miércoles, 9 de marzo de 2011

The end of the 'Washington consensus', El fin del “consenso de Washington”



Colombian President Juan Manuel Santos sent shockwaves through Washington when he told the Financial Times that his nation is holding negotiations with China to build a multibillion dollar "dry canal" that would compete with the Panama Canal. After all, Santos said, China is "the new motor of the world economy".

This deal is charged with politics. Colombia is trying to get the US to pass a long-stalled trade deal. And let us not forget that the original canal was to be the result of an agreement between the US and Colombia. When the Colombians didn't like the deal the US had on offer and threatened to squelch it, Washington supported Panamanian separatist movements and got itself a new country to build a canal with.

But that's all water under the isthmus. Or so we thought.

Whether or not this deal goes through, it highlights the stark contrast between China's foreign economic ventures and those of the United States.

For 30 years, Washington has been shopping a trade-not-aid based economic diplomacy across Latin America and beyond. According to what is generally known as the "Washington consensus", the US has provided Latin America loans conditional on privatisation, deregulation and other forms of structural adjustment. More recently, what has been on offer are trade deals such as the US-Colombia Free Trade Agreement: access to the US market in exchange for similar conditions.

The 30-year record of the Washington consensus was abysmal for Latin America, which grew less than 1% per year in per capita terms during the period, in contrast with 2.6% during the period 1960-81. East Asia, on the other hand, which is known for its state-managed globalisation (most recently epitomised by China), has grown 6.7% per annum in per capita terms since 1981, actually up from 3.5% in that same period.

The signature trade treaty, of course, was the North American Free Trade Agreement (Nafta). Despite the fact that exports to the US increased sevenfold, per capita growth and employment have been lacklustre at best. Mexico probably gained about 600,000 jobs in the manufacturing sector since Nafta took effect, but the country lost at least 2m in agriculture, as cheap imports of corn and other commodities flooded the newly liberalised market.

This dismal economic record prompted citizens across the Americas to vote out supporters of this model in the 2000s. Growth has since picked up, largely from domestic demand, and exports to China and elsewhere in Asia.

Interestingly, the only significant card-carrying members of the Washington consensus left in Latin America are Mexico and Colombia. That explains why Washington was so shocked at Santos' remarks.

Before China "gets" Colombia, there is now a rallying cry that says the US must pass the US-Colombia Free Trade deal – which would make Colombia deregulate its financial services industry, scrap its ability to design innovative policies for development, and open its borders to subsidised farm products from the United States. According to a study by the UN, the agreement will actually make Colombia worse-off by up to $75m, or 0.1% of its GDP.

Ironically, the US's renegade Congress failed to renew trade preferences last week, under which the majority of Colombia's exports enter tariff-free without the conditional terms of US trade deals.

Meanwhile, the Financial Times reports that China has lent over $110bn to developing countries over the past two years, more than the World Bank has made in three years. Relative to the World Bank, these loans come with far fewer "conditionalities" and are going to massive infrastructure projects across Africa and in places like Argentina, Venezuela and, perhaps now, even Colombia.

China is loaning nations money to fund each nation's own priorities for growth and development. China isn't doing so out of altruism; these are not acts of sainthood. China just has a better handle on economic development. Looking at the experience of other East Asian nations and itself, these types of projects are a much better bet than trade deals. China hopes that the projects will jumpstart growth so that nations will be able to supply greater amounts of exports to China, and be a source of Chinese exports. US trade deals, by contrast, seem to have been hijacked by a few interest groups that may benefit in the short term, but have dubious results over time.

The bigger point here is that, even if Colombia gets the sorry trade deal it wants and doesn't get a canal, the United States is literally and figuratively bankrupt in its competition with Chinese finance. Literally, because the US has the largest deficit on the planet and owes a big chunk of that to the Chinese. Figuratively, because the economic model that the US has exported to Latin America hasn't worked. China is funding infrastructure, exploration, science and technology, and all the other things that President Obama says we should be spending on here at home.

