Por Fernando Cibeira
Hugo Chávez trató de ser prudente sobre las elecciones argentinas. Cuando lo consultaron, apenas si dijo que había hablado con Néstor Kirchner por teléfono, que era su amigo y que le había deseado suerte. Pero dio una rotunda muestra de apoyo al gobierno de Cristina Kirchner al sostener que “nuestros pueblos fueron capaces de abrir un camino alternativo al modelo neoliberal que echó al suelo nuestras patrias” y, parafraseando al Che Guevara, dijo que ambos países se habían colocado “medio paso, un paso, delante del caos en el que está el mundo hoy”. Fue ayer en la reunión que la Presidenta y Chávez mantuvieron en la Casa Rosada en el marco del mecanismo de encuentros trimestrales entre ambos presidentes. Tan bien marchó todo que el venezolano viajó a El Calafate a conocer el glaciar y a pasar un día con los Kirchner.
Chávez llegó a la Casa de Gobierno cerca del mediodía. La Presidenta lo recibió en el Salón Blanco y se reunieron a solas en su despacho. La firma de acuerdos se realizó en el luminoso Salón de las Mujeres, ya convertido en el lugar preferido de Cristina Kirchner en Gobierno. Las fotos que visten las paredes generaron la curiosidad de Chávez. Ante Evita, se cuadró. “Eva Perón, te amo, mujer de esta patria grande”, le dijo. Luego hizo el saludo militar cuando Cristina Kirchner le señaló a Juana Azurduy. “Hacés muy bien en hacerle la venia. Perdió cinco de sus seis hijos en la guerra por la Independencia”, le dijo la Presidenta.
Se sentaron enfrentados junto a su comitiva de ministros. A un lado de la Presidenta se ubicó el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y del otro el de Salta, Juan Manuel Urtubey, que participaron de la firma de acuerdos. “Quiero decirte que tenemos un dispositivo K”, le advirtió Cristina. “La que controla el audio soy yo. Cuando alguien habla demasiado, aprieto el botón y puedo cortarle el audio. No es que salgas eyectado, pero cuando alguien habla demasiado se corta el sonido”, bromeó. Con tanta prevención, Chávez fue breve y tal vez a la Presidenta le hubiera convenido que se extendiera, porque allí fue donde resultó más enfático en el apoyo a su gobierno. Recordó cuando llegó por primera vez al país, diez años atrás. “No había nada que buscar aquí”, indicó. Luego fue la crisis de 2001 y de ahí “salió Néstor, un hombre desconocido”. Que a partir de entonces “esta Argentina se puso de pie, una vez más y para siempre”. En ese momento fue que añadió lo del camino “alternativo al neoliberalismo” por el que habían optado ambos pueblos, por lo que venía a “ratificar con pasión y compromiso” la resolución de seguir avanzando en la integración bilateral. “La profundización del compromiso del eje Caracas-Buenos Aires”, insistió en varias ocasiones.
Los presidentes y ministros firmaron trece nuevos convenios con temas que van desde la agroalimentación hasta el área energética. Ya no se habla más del Gasoducto del Sur sino de las plantas de regasificación que hay que construir para tratar los 200 millones de pies de gas licuado que Venezuela promete venderle al país a partir de 2013.
Luego fue el turno de la conferencia de prensa conjunta, una costumbre internacional que Cristina Kirchner parece haber incorporado cuando la visitan otros presidentes.
En el diálogo, la Presidenta adelantó que en la próxima reunión de la Unasur pedirá que además de los habituales temas políticos se traten también cuestiones económicas. Chávez se entusiasmó: “Necesitamos crear una nueva arquitectura financiera internacional, no podemos estar esperando que allá en el Norte hagan los cambios”. Y volvió a la carga con la necesidad de activar cuanto antes el Banco del Sur y también un Fondo Financiero Sudamericano, con el 10 por ciento de las reservas de cada país para auxiliar a los países que pasen dificultades. Ahí mismo improvisó una fecha –el 24 de junio–, obviamente en Caracas, para la reunión de presidentes que pondrá en marcha el Banco del Sur. “Hay que ir con la chequera”, le advirtió a Cristina Kirchner, porque lo único que falta poner es nada menos que los fondos.
A Chávez le preguntaron si tenía en sus planes seguir comprando bonos argentinos. Cristina Kirchner se le adelantó y dijo que por ahora Argentina no tenía en sus planes emitir deuda, por lo que la consulta se volvía abstracta. Con todo, el venezolano quiso responder: “Si hubiera en el futuro una solicitud de ese tipo nosotros la consideraríamos como hemos hecho en ocasiones anteriores. ¿Por qué? Bueno, a cambio de algo de intereses, claro, pero sobre todo por la solidaridad de los pueblos”.
Aunque ya había dicho bastante, Chávez no quiso referirse en concreto a los comicios del 28 de junio. “Se me acusa de andar metido en cuanta elección hay en este continente”, ironizó. Contó que un analista que escribe para varios periódicos latinoamericanos tituló “Chávez perdió en Panamá” su comentario sobre las recientes elecciones en las que ganó el candidato de la derecha. “Nosotros respetamos la voluntad de los pueblos”, sostuvo el venezolano. “Igual, con todas las elecciones que llevás hechas, no debés tener tiempo para ocuparte de las elecciones en otros países”, salió en su auxilio la Presidenta, que destacó cuántas veces había convocado a las urnas Chávez en Venezuela –lleva un promedio de más de una elección por año– y que pese a eso se lo sigue considerando antidemocrático.