viernes, 4 de marzo de 2011

El póker de los precios


Carlos Bedoya

En el centro de la crisis global se encuentra la (des)regulación de los mercados financieros. Bancos de inversión, fondos de cobertura y otros jugadores globales timbean con “posiciones de mercado” que usan como fichas, apostando a futuro la baja o alza de los commodities, lo que afecta los bolsillos de la población mundial.

Un amigo economista me dijo que los precios de los alimentos subían porque en China aumentaba la demanda.

Y aunque la lógica y muchos medios de comunicación, siempre que se refieren a precios, nos dicen que éstos se fijan por la ley de la oferta y la demanda en una especie de sabiduría del modelo de libre mercado, lo cierto es que cada vez menos cosas -como el aumento de la población mundial o el constante y rápido crecimiento de las economías emergentes- definen los términos de intercambio del acero, el azúcar, el cobre, el oro, la plata, los alimentos y otras mercancías. Su compra-venta se negocia en una especie de gran sala de casino mundial, “mercados de commodities”, que siguen en expansión a pesar de la crisis económica que enfrentan los hasta hace poco llamados países ricos, pero hoy altamente endeudados.

Estos mercados, haciendo uso de determinadas reglas pactadas para el efecto, se prestan de manera idónea para la especulación de quien sólo ve la manera más fácil de acumular todo el capital posible. Realmente parece un juego de póker. Los “inversores” -o mejor dicho, especuladores-, partiendo de variables reales en los stocks de las mercancías que están en juego, empiezan a hacer apuestas sobre cómo estas variables van a influir en los precios futuros ,y sin necesidad de mostrar las cartas, pueden reemplazar el azar por especulación pura al mismo tiempo que también afectan los precios hoy.

Pues cualquiera que haya estudiado contabilidad uno, sabe que los precios responden, además de al stock, al costo de reposición del bien y si la apuesta que gana, en el lugar donde se fijan los precios a futuro, es al alza, los precios subirán hoy. O al revés, si es a la baja, generando mucho dinero a quien se mueve mejor en la fluctuación de precios, o mejor aún dirigiéndola.

Siempre ganan porque las fichas no son las mercancías, objeto de la especulación, sino que lo que se transa son posiciones de mercado, una especie de cuotas representativas relacionadas con la variación de los precios. Y las ganancias con esta movida son mayores en muchos casos que las que se obtienen con la propia dinámica de la economía real. De ahí las burbujas que, al explotar, iban anunciando el inicio de la crisis global.

El banco mundial lo reconoce

Según un reciente documento de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd), www.latindadd.org, se da cuenta de que el propio Banco Mundial, en su informe Global Economic Prospects: Commodities at the Crossroads del 2009, sostiene que “las actividades de inversionistas financieros pudieran haber contribuido a las alzas de los precios también.

Tradicionalmente, aseguradores y especuladores han sido los principales jugadores en los mercados de futuros, pero en los últimos años, los fondos de inversión han devenido importantes jugadores también. Estos fondos pudieron haber influenciado indirectamente los precios de los commodities.

Mientras tales compras no crean una real demanda por commodities, ellas podrían haber influenciado los precios, porque estos fondos son grandes comparados con sus contrapartes en el mercado físico y porque ellos se han expandido rápidamente”.

Era la primera vez que el Banco Mundial reconocía el impacto que tiene la especulación de los fondos de cobertura (hedge funds) y de inversión en los precios de los commodities. Ya no podía seguir tapando el sol con un dedo, pues los mercados de commodities, y los mercados de futuros y derivados de commodities, que estuvieron en constante y ascendente actividad desde el 2003, para mediados del 2008 mostraban en la mayoría de precios, records históricos, como da cuenta el informe de Latindadd.

Sin embargo, después de la primera etapa de la crisis global (crisis financiera 2007-2008), se produce un desplome de la economía mundial porque la explosión de la burbuja inmobiliaria, la caída a pique de las bolsas, la quiebra de bancos de inversión como Lehman Brothers, y el peligro de quiebra de otros, produjeron un credit crunch (contracción del crédito) que afectó el comercio.

Luego devino un enorme rescate financiero por parte de los Estados de aquellos grandes jugadores del sistema que se quedaron con la bomba de las hipotecas infladas en las manos y que, hoy por hoy, en muchos casos, han devuelto el monto del rescate debido a nuevos juegos en el póker mundial que sólo estuvo parado algunos meses.

Y he aquí una de las mayores trampas que se montaron en la discusión sobre la crisis global. Me refiero a que luego del terremoto financiero, los especuladores volvieron a apostar con metales preciosos (oro y plata), cobre, aluminio, acero, alimentos y azúcar, y volvieron a generarse niveles de ganancias parecidos a los anteriores a la crisis. Y ese indicador sirvió para decir que estábamos saliendo del hoyo, mientras las crisis fiscal, de empleo y bancaria se desarrollaban en Europa, Japón, Estados Unidos y otros países y regiones, y duran hasta hoy. Al igual que el alza de los precios, afectan a todos.

Y si bien es un tema espinoso, porque los países productores de estos commodities ven aumentar sus ingresos fiscales, bastará que revienten las burbujas nuevamente para que se den cuenta de que su apuesta nacional sobre la gran apuesta “financiera” era fallida.

Porque debe quedar claro que sólo algunos apostadores pueden entrar en el juego. Ni las trasnacionales de la gran minería son admitidas. Sólo el jet set de las finanzas globales entra en la sala: JP Morgan, Citigroup, Deutsche Bank, Golman Sachs y otros fondos de inversión, de cobertura y especuladores marca mayor.

El poder político que deriva de tanta riqueza explica por qué hasta hoy no se logra torcerle el brazo a los grandes líderes de las finanzas mundiales, después de la creación de nuevas instituciones reguladoras en Europa o la famosa Ley Dood-Frank en Estados Unidos, ambas para poner límites a la especulación, rodeadas de muchos discursos dentro del G-20.

Especulación versus inversion

El Banco Mundial reconoce en el informe citado que se encontró fuerte evidencia de que las posiciones de futuros de los inversores de Index Funds durante los años 2006-2008 afectaron los precios de la soya (pero no del maíz) y que entre enero del 2006 y febrero del 2008, la actividad de los fondos de inversión pudo haber empujado los precios del algodón un catorce por ciento más alto de lo que habrían estado.

Sólo durante de algunos meses del 2009, los precios de los commodities se rigieron por una especulación relacionada con la propia mercancía, como la retención de stocks ante la incertidumbre o la compra de más de lo necesario por la misma razón. Una vez restaurado a plenitud el juego, los precios siguieron la danza de la especulación a lo póker.

Pero por más evidencia que haya de este juego, las instituciones financieras multilaterales y muchos representantes del poder político mundial defienden el rol de los mercados de commodities como para poner freno a los que piden reformas radicales y, en fin, cerrarles el casino a los especuladores.

Por ejemplo, el Banco Mundial no se plantea determinar, luego de sus constataciones iniciales, en qué medida el propio diseño y organización de los mercados podría estar incentivando los comportamientos especulativos de los fondos. O la naturaleza propiamente especulativa de los mercados.

Para Jorge Trefogli, consultor de Latindadd, los fondos de inversión aparecen entonces, en la visión del Banco Mundial, como agentes individuales que actúan por iniciativa propia, cuando lo cierto es que lo hacen desde estructuras muy organizadas (los mercados) donde encuentran todas las facilidades para tener un impacto organizado en los precios. Menos aún, afirma Trefogli, se encuentra un enfoque sobre lo que podría significar una manipulación de los mercados por abusos de posiciones dominantes eventualmente cometidos por estos agentes, ni tampoco una reflexión sobre los peligros de confundir especulación con inversión.

El tema da para mucho. En especial para centrarse en cada uno de los commodities y en las regulaciones de sus respectivos mercados, pues si bien hay un marco común, existen particularidades que vale la pena divulgar para entender en detalle frente a qué estamos.

Sobre todo cuando comienzan a subir los precios de los alimentos y en nuestros países la población piensa que es culpa del gobierno, y cuando no suben, mérito de él. Pero en realidad los que deciden no necesitan hacer política activa en ningún lado, pues tienen empleados que hacen esa labor.

Lo que no han medido es que en medio del espíritu revolucionario que domina hoy en el mundo, que surgió en los países árabes pero que alienta protestas en Wisconsin, por ejemplo, el seguir timbeando con los precios de los commodities puede convertirse en un búmeran.

http://agendaglobal.redtercermundo.org.uy/2011/03/03/el-poker-de-los-precios/

miércoles, 2 de marzo de 2011

Hillary Clinton Says: "Al Jazeera Is Putting American Media To Shame "

Hillary Clinton was defending her department budget in front of the U.S. Foreign Policy Priorities committee this morning on C-Span.

She says a major reason the State Department needs money is because "we are in an information war and we are losing that war."

Clinton said private media is not good enough to handle the job: "Our private media cannot fill that gap. Our private media, particularly cultural programming often works at counter purposes to what we truly are as Americans. I remember having an Afghan general tell me that the only thing he thought about Americans is that all the men wrestled and the women walked around in bikinis because the only TV he ever saw was Baywatch and World Wide Wrestling."

Meanwhile she says Al-Jazeera, CCTV and Russia Today are killing it: "Al Jazeera is winning. The Chinese have opened up a global English language and multi-language television network, the Russians have opened up an English language network. I've seen it in a couple of countries and it's quite instructive."

Clinton says she is leading an effort to spread U.S. propaganda through new media, with twitter feeds in Arabic and Farsi.

She warns that Republicans want to cut the State Department budget by half.

El reinado del dólar llega a su fin...


Por Barry Eichengreen

Lo más asombroso sobre el mercado internacional de divisas no es el elevado volumen de transacciones, por increíble que haya sido el crecimiento, ni la volatilidad de los tipos de cambio, por extrema que sea en estos días.

Lo verdaderamente extraordinario es que estamos hablando de un mercado que sigue siendo sumamente dólar-céntrico.

Cuando una distribuidora de vinos de Corea del Sur quiere importar cabernet chileno, el importador coreano compra dólares estadounidenses, no pesos, para pagarle al exportador chileno. El dólar es, en realidad, prácticamente el vehículo exclusivo de las transacciones entre Chile y Corea del Sur, pese a que menos del 20% del comercio de mercancías de los dos países corresponde a Estados Unidos.

Chile y Corea distan de ser una anomalía. El 85% de las transacciones de divisas en todo el mundo son operaciones de otras monedas por dólares. Y lo que es válido para las transacciones de divisas también lo es para otros negocios internacionales. La Organización de Países Exportadores de Petróleo fija el precio del crudo en dólares. El billete verde es la moneda de denominación de la mitad de los valores internacionales de deuda. Más del 60% de las reservas de divisas de los bancos centrales y gobiernos están en dólares.

El dólar, en otras palabras, no es sólo la moneda de Estados Unidos, sino la del mundo. Su reinado, sin embargo, está llegando a su fin. Creo que en los próximos 10 años, vamos a ver un cambio profundo hacia un mundo en el que varias monedas competirán por el predominio. Este cambio tiene importantes repercusiones para, entre otras cosas, la estabilidad de los tipos de cambio y los mercados financieros, la facilidad de EE.UU. para financiar sus déficits fiscal y en cuenta corriente y la capacidad de la Reserva Federal para seguir adelante con su política de negligencia benigna respecto al dólar.

Los tres pilares

Para entender el futuro del dólar, es importante entender por qué llegó a ser tan dominante en primer lugar. Permítanme ofrecer tres razones.

En primer lugar, su atractivo refleja la excepcional profundidad de los mercados de valores denominados en dólares. La disponibilidad de instrumentos derivados con los que cubrir el riesgo cambiario no tiene parangón. Esto hace que el dólar sea la moneda más conveniente para hacer negocios para las empresas, los bancos centrales y los gobiernos.

En segundo lugar, está el hecho de que el dólar es el refugio seguro del mundo. En épocas de crisis, los inversionistas acuden al dólar por instinto, como lo hicieron tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008. Esta tendencia refleja la liquidez excepcional de los mercados en inversiones en dólares, y esa liquidez es el producto más preciado en una crisis. Esto se deriva del hecho de que los bonos del Tesoro estadounidense, el activo más importante comprado y vendido por los inversionistas internacionales, ha tenido desde hace tiempo una reputación de estabilidad.

Por último, el dólar se beneficia de la escasez de alternativas. Otros países que durante mucho tiempo han disfrutado de una reputación de estabilidad, como Suiza, o que hace poco adquirieron una, como Australia, son demasiado pequeños para que sus monedas constituyan más que una mínima fracción de las transacciones financieras internacionales.

¿Qué está cambiando?

Pero los tres pilares que apuntalan el dominio internacional del dólar se están deteriorando.

Los cambios tecnológicos están socavando el monopolio del dólar. No hace tanto, podía haber espacio sólo para una auténtica moneda internacional. Dada la dificultad para comparar precios en diferentes divisas, era lógico que los exportadores, importadores y emisores de bonos indicaran sus precios y facturaran sus transacciones en dólares, aunque sólo fuera para no confundir a sus clientes. Ahora, en cambio, casi todo el mundo lleva aparatos que se pueden utilizar para comparar precios en diferentes monedas en tiempo real.

El dólar, asimismo, está a punto de tener verdaderos rivales en el ámbito internacional por primera vez en 50 años. Pronto habrá dos alternativas viables: el euro y el yuan.

Los estadounidenses, en particular, tienden a descontar la resistencia del euro, pero contrariando algunas predicciones, los gobiernos europeos no lo han abandonado. Ni lo harán. Procederán a la reducción del déficit a largo plazo, algo en lo que han demostrado una voluntad más firme que EE.UU., y emitirán "bonos europeos", respaldados por la confianza plena y el crédito de los gobiernos de la zona del euro como grupo. Esto sentará las bases para el tipo de mercado integrado de bonos europeos necesario para crear una alternativa a los bonos del Tesoro estadounidense como una forma en la que mantener las reservas de los bancos centrales.

China, mientras tanto, se está moviendo rápidamente para internacionalizar el yuan, también conocido como renminbi. En el último año se ha cuadruplicado la cuota de los depósitos bancarios denominados en yuanes en Hong Kong. Setenta mil empresas chinas están haciendo sus liquidaciones internacionales en yuanes.

Permitir a las empresas chinas hacer liquidaciones transfronterizas en yuanes las liberará de tener que emprender costosas operaciones de cambio de divisas, y ya no tendrán que asumir el riesgo cambiario creado por el hecho de que sus ingresos son en dólares, pero muchos de sus costos en yuanes. Permitir que los bancos chinos, por su parte, hagan transacciones internacionales en yuanes les permitirá hacerse con una tajada mayor del pastel financiero mundial.

Por último, existe el riesgo de que el dólar pierda su estatus como refugio seguro. Los inversionistas extranjeros, privados y oficiales, mantienen dólares no sólo porque son líquidos, sino porque son seguros. El gobierno de EE.UU. tiene un historial de cumplimiento de sus obligaciones y siempre ha tenido la capacidad fiscal para hacerlo. Ahora, sin embargo, principalmente a consecuencia de la crisis financiera, la deuda federal se acerca al 75% del Producto Interno Bruto de EE.UU.

Un mundo más complicado

¿Cómo afectará todo esto a los mercados, las empresas, las familias y los gobiernos?

Un cambio evidente se producirá en los mercados de divisas. Ya no habrá un salto automático en el valor del dólar y el correspondiente descenso en el valor de otras monedas importantes, cuando aumente repentinamente la volatilidad financiera.

Pero el impacto se extiende mucho más allá de los mercados. Las compañías estadounidenses tendrán que hacer frente a algunos de los mismos riesgos cambiarios que sus rivales extranjeros.

En este nuevo mundo monetario, además, el gobierno de EE.UU. no será capaz de financiar su déficit presupuestario de manera tan barata, puesto que ya no será tan grande el apetito por los bonos del Tesoro de EE.UU. por parte de los bancos centrales de otros países.

EE.UU. tampoco será capaz de acarrear déficits comerciales y de cuenta corriente tan grandes, ya que financiarlos será mucho más caro. Para reducir el déficit en cuenta corriente EE.UU. tendrá que exportar más. Eso, a su vez, implica que el dólar tendrá que caer en los mercados cambiarios, ayudando a los exportadores estadounidenses y perjudicando a las empresas que exportan a EE.UU.

Mis cálculos sugieren que el dólar tiene que descender cerca de 20%. Debido a que los precios de los bienes importados subirán en EE.UU., el estándar de vida del país disminuirá en cerca de 1,5% del PIB, unos US$225.00 millones en dólares actuales. Es el equivalente a medio año de un crecimiento económico normal.

No es ninguna catástrofe, pero los estadounidenses lo sentirán en sus billeteras. Por otro lado, la próxima vez que EE.UU. tenga una burbuja de bienes raíces, los chinos ya no nos ayudarán a inflarla.

Barry Eichengreen es profesor de Economía y Ciencia Política en la Universidad de California en Berkeley.

http://online.wsj.com/article/SB129902555823590945.html?mod=rss_americas_spanish

lunes, 28 de febrero de 2011

"En Telesur, la verdad es la verdad y no tiene remedio"

PATRICIA VILLEGAS / ENTREVISTA

Es sábado al mediodía y, en Caracas, el cielo encapotado no es que anuncia tempestad sino que ya estamos en medio de una. Raro cielo encapotado de febrero que impresiona desde el ventanal del despacho de Patricia Villegas, presidenta de Telesur, en lo alto de Boleíta Norte. Ella, sin embargo, no está pendiente de eso. Tiene su propia tempestad allí, en pantalla. Durante cuatro días, Telesur fue el único medio internacional en cubrir directamente los acontecimientos de Libia, y lo que mostró el corresponsal Jordán Rodríguez no coincidió con la información que otros medios –en su mayoría ausentes del lugar de los hechos– y las redes sociales difundieron por el mundo. Como una simple muestra de la discrepancia, el periodista venezolano no encontró, en sus recorridos por Trípoli, evidencia alguna del bombardeo que supuestamente ordenó el gobierno de Muamar al Gadafi sobre los manifestantes civiles. ¿Consecuencia? Acusaciones de manipular y tergiversar las noticias y hasta de encubrir un genocidio. ¡Vaya tormenta!

“Estamos acostumbrados a que nos acusen –dice Villegas–. Antes de que Telesur transmitiera su primera noticia ya nos estaban criticando por la promoción de una mujer que cantaba un tema de Caetano Veloso y que a alguien le pareció una apología de ETA. Cualquiera de nosotros está bastante curtido en ese sentido”.

Justo unas horas antes, Telesur había logrado insertar un segundo equipo reporteril, esta vez en Bengasi, ciudad bajo control de los opositores a Gaddafi. Y esa misma mañana, al menos otros dos medios internacionales habían comenzado a transmitir desde Libia: la agencia Reuters y la BBC de Londres.

— Basándose en la cobertura de Telesur, ¿Qué está pasando Libia?

— Nadie hoy por hoy puede decirlo, nadie. Telesur mostró la realidad que captó, una Trípoli que supuestamente había sido bombardeada, pero no hay rastros de eso. Eso ha sido objeto de burlas, de mofas de las que yo ni me ocupo. Yo les pregunto a los periodistas de aquí ¿Por qué sólo Telesur estaba en Libia?

— Muchos creen que fue por preferencia del gobierno libio… ¿La hubo?

— No, ninguna, ni siquiera entramos en contacto con el gobierno para ingresar. Llegamos por decisión propia, desde Italia en vuelo comercial. Incluso, nuestro equipo ha sido retenido y golpeado en dos oportunidades.

— ¿Confía plenamente en que se confirmará la versión de Telesur?

— Yo me siento orgullosa de mis equipos. Nos acogemos a nuestro manual de principios y valores según el cual, la verdad está por encima de cualquier circunstancia. La historia dirá. Así pasó en otras coberturas en las que hemos tenido un papel relevante, como el ataque de Colombia a Ecuador y la masacre de indígenas en Pando (Bolivia). Nos criticaron, pero ahí están las imágenes. Las palabras se las lleva el viento, pero las imágenes son documentos inalterables.

—Sin embargo, hay palabras que marcan mucho. Según el portal Código Venezuela, el corresponsal dijo que allá había “una fiesta, no una guerra”. Personalmente no lo escuché… ¿Lo dijo?

—(Se queda pensativa). Tendría que revisar la transcripción textual, no recuerdo que haya usado la palabra fiesta. Pero, más allá de una palabra, están las imágenes, que no son las de una ciudad bombardeada.

— No es novedad que Telesur se diferencie del aparato mediático internacional. Pero que haya discrepancias con canales alternativos como Al Jazira sí resulta extraño. ¿Cómo se explica?

— Bueno, ellos no han logrado transmitir en vivo desde Trípoli. Admiramos el trabajo de Al Jazira, que ha sido, es y seguirá siendo una cadena hermana. Las reflexiones acerca de las posturas, las omisiones o no, las intencionalidades o no de esta cobertura en particular, tendrán que hacerse a posteriori. Es muy aventurado e irresponsable adelantar opinión porque aún los hechos están sucediendo. No hay una situación consumada. Es muy cómodo juzgar, desde una oficina a un canal como Al Jazira que ha perdido a tanta gente por tratar de contar lo que tiene que contar. Cuando todo se repose podremos ver con mayor precisión.

— Telesur es una idea hecha realidad del presidente Chávez. ¿Hasta qué punto la política internacional de su gobierno dicta la línea editorial?

— Jamás he recibido una instrucción de sacar o no sacar una información por una orden del presidente Chávez, ni siquiera tangencialmente o mediante una insinuación o una sugerencia. Lo que pasa es que encarnamos la búsqueda de información contextualizada, una multiplicidad de voces y privilegios a las que nunca fueron escuchadas, y, claro, eso tiene absoluta sintonía con el proyecto político que encarna el Presidente. Hacemos parte, honrosamente, de ese proyecto político.

— Según sus informaciones de inteligencia, ¿A cuál país árabe están pensando mandar el próximo equipo?

— Jaja, no tenemos información de inteligencia, sólo seguimos los hechos, las noticias. Estamos mandando un refuerzo para el equipo de Bengasi. Vamos a intentar montarnos en la flotilla que va a Gaza en mayo. También estamos en Chile, en el aniversario del terremoto; y hemos estado en otras partes…pregúnteme por las protestas en Estados Unidos…

— De acuerdo, respóndase…

— Estuvimos en Wisconsin, y yo quisiera saber quién está cubriendo eso a fondo. No me digan que las agencias de noticias porque ellas dan imágenes y una que otra información, pero ¿quién ha mando periodistas que cuenten todo lo que está pasando?: Telesur.

— Si encuentran las evidencias del bombardeo, ¿Las veremos en la pantalla de Telesur?

— Por supuesto, por supuesto, todo lo que esté pasando… todo. Lo que la gente quiera ver y lo que no quiera ver; lo que a la gente le parezca acertado y lo que no. La cobertura de la situación de Libia, lo digo sin pretensión, es de primer nivel. Hemos difundido todas las voces, todas. Los que están de acuerdo con Gaddafi, los que no y también quienes dicen que el problema no es él, sino las intervenciones extranjeras y las apetencias por el petróleo. La verdad es la verdad, no tiene remedio.

_____________________

Caleña atada a Venezuela

Cuando a Patricia Villegas la designaron presidenta de Telesur, a finales de enero, la Universidad de El Valle (Cali, Colombia) lo destacó en su página Web como un gran logro de una egresada de su Escuela de Comunicación Social.

Otros comentarios en Internet no fueron tan edificantes. En los basureros digitales brotó la xenofobia: “¿Es que no hay periodistas venezolanos talentosos que nombraron a esa colombiana?”, y cosas peores, ya saben.

Trabajadora del canal desde antes de su salida al aire en 2005, ha sido reportera en situaciones de conflicto, figura ancla y entrevistadora estelar. Ahora, a pesar de su juventud, el cargo la obliga a dar consejos a los corresponsales que salen en peligrosas misiones al exterior. “Les decimos que su seguridad está por encima de la noticia, que el periodismo es un ejercicio del rigor y que tienen la responsabilidad de contar lo que está sucediendo”, resume la receta.

No sólo Telesur la ata a Venezuela. También su relación con el ministro del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias y vicepresidente para el área Económico Productiva, Ricardo Menendez .

Es inevitable la pregunta político-farandulera: ¿Cómo es eso de ser pareja de un ministro de Chávez… el Presidente deja algo para alguien más?

“No, que va, no deja. Ricardo y yo tenemos un matrimonio de una hora al día… por eso digo que va a durar mucho”.

CLODOVALDO HERNÁNDEZ/ESPECIAL CIUDAD CCS

FOTO ENRIQUE HERNÁNDEZ

http://ciudadccs.info/?p=148614