Why don't we do that here and enable others to as well?

http://www.guardian.co.uk/commentisfree/cifamerica/2011/mar/07/china-usa

El presidente colombiano Juan Manuel Santos hizo temblar a todo Washington, cuando dijo a The Financial Times que su país está realizando negociaciones con China para construir un “canal seco” multibillonario que competiría con el Canal de Panamá. Después de todo, dijo Santos, China es “el nuevo motor de la economía mundial”.

Este negocio está cargado de política. Colombia está tratando de que EE.UU. apruebe un acuerdo comercial que hace mucho está atorado. Y no olvidemos que el canal original iba a ser el resultado de un acuerdo entre EE.UU. y Colombia. Cuando a los colombianos no les agradó el negocio que EE.UU. ofreció y amenazaron con suprimirlo, Washington apoyó a los movimientos separatistas panameños y obtuvo un nuevo país para construir un canal. Pero ya eso es agua bajo el istmo. O eso creíamos.

Ya sea que este negocio se realice o no, subraya el gran contraste entre las operaciones económicas chinas en el exterior y las de Estados Unidos.

Durante 30 años, Washington ha estado proponiendo en Latinoamérica y más allá una diplomacia económica basada en el comercio, no en la ayuda. Según lo que se conoce generalmente como el “consenso de Washington”, EE.UU. ha entregado a Latinoamérica préstamos condicionados a la privatización, la desregulación y otras formas de ajuste estructural. Más recientemente, lo que se ha ofrecido son acuerdos comerciales como el Acuerdo de Libre Comercio EE.UU.-Colombia: acceso al mercado norteamericano a cambio de condiciones similares.

El historial de 30 años del consenso de Washington ha sido funesto para Latinoamérica, la cual creció menos de 1% anual en términos per cápita durante el período, a diferencia del 2,6% en el período 1960-1981. Asia Oriental, por otra parte, a la cual se le conoce por su globalización administrada por el estado (el epítome más reciente es China) ha crecido 6,7% al año en términos per cápita desde 1981, año en el que obtuvo 3,5%.

El tratado comercial modelo es, por supuesto el Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica (ALCAN). A pesar del hecho de que las exportaciones a EE.UU. se multiplicaron por siete, el crecimiento per cápita y el empleo en el mejor de los casos han resultado mediocres. México probablemente haya ganado 600 000 empleos en el sector manufacturero desde que ALCAN entró en vigor, pero el país ha perdido 2 millones en la agricultura, ya que las importaciones baratas de maíz y otros productos han inundado el mercado recién liberalizado.

Este lúgubre historial económico hizo que los ciudadanos a través de América votaran a partir del 2000 en contra de los proponentes de este modelo. Desde entonces ha aumentado el crecimiento, en gran medida debido a la demanda interna y las exportaciones a China y otras partes de Asia.

Es interesante que los únicos defensores del consenso de Washington en Latinoamérica sean México y Colombia. Eso explica por qué Washington se escandalizó tanto por los comentarios de Santos.

Antes de que China “se apodere” de Colombia, hay ahora un urgente llamado que dice que EE.UU. debe aprobar el acuerdo de libre comercio entre EE.UU. y Colombia –lo cual obligaría a Colombia a desregular su industria de servicios financieros, eliminar su capacidad de diseñar políticas innovadoras para el desarrollo y abrir sus fronteras a los productos agrícolas subsidiados provenientes de Estados Unidos. Según un estudio de la ONU, el acuerdo afectaría a Colombia en $75 millones de dólares, o 0,1% del PIB.

Irónicamente, la semana pasada el Congreso renegado de EE.UU. no renovó las preferencias comerciales, bajo las cuales la mayoría de las exportaciones colombianas no pagan tarifas en EE.UU. sin los términos condicionales de los acuerdos comerciales norteamericanos.

Mientras tanto, The Financial Times informa que China ha prestado $110 mil millones a países en desarrollo durante los últimos dos años, más de lo que el Banco Mundial ha hecho en tres años. En relación con el Banco Mundial, estos préstