nation’s costliest tax subsidy, and some experts believe it encourages overuse of medical services.

Congress has heavy lifting ahead. It must foster reforms that are apt to reduce costs in the long-run (past the 10-year mark) and find a mix of short-term savings and tax increases to put us on course without driving up the deficit.

OEA anula suspensión de Cuba

Por Santiago O’Donnell

Al final se votó la reincorporación de Cuba a la Organización de Estados Americanos (OEA) después de 47 años y uno no puede dejar de pensar que lo que se votó es el reingreso de Estados Unidos a la comunidad de naciones americanas después de ocho años de gobierno de George W. Bush. Porque es cierto que Cuba había sido injustamente segregada del organismo durante la Guerra Fría, cuando todos los países de la región, con la excepción de México, le dieron la espalda. Pero salvo Estados Unidos, los 34 países que se reunieron en Honduras para levantarle la sanción a Cuba hace rato que mantienen relaciones normales con la isla. Al contrario de lo que expresan las opiniones simplistas, el fenómeno excede a la aparición de gobiernos de izquierda y centroizquierda en Latinoamérica. Canadá, quizás el aliado más firme de Estados Unidos en la OEA, es uno de los principales inversores que tiene Cuba. Y presidentes derechistas como Calderón en México y Uribe en Colombia se llevan mejor con los Castro que con muchos colegas ideológicamente más afines. En cambio el que se había aislado en los últimos años era Estados Unidos, con una política de derechos humanos y una estrategia comercial que iba a contramano de la idea latinoamericana del desarrollo complementario por vía de la integración regional.

El año pasado, en la reunión de cancilleres del Grupo Río, en Zacatecas, México, se había aprobado el ingreso de Cuba a ese bloque regional, que no integra Estados Unidos. Un diplomático que participó de esa reunión y también estuvo esta semana en Honduras para la cumbre de la OEA marcó la diferencia entre ambas ocasiones: los cubanos asistieron y participaron activamente de la cumbre de Zacatecas, y fueron claros al manifestar su interés en integrar el Grupo Río, en cambio no fueron a San Pedro Sula y no muestran ningún interés en volver a la OEA.

“Lo que querían los cubanos era que se derogue la resolución de la OEA que ordenaba su suspensión. Todos estábamos de acuerdo con eso. El problema era el famoso segundo artículo, el que supuestamente enumeraba los requisitos que Cuba debía cumplir para volver a la OEA. A principios de semana no se sabía lo que iba a pasar porque Estados Unidos presentaba borradores muy duros y (el presidente de Nicaragua Daniel) Ortega no facilitaba el acuerdo, porque tenía un discurso muy setentista e intransigente. Pero con el correr de los días fueron aflojando tanto Estados Unidos como los del grupo Alba, y se fue imponiendo la postura de los países del bloque Aladi (Brasil, Argentina, México y Chile). Primó la cordura y consensuamos un segundo artículo que básicamente dice que el reingreso se negociará a futuro, algo que difícilmente suceda porque a Cuba no le interesa estar en la OEA.”

Para Cuba y sus aliados, el Grupo Río se ha constituido como una alternativa creíble para el eventual reemplazo de la OEA en tanto institución ordenadora del llamado “sistema interamericano”, que en ese caso se transformaría en “sistema interlatinoamericano”.

Desde su origen como ampliación del Grupo Contadora, el Grupo Río se ha mostrado como instrumento eficaz para solucionar conflictos internacionales, al igual que su variante sudamericana, llamada Unasur. Mientras tanto la OEA toleró sin chistar que dictaduras asesinas la integraran, hasta que recién en 2001 firmó una Carta Democrática, y hoy ni se plantea suspender a Estados Unidos por sus evidentes y aberrantes violaciones a los derechos humanos en Abu Ghraib y Guantánamo, al mismo tiempo que Washington usa el argumento de los derechos humanos para intentar condicionar el reingreso de Cuba.

Otra diferencia importante es que, mientras el Grupo Río no exige adhesión a sistema político alguno, la OEA demanda desde 1995 que sus miembros sean “democracias representativas”. En estos momentos hay varios países en la región que parecen alejarse del modelo para ensayar esquemas de democracia directa o plebiscitaria. Son los que más critican a la OEA. El fortalecimiento del Grupo Río presenta un desafío para la OEA.

Pero en Honduras primó la cordura, cuenta el diplomático. Siendo la OEA el principal instrumento institucional de Estados Unidos para articular políticas con la región, más que el lugar de Cuba se discutía el lugar de Estados Unidos en la región. Y por más que Chávez, Evo y los Castro opinen que la OEA no existe, que la OEA ya fue, el organismo todavía refleja el peso determinante que Washington mantiene en la región.

Porque si bien es cierto que en la última década países como Argentina, Brasil y Chile han diversificado sus relaciones comerciales y políticas, aumentando el intercambio entre sí, abriendo mercados en Asia o reforzando vínculos con Europa, también es cierto que al mismo tiempo los intercambios entre Estados Unidos y los países de Centroamérica y el Caribe se han intensificado, tratados de libre comercio mediante. Es impensable para esos países o satélites, más allá de la orientación de sus gobiernos, desafiar o desconocer la hegemonía estadounidense.

A eso hay que sumarle el resurgimiento de la derecha en Sudamérica. Como explicó Horacio Verbitsky en este diario la semana pasada, en los próximos años podrían asumir en Brasil, Chile, Uruguay y Argentina gobiernos que miran a Washington con mucha más simpatía que los actuales y el equilibrio de fuerzas podría cambiar otra vez en favor del país del norte.

Por eso, y ante los gestos de buena voluntad expresados por la nueva administración que encabezan el presidente Barack Obama y su canciller Hillary Clinton, primó la cordura y se llegó al mejor acuerdo posible, aunque nadie haya quedado completamente satisfecho.

Por todo eso, porque lo que estaba en juego no era el lugar de Cuba en la región sino el de Estados Unidos, vale la pena repasar cómo repercutió en aquel país el acuerdo alcanzado en la cumbre de la OEA de San Pedro Sula. Lo primero que hay que decir es que existe una autopista que rodea completamente a la capital estadounidense, apropiadamente llamada autopista-cinturón o “beltway”. En Estados Unidos, cuando se habla de política, es lugar común decir que existen dos realidades, dos mundos desconectados. Una cosa es adentro de la autopista-cinturón, donde mandan los códigos de la clase política de Washington, y otra cosa bien distinta es afuera de la autopista-cinturón, donde impera la lógica del ciudadano común.

Así, sostiene el saber popular, hay temas que tienen importancia dentro de la autopista-cinturón, pero son prácticamente irrelevantes fuera de ella. La relación con Cuba es un buen ejemplo. Salvo en Florida y en tiempos electorales, la relación con la isla es un tema estrictamente de Washington. No suma, porque la imagen de Castro en Estados Unidos es decididamente mala, resabio de la Guerra Fría. Pero no resta demasiado porque a esta altura del partido la crisis de los misiles es un lejano recuerdo y ni la propaganda más reaccionaria puede convencer a la opinión pública estadounidense de que Cuba sigue representando una amenaza para su seguridad.

Dentro de la autopista-cinturón la relación con Cuba es tema de debate pero de ningún modo el más importante. A juzgar por los sucesos de esta semana, Obama quiso cumplir con su promesa de campaña de limar asperezas con Cuba, pero no quiere subirle el perfil a la cuestión. Por eso ordenó a Hillary trasladarse desde Honduras a Medio Oriente para dejar la firma del histórico documento en manos de Tom Shannon.

Shannon es un cuadro de primer nivel del Departamento de Estado, respetado en Latinoamérica por su estilo pragmático y no confrontativo. Pero en Estados Unidos, fuera de la autopista-cinturón, Shannon es un desconocido, uno más de los cientos de funcionarios de la administración Obama con rango de subsecretario como él. Con Hillary, con Biden o con el mismo Obama en la firma podía haber algún tipo de ruido. Con Shannon no.

Es que Obama no quiere pagar un costo político excesivo. Después del anuncio, la bancada republicana en el Capitolio comunicó que presentará un proyecto de ley para suspender el financiamiento a la OEA en castigo por levantar las sanciones a Cuba. Al hacerlo, los republicanos le hicieron saber a Obama que su política de acercamiento no es una política de Estado, sino un tema estrictamente partidario de los demócratas y por lo tanto abierto a la crítica.

Hasta el New York Times, que normalmente representa las posturas más progresistas del establishment político, se tiró contra Obama. El diario editorializó que el presidente norteamericano se dejó “apurar” por Venezuela y Nicaragua, cuyos gobiernos, según el editorial, dejarían mucho que desear en materia democrática.

En ese escenario, el margen de acción de Obama para realizar grandes gestos en favor de la normalización de la relación con Cuba es por demás acotado. Por eso optó por un acercamiento gradual, abriendo canales que les interesan a los cubanos, como el tema migratorio o el de las remesas.

Pero de ahí a reivindicar la Revolución Cubana y hacer una autocrítica por las prácticas imperiales del pasado, como pretenden algunos gobernantes latinoamericanos, hay un largo trecho. En este momento equivaldría a un suicidio político.

Lo mismo sucede con el resto de la región: margen acotado por el frente doméstico, pero muchas oportunidades para mejorar la relación. Para manejar los temas regionales Obama puso un equipo muy profesional, muy a su estilo, encabezado por el nuevo subsecretario, el sociólogo Arturo Valenzuela. Se trata de un intelectual socialdemócrata que enseña en Georgetown University y que está muy vinculado con círculos políticos demócratas. Ha escrito textos clásicos de la ciencia política latinoamericana y ha servido como funcionario de la administración Clinton. Conoce el terreno y sabe moverse.

Pero cualquier avance significativo en la relación quedará sujeto a una agenda latinoamericana con temas que impacten en el electorado estadounidense, en la gente que está fuera de la autopista-cinturón.

En su libro La administración Obama y las Américas, Abraham Lowenthal y Laurence Whitehead enumeran algunos de esos temas. Por ejemplo, la reforma migratoria pendiente para legalizar a los más de 14 millones de inmigrantes que trabajan sin papeles en Estados Unidos, en su gran mayoría latinoamericanos. O la reformulación de la política antinarcóticos, que durante el gobierno de Bush estuvo exclusivamente enfocada en el lado de la oferta. O dejar de ser vistos como los villanos del mundo.

Pero estas cuestiones pueden esperar mientras la crisis económica, el conflicto de Medio Oriente, la amenaza norcoreana, la guerra en Afganistán, la confirmación de la nueva jueza de la Corte Suprema, el último estreno de Hollywood y las finales de la NBA acaparan la atención de los estadounidenses.

La relación con Cuba y con el resto de la región sigue siendo un tema para los funcionarios, lobbistas y académicos dentro de la autopista-cinturón, y un no-tema para los que viven fuera de ella. Ese es el límite y Obama lo sabe. Por eso hace lo que hace y no hace lo que no puede hacer.

Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elmundo/4-126222-2009-06-07.html