Fuente: Telesur, VTV, Aporrea
miércoles, 29 de julio de 2009
(VIDEO) Vea "Dossier" con Walter Martínez (28.07.09)
Fuente: Telesur, VTV, Aporrea
(VIDEO) Vea "Dossier" con Walter Martínez (27.07.09)
Fuente: Telesur, VTV, Aporrea
Golpistas impiden divulgación de un informe sobre DD.HH. que los compromete
Hebe Schmidt (teleSUR/Madrid)
El hecho, que provocó una gran tensión, ocurrió, en la sala de actos del Hotel Maya, a las 10 AM local (16H00 GMT), cuando el lugar donde se desarrollaría la rueda de prensa fue rodeado por fuerzas "policiales y policías de civil, suponemos", le dijo a teleSUR, Enrique Santiago, uno de los integrantes de la Misión de Observadores representante del Instituto de Estudios para América Latina y Africa (IEPALA) de España.
Ante la situación generada allí, Santiago remitió por vía correo electrónico el informe a Fran Pérez Esteban, Secretario de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos de Izquierda Unida (IU), que se encuentra en España para que pudiera cursar su difusión. Finalmente, "estos provocadores que intentaron `reventar´ la rueda de prensa y que casi lo consiguen", según relata Santiago, se retiraron del lugar y la rueda de prensa, en la que se presentó el Informe Preliminar que constata graves violaciones a los DDHH en Honduras, pudo llevarse a cabo.
"Entre las vulneraciones de derechos fundamentales denunciados ante la Misión se encuentran un importante número de ejecuciones extrajudiciales, centenares de detenciones arbitrarias, múltiples amenazas, cercenamiento de la libertad de expresión e información, así como restricciones indebidas a la libertad de circulación, enmarcado todo ello en un contexto de clara persecución política que afecta especialmente a dirigentes políticos y sindicales, defensores de derechos humanos, periodistas y ciudadanos-as extranjeros", según se desprende la lectura de dicho Informe Preliminar.
Según se desprende el Informe Preliminar al que Telesur tuvo acceso, los defensores de derechos humanos de la Misión denuncian, concretamente, las muertes de "Isis Obed Murillo Mencias, de 19 años, muerto por disparos de las Fuerzas Armadas durante la marcha celebrada el 05 de julio por los partidarios del presidente depuesto al aeropuerto de Toncontin, Tegucigalpa"; como así también la muerte del periodista de Radio Estelar Gabriel Fino Noriega, en el departamento de Atlántida, "asesinado de 7 impactos de bala el 3 de julio cuando salía de su centro de trabajo"; la de Ramón García, líder del partido político Unión Democrática (UD), "obligado a bajar de un vehículo de transporte público cuando regresaba de una manifestación y acribillado a tiros en la localidad de Santa Bárbara por desconocidos"; la de Roger Iván Bados, ex dirigente sindical del sector textil y actual militante de la UD y del Bloque Popular (BP), "amenazado de muerte con posterioridad al golpe y asesinado a tiros tras sacarlo por la fuerza de su propia casa el 11 de julio en San Pedro Sula"; la de Vicky Hernández Castillo (Sonny Emelson Hernández), "miembro de la comunidad LGTB, muerto en San Pedro Sula por un impacto de bala en el ojo y con señales de estrangulamiento, durante el toque de queda"; y, también se denuncia la muerte de una persona "no identificada, vestida con una camiseta de la denominada "cuarta urna", encontrada muerta el 3 de julio en el sector de "La Montañita" en Tegucigalpa, lugar que fue cementerio clandestino de ejecuciones extrajudiciales durante los años 80". Al momento la Misión continúa verificando otras denuncias de ejecuciones extrajudiciales.
Según se argumenta en el Informe Preliminar, se ha identificado "la existencia de graves violaciones a los derechos humanos ocurridas en el país con posterioridad al golpe de Estado".
La Misión Internacional de Derechos Humanos compuesta por 15 profesionales procedentes de Alemania, Argentina, Austria, Bélgica, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, El Salvador, España, Nicaragua, Perú, Suecia y Uruguay y que se constituyó en Honduras el 17 de julio pasado para verificar las violaciones a los derechos humanos ocurridas en Honduras durante y después del golpe de Estado del pasado 28 de junio, a fin de presentar observaciones y recomendaciones al respecto a la OEA, la ONU, la Unión Europea y sus Estados miembros. Los defensores de DDHH que integran la Misión han tomado testimonios de casos ocurridos en varias partes de Honduras como Tegucigalpa, San Pedro Sula, Olancho y Colón, donde realizaron entrevistas con diferentes organizaciones y expertos de derechos humanos, entre otros. Entre otros casos, también se denuncia la "desaparición forzosa de Anastasio Barrera de 55 años, afiliado a la Central Nacional de Trabajadores del Campo, secuestrado en San Juan Pueblo, Atlántida, el día 5 de julio de 2009 por cuatro individuos que vestían chalecos de policía". A la vez que también se informa que otro joven, Manuel Sevilla, de 19 años, "fue desaparecido en San Pedro Sula el día 12 de julio luego de volver de una manifestación".
La Misión, además, denuncia "la actitud de la jerarquía católica hondureña" y su "implicación activa" en la organización de las movilizaciones de "respaldo a éste convocadas por el régimen de facto".
Al momento se han registrado 1275 detenciones vinculadas con infracciones al toque de queda y por otros motivos relacionado con las manifestaciones de protesta contrarias al golpe de estado. También se denuncia la "detención arbitraria de extranjeros", que en las últimas semanas "aumentaron significativamente; en particular, la de aquellos extranjeros de nacionalidad nicaragüense quienes se han visto afectados de manera desproporcionada por detenciones arbitrarias e irregulares". Entre los días 20 y 21 de julio, miembros de la Misión constataron las violaciones de derechos humanos que sufrieron los jóvenes nicaragüenses Jarlen Manuel Torres Torres, Noe Emilio Avellán Ruiz, Tulio Rafael Bendaña Mejía, Alejandro José García Obregón, Pablo Yase Benoaria, Jorge Danilo Flores, Francisco Israel Connor, Carlos David Bendaña Mejía, José González, Darwin Antonio Reyes Lazo, Miguel Ángel Aguilar Fernández, Henry Geovany Martínez López y David Girón. Todos ellos "detenidos arbitrariamente alegando infracciones administrativas al derecho de extranjería, siendo sujetos a malos tratos. Estas acciones fueron llevadas a cabo por miembros de la Policía Nacional Civil".
Los observadores han recibido denuncias concretas de "la actuación de grupos paramilitares, compuestos por civiles vinculados supuestamente a organizaciones de narcotraficantes, y a grupos de seguridad privada" quienes vestidos con traje de camuflaje "operan conjuntamente con miembros del XV Batallón del Ejercito Hondureño en el departamento de Colón".
Para Fran Pérez Esteban, de IU, "el mejor ejemplo de que el nuevo gobierno de Honduras es una dictadura, lo representa el Ministro Asesor de Micheletti, Billy Joya, quien fuera uno de los jefes de los escuadrones de la muerte hondureños, responsables de la desaparición de centenares de dirigentes de izquierda, sindicalistas, estudiantes e indígenas. Billy Joya dirigió con el militar argentino Guillermo Suárez Mason, el batallón de inteligencia 3-16,responsable de crímenes contra la humanidad: de torturas masivas, desapariciones, asesinatos. Responsable de crímenes contra la humanidad, fue procesado finalmente por la Fiscalía hondureña el año 95 por la detención, tortura y asesinato de varias decenas de estudiantes, y se escapó del país".
Los integrantes de la Misión de Observación sobre la situación de los Derechos Humanos en Honduras, han sido las siguientes personas: Luis Guillermo Pérez (CIFCA); Marcia Aguiluz (CEJIL); Viviana Krsticevic (CEJIL), Martin Wolpold-Bosien (FIAN Internacional); Jorge Rojas (CODHES), Benjamín Cuellar (IDHUCA), Miguel Jugo (Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú), Javier Mujica (FIDH), Efraín Olivera (PIDHDD, SERPAJ), Enrique Santiago (IEPALA, FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE DEFENSA Y PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS- ESPAÑA), Ellen Verryt (Solidaridad Mundial) Hans Peter Dejgaard(IBIS – Dinamarca), Katrin Erlingsen (Asesora del Presidente de la Comisión de Cooperación económica y Desarrollo del Parlamento alemán), Leo Gabriel (Instituto de Investigaciones Interculturales y de cooperación - Austria), Katia Nouten (CIFCA), Dolores Jarquín (Alianza Social Continental), Francois Houtart (Centro De Estudios Tricontinental).
Por: Hebe Schmidt (teleSUR/Madrid)
Fuente:http://www.telesurtv.net/noticias/entrev-reportajes/index.php?ckl=333#
martes, 28 de julio de 2009
Colombia, el balcón que nos vigila
El Fantasma
Colombia y su Estrategia
Pero donde la actitud ante el fantasma es más inquietante, por su carácter estrategico, es Colombia. La coherencia ideológica de parte de su liderazgo, su definido perfil reaccionario, y los reflejos antivenezolanos siempre latentes en su clase política, confiere al vecino un protagonismo que excede lo retórico. Quienes hacen y ejecutan la política interna y exterior de Colombia están consciente de lo que representa el actual proceso venezolano. Que implica que a su lado se desarrolle una experiencia contraria a lo que allá ocurre.
Tal situación es un reto para una oligarquía acostumbrada a resolver con la violencia los conflictos sociales y politicos internos. Esa conducción sabe lo que tiene que hacer como respuesta, y lo hace con la peculiar habilidad y falta de escrúpulos con que suele comportarse. Esa conducción, expresión condensada del uribismo, ensaya varias respuesta al proceso bolivariano en medio de enfrentamientos que casi provocan la ruptura de relaciones, de sinuosas posiciones en los temas económicos y financieros, y, también, la zalamería cuando la cuerda se tensa demasiado. Lo cierto es que en medio de choques abruptos y lunas de miel, el gobierno de Uribe sigue adelante en una peculiar escalada antichavista.
Situaciones Concretas
Veamos: 1) Sin pestañar siquiera, la oligarquía colombiana estimula la campaña que presenta a Venezuela como factor clave del narcotráfico. Con singular caradurismo manipula un tema donde Colombia es la nación en el banquillo. 2) Igual con el tema de la guerrilla, las Farc y la violencia. Históricamente el Estado venezolano evitó involucrarse en el conflicto interno colombiano -más bien somos víctimas.
Así fue en la IV y, ahora, en la V República. Pero la dirigencia colombiana endosa a Venezuela responsabilidades que ésta no tiene, y lo hace con el deliberado propósito de afectar la imagen del país. 3) Irresponsablemente el Estado colombiano facilita el desplazamiento hacia Venezuela del paramilitarismo desmovilizado en su territorio, con las desastrosas consecuencias que todos conocemos. Al igual de lo que sucede con el narcotráfico, el delito común, el sicariato, el paramilitarismo, Colombia, que genera y exporta delito, drena a Venezuela esa terrible realidad. Pero con insólita mezcla de habilidad y desfachatez, el Estado colombiano se presenta como víctima mientras sus vecinos serían los verdugos.
El Peligro Mayor
Aterrizo con lo más importante. Lo que representa mayor peligro para la región andina y, en especial, para Venezuela: las Bases Militares de EE.UU. instaladas en Colombia. El fin de la concesión de Manta por el gobierno ecuatoriano, significó el traslado a Colombia de esa infraestructura militar.
A partir de ese momento se multiplican en territorio colombiano las Bases norteamericanas. A las que operan en Larandia (Sur) -donde se ubica la llamada "inteligencia técnica" del Pentágono- y Tolemaida (Centro), con efectivos militares, instructores y contratistas gringos, se agregan por reciente acuerdo entre los dos paises, las Bases de Malambo (Atlántico), Palaquero (Cundinamarca), Apiay (Meta).
Otra Base, la más grande, está en Tres Esquinas, Caquetá, y hay otra en Villavicencio. Además, las fuerzas norteamericanas cuentan con las instalaciones navales de la Armada en Cartagena (el Caribe) y Málaga (el Pacífico).
El centro de las operaciones está en la Base de Palanquero con capacidad para 60 aviones y una pista de 3.500 metros que permite el despegue y aterrizaje de tres aeronaves al mismo tiempo.
Fracaso Interno y Proyección Externa
Ante este dispositivo armado, estratégicamente ubicado e infinitos recursos tecnológicos y logísticos, ¿cómo queda la región andina, cómo queda Venezuela? También, ¿cómo queda Colombia? Importantes sectores politicos de esta nación han denunciado la gravedad de la situación. Ejemplo: el senador liberal Juan Manuel Galán y el dirigente de la U, Jairo Clopatofsky, opinan: "La soberanía colombiana está marchita; la estamos entregando". Y el excandidato presidencial Carlos Gaviria, dirigente del Polo Democrático, sostiene: "Nos estamos comportando como un país súbdito de Estados Unidos".
Para Ecuador la amenaza es creciente -ya sufrió en carne propia la agresión. También para Venezuela. La explicación, tanto del gobierno norteamericano como del colombiano, de que se trata de una operación para combatir el narcotráfico y el terrorismo, nadie la cree. Este Plan, concebido con el pretexto de luchar contra ambos fenómenos, fracasó. Después de años e inversión de fabulosos recursos su saldo es frustrante.
Ahora hay más hectáreas sembradas de coca y amapola y la producción de droga se expandió e inunda los mercados mundiales. Tampoco la ayuda militar acabó con la guerrilla que, más allá de los últimos reveces, mantiene presencia y operatividad en distintas regiones del país. En cambio, la proyección militar sobre la región andina y los vecinos, es amenazante. Semejante dispositivo desborda las previsiones internas y corresponde a la concepción estratégica de dominación mundial de EE.UU. y control de la región andina.
El Blanco: Venezuela
El fortalecimiento del dispositivo militar y de inteligencia de USA en Colombia tiene en la mira a Venezuela, a su proceso revolucionario, el cual constituye un dolor de cabeza para la derecha latinoamericana y, por supuesto, para Washington. Si alguien duda acerca del propósito que inspira la conversión del territorio colombiano en una gran base militar norteamericana, basta leer lo dicho por alguien insospechable de izquierdismo, el precandidato presidencial liberal y exministro de Defensa de Colombia, Rafael Pardo: "Es un inmenso error diplomático.
Una cosa es la cooperación para actuar en nuestro territorio, que es necesaria y justa, y otra alquilar el territorio para observar a los paises". Pardo remata así: "Es como prestarle el balcón del apartamento a un señor de afuera de la cuadra para que vigile a los vecinos". Para los venezolanos se trata de un tema de seguridad y defensa prioritario. No cabe duda. Y así lo acaba de asumir Chávez.
Fuente: http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?29471
lunes, 27 de julio de 2009
(VIDEO) Vea "Dossier" con Walter Martínez (24.07.09)
Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/n139380.html
Henry Louis Gates, Troy Anthony Davis, and the 21st Century Color Line
W.E.B. Du Bois' classic 1903 work "The Souls of Black Folk" opens with "The problem of the Twentieth Century is the problem of the color line." Du Bois helped form the NAACP, the National Association for the Advancement of Colored People, which just celebrated its 100th anniversary.
Henry Louis Gates Jr., who directs Harvard University's W.E.B. Du Bois Institute for African and African American Research, knows much about the color line -- not only from his life's work, but from life experience, including last week, when he was arrested in his own home.
Gates' lawyer, Harvard Law professor Charles Ogletree, said in a statement that the arrest occurred as Gates returned from the airport:
"Professor Gates attempted to enter his front door, but the door was damaged. Professor Gates then entered his rear door with his key, turned off his alarm, and again attempted to open the front door. With the help of his driver they were able to force the front door open, and then the driver carried Professor Gates' luggage into his home." Both Gates and his driver are African-American. According to the Cambridge [Mass.] Police report, a white woman saw the two black men attempting to enter the home and called police.
Ogletree continued: "The officer...asked Professor Gates whether he could prove that he lived there and taught at Harvard. Professor Gates said that he could, and...handed both his Harvard University identification and his valid Massachusetts driver's license to the officer. Both include Professor Gates' photograph, and the license includes his address." Police officer James Crowley reported that Gates responded to his request for identification: "Why? Because I'm a black man in America?" Despite his positive identification, Gates was then arrested for disorderly conduct.
Meanwhile, in Philadelphia, more than 60 mostly African-American and Latino children attending the Creative Steps camp were disinvited from a suburban Valley Swim Club, which their camp had paid for pool access.
Suspicions of racism were exacerbated when Valley Swim Club President John Duesler said, "There was concern that a lot of kids would change the complexion...and the atmosphere of the club." The U.S. Department of Justice has opened an investigation.
The Senate Judiciary hearings on Supreme Court nominee Sonia Sotomayor were permeated by the race question, especially with white, male senators questioning her comments on how a "wise Latina" might rule in court. If confirmed, one of the first cases she will hear will be that of Georgia death-row prisoner Troy Anthony Davis, an African-American.
As it moves into its second century, the NAACP is, unfortunately, as relevant as ever. It is confronting the death penalty head-on, demanding Davis' claims of innocence be heard and asking Attorney General Eric Holder to investigate the case of Pennsylvania death-row prisoner Mumia Abu-Jamal. Another new NAACP initiative asks people to record instances of bias, discrimination and police brutality with their cell-phone cameras, and upload them to naacp.org.
At the group's centennial, longtime board chair Julian Bond said, paraphrasing Jay Leno: "When I started, my hair was black and my president was white. Now my hair's white, and my president is black. I hold the NAACP responsible for both." While the Cambridge Police Department has dropped the charges against Gates, his charges of racial discrimination remain. W.E.B. Du Bois' color line has shifted -- but it hasn't been erased.
http://i3.democracynow.org/blog/2009/7/22/henry_louis_gates_jr_troy_anthony_davis_and_the_21st_century_color_line“El argentino no está preparado para ver a los negros”
Usted es antropólogo, pero trabaja con la música.
–Efectivamente. Mi especialización es la música en contextos socioculturales, concretamente, ahora, en la población afroargentina (es decir, los descendientes de negros africanos esclavizados en la época colonial hasta 1861, que fue el año real de abolición de la esclavitud en nuestro país).
–¿Por qué fue el año real?
–Generalmente se cita la libertad en 1813, pero ésa fue una libertad formal. La esclavitud, de hecho, siguió funcionando; los esclavos siguieron estando bajo condiciones de servidumbre en las casas de sus amos. En 1861, Buenos Aires suscribe a la Constitución Nacional, y es en esa Constitución donde realmente queda abolida la esclavitud.
–¿Era una población de cuánta gente?
–Las cifras son muy endebles. Uno a veces piensa que los censos son abstracciones matemáticas puras y duras pero, desde las formas de diseñar un censo hasta las maneras de contar a las personas, hay mucha incidencia de factores culturales. Tal es así que en 1887 es el último censo nacional en el que se cuenta a la población negra de manera diferencial. Después de 1887 los censos no incluyen la categoría “negro” y crean otra categoría que es la categoría de “trigueño”, que formó parte de un mecanismo de invisibilización de la negritud. Lo que los censos reflejan no es la realidad como una fotografía de la época, sino cuestiones ideológicas. En 1887, en Buenos Aires dan como población negra un 1,8 por ciento (que parece mínima). Para ese período, sin embargo, la comunidad negra tenía una prolífica actividad social y cultural: entre ellos funcionaban 20 periódicos, había cerca de 100 entidades afroporteñas (entre sociedades carnavalescas, de ayuda mutua, etc.), había centros políticos, artísticos, culturales...
–Y el mito de que los negros fueron barridos por la fiebre amarilla y la guerra del Paraguay, ¿es realmente un mito?
–No, eso es verdad. Hay varios supuestos que cualquier argentino podría enumerar si se le pregunta por qué no hay población negra en la Argentina. La primera argumentación es que acá hubo algunos hechos históricos y sociales en los que murieron masivamente: las guerras de la Independencia, la guerra del Paraguay. Como quedaban muchas más mujeres negras que hombres, comenzaron a casarse con blancos y la descendencia comenzó a decaer. Esas razones existieron, pero no explican por qué hoy, en 2009, una parte significativa de la población argentina se reconoce descendiente de esclavos negros y mantiene su cultura vigente.
–¿Y dónde están?
–Bueno, ahí está el segundo mecanismo de negación de la negritud. A cualquier argentino que se le pregunte sobre los negros en la Argentina va a contestar: “Bueno, pero yo no los veo por la calle”. Lo que pasa es que habría que ver por cuáles calles camina nuestro interlocutor: Buenos Aires es una ciudad muy grande y el resto del país ni hablemos. Hay muchas calles, muchos barrios, muchas geografías sociales y culturales. Lo que yo le puedo decir es que ellos están y viven. Así como los censos son un recorte cultural e ideológico, nuestra mirada es también un recorte cultural e ideológico. Uno no mira naturalmente, mira condicionado por la educación, por factores históricos, por intereses y por silencios. Cuando uno tiene el ojo entrenado, puede ver cosas que otra persona no ve. El argentino, en su ideario identitario, no está preparado para ver a los negros. Pero... ¿por qué no podemos verlos? Ahí hay una cuestión delicada. Yo le voy a hablar de los afroporteños, cuya situación es distinta a la de los afroargentinos del interior del país (en cuanto a estrategias de preservación y divulgación de su cultura). Los afroporteños han elegido conscientemente no mostrar su cultura puertas afuera de sus casas. Esa fue una estrategia de preservación y defensa frente a algunos avasallamientos que se vinieron dando en las últimas décadas del siglo XIX. Hay que tener en cuenta siempre que en 1861 es la abolición de la esclavitud y ya en 1863 se empezó (con una nota publicada en los almanaques de la época) a hablar de la inminente desaparición biológica y cultural de los negros. De 1863 hasta el presente, ese tópico se viene repitiendo periódicamente en la prensa, en los académicos, en los políticos, en los intelectuales. “No quedan más negros, ya no hay más tradiciones negras”, se dice. Eso también fue responsabilidad de la propia comunidad negra, que decidió mantener su cultura puertas adentro para evitar ser objeto de burla o de humillación pública (en los carnavales, por ejemplo). Esa estrategia se mantuvo vigente hasta hace dos o tres años. Puertas afuera se mezclaban con los ciudadanos comunes y corrientes, y trataban de mimetizarse con la blanquedad. Eso hizo un engranaje nefasto con el pensamiento blanco que, o bien no los veía (no los quería ver) o bien los extranjerizaba. Es muy común que, cuando uno ve un negro en la calle, piense automáticamente que es brasileño o africano. Si bien es probable que muchos sean de ese tronco, muchos de ellos pueden ser tranquilamente afroargentinos y nosotros ni siquiera lo pensamos. Otra cuestión delicada es la del mestizaje cultural y biológico. Los negros se han mezclado con población blanca y con población aborigen. Ese mestizaje nosotros no podemos verlo. Nosotros vemos en términos absolutos: se es absolutamente negro o blanco. No podemos ver el producto de la mezcla cultural. Y América es eso, en realidad: una mezcla de culturas. Eso derivó, sumado a los grandes índices de pobreza que hay entre la población negra, en la migración del concepto de negritud al concepto de pobreza. Se empezó a hablar de negro no en términos étnicos, culturales e históricos sino en términos de pobreza. Cuando hoy uno habla de negros, eso tiene un sentido socialmente despectivo. Se está racionalizando una cuestión económica y social.
–¿Qué relación hay entre los “cabecitas negras” y los afroargentinos?
–Yo me atrevería a decir que son lo mismo. Cuando se habla del negro, del cabecita negra, estamos pensando en la mezcla de criollos con aborígenes, pero no tenemos en cuenta la tercera raíz de la Argentina. La española es una, la aborigen es otra, pero falta la negra. Esa es la otra pata del mestizaje, que falta en nuestra historia. Esa otra pata fue diluida, fue solapada, fue acallada. Y fue una estrategia consciente por parte de la generación del ’80 en su afán de construir una moderna Nación Argentina. Para eso era clave el ideario blanco (que se mantiene virtualmente intacto). Y, como nadie habló con los afroargentinos a nivel de investigación (siempre se habló sobre ellos, de ellos, en contra de ellos), se me ocurrió que era interesante hablarles. Y lo que dicen es muy interesante.
–¿Qué dicen?
–En este país de ausencias, ellos se consideran los primeros desaparecidos. La pregunta es por qué: si ellos están, si ellos viven, ¿cómo se pueden considerar desaparecidos? La respuesta es que son desaparecidos de Africa: sus ancestros fueron secuestrados de su continente y traídos compulsivamente, esclavizados, a esta tierra.
–Los que viven ahora, ¿son afroporteños puros?
–No existe el concepto de pureza, en ningún aspecto. Ese concepto se toma de la biología o de la culinaria, pero en términos culturales eso no existe (porque uno trata de ponerle valor a eso). Acá fueron traídos muchos grupos diversos del Africa negra, de cuyos nombres no se acuerdan ni los propios descendientes. Porque ellos también quisieron olvidar ese pasado. La mayoría son del tronco bantú, del centro-sur de Africa. Hablar de ese tronco es hablar de medio continente africano. Esos grupos, a su vez, se mezclaron entre sí, y se mezclaron con los blancos, y se mezclaron con indígenas, y de ahí provinieron todos los descendientes. Yo, antes de pensar en términos de pureza o impureza, prefiero pensar en los afroporteños como aquellos que se reconocen descendientes de esclavizados y que mantienen valores de su cultura.
–¿Cómo cuáles?
–La música, la religión, el idioma, la culinaria.
–¿Y qué idioma conservan?
–Bueno, lo que pasa es que el idioma no está disociado de la variación cultural. Se conservan, por ejemplo, cantos arcaicos (posiblemente originarios de Africa) que están en lenguas arcaicas del tronco bantú. Yo he podido traducir una de esas canciones, que ni siquiera ellos saben qué significan, dado que las cantan por fonética. Eso, a su vez, se fue deformando con los siglos, lo cual lo hace aún más complicado. Pero se mantiene, más o menos, el vocabulario. Y mucho de ese vocabulario permeó al lunfardo: mucama, quilombo, catinga. Mucho quedó igual. Y mucho fue variando por las circunstancias históricas del país, por ejemplo, “chongo”. En la comunidad negra, eso significa persona blanca. Fuera de esa comunidad, eso significa otra cosa. Ellos, también, preservaron palabras que no pasaron al lunfardo: mundele (un tipo de carne de vaca) o calunga (cementerio) o tute (caliente). En su habla coloquial, ellos usan esas palabras, que por cuestiones históricas no pasaron a nuestro idioma general.
–¿Y dónde se los encuentra?
–Bueno, la ciudad de Buenos Aires es muy grande, y a eso hay que sumarle el continuum poblacional que es el Gran Buenos Aires. Estamos hablando de un área de más de 10 millones de habitantes. Por cuestiones de pobreza, a través de las sucesivas crisis que fue atravesando el país, la pobreza actuó como fuerza centrífuga y los fue alejando del centro. A fines del siglo XIX, ellos vivían en los históricos barrios de Montserrat, San Telmo y San Cristóbal. Con diferentes crisis, ellos fueron yéndose hacia Flores. En la primera mitad del siglo XX, ellos vivían allí. De hecho funcionó un club llamado La Armonía, en el que se bailaba su música. Hoy, en su mayoría, viven en Merlo, en Ituzaingó, en Paso del Rey, en La Tablada, en La Matanza, en Valentín Alsina, en Lomas de Zamora. Una pequeña población queda en Buenos Aires, pero muy pequeña. Ahí habría que hacer una aclaración. Ellos son todos afroporteños, pero internamente se dividen en dos subcategorías. Los negros usted y los negros che. Los negros usted, que son una minoría, son los pocos que lograron una posición de elite económica e intelectual, a fuerza de deshacerse de su lastre étnico y de no comprometerse con su cultura ancestral (y, por lo tanto, de abrazar el ideario blanco de ciudadano). A algunas de esas personas negro usted las conocemos muy bien, porque son personas de la farándula, o de la política, y, por una cuestión cultural, nosotros no los podemos ver como negros (y ellos tampoco se reconocen como negros).
–¿Por ejemplo quiénes?
–Vamos a dar nombres. La escritora Griselda Gambaro (afrodescendiente del tronco colonial). El pianista Horacio Salgán. El peluquero Roberto Giordano. La actriz o conductora Carmen Barbieri (cuyo abuelo era guitarrista de Gardel). Todas esas son personas que, para nosotros, son blancas (y que se esfuerzan por ser blancas), pero tienen una raigambre negra. El tema de la negritud, entre ellos, no se habla. Esos son los negros usted. La gran mayoría, sin embargo, son los negros che.
–¿Y la música?
–Bueno, lo que estructura la cultura negra porteña es el candombe, y lo que marca el ritmo del candombe es el tambor. Y el toque del tambor para los afroporteños es su conexión sonora con sus ancestros: reviven a sus ancestros a través de la danza y el baile. O sea que toda música es vivida como una danza lúdica pero, a la vez, religiosa.
–¿Y la comida?
–Mucha de ella la comemos a diario, y no tenemos memoria de ese patrimonio negro. Por ejemplo, el dulce de leche. Cuando se dice que nació de un descuido en la provincia de Buenos Aires, luego de que la cocinera de Rosas se olvidara la leche en el fuego, nadie dice que esa cocinera era negra. Por ejemplo, las achuras: las comidas de las vísceras son típicamente negras. No por nada el barrio de Montserrat se llamaba el “Barrio del Mondongo”. Los criollos no comían esa carne, la tiraban. Y las negras achuradoras (esto lo dice Echeverría en El matadero) iban a recoger esa carne para hacer su comida.
–¿Eso es de raíz africana?
–Afroamericano, en realidad. Hay una anécdota de Borges muy interesante. El volvió a su casa, en la década del ’20, y le contó a su madre, enfervorizado, que había estado con compadritos, y que lo habían invitado a comer. La madre, entonces, le pregunta: “¿No habrás comido asado, esa porquería que comen los esclavos?”. Otra comida, que no ha pasado a la tradición culinaria nuestra, es una en la que se hierven huesos de pata de vaca hasta que se deshacen; eso se mezcla con cebolla rehogada y ajo y se pone en una fuente, como si fuera queso. Esa era una comida de negros muy pobres. Por tradición historiográfica se sabe que los negros siempre estaban recogiendo huesos de vaca en los mataderos.
–¿Cuántos son, aproximadamente?
–Aproximadamente, de acuerdo con varios estudios realizados, serían un cuatro por ciento de la población del país, es decir, unos dos millones de personas. Pareciera un disparate, pero ahí hay que tener en cuenta muchas cosas. Cuando nosotros decimos “negro”, en líneas generales, nos estamos refiriendo a algo muy visible: al color de piel. Pero hay que aclarar que no todos los negros son negros. Fíjese en Horacio Salgán, o en Carmen Barbieri. Por eso se usa una categoría más amplia, que es la de afrodescendientes. Nosotros podríamos tranquilamente ser afrodescendientes y no lo sabemos. Los afrodescendientes, para darse cuenta de quiénes son sus pares, no se fijan en la piel sino en el pelo. El pelo enrulado o tipo mota es copyright africano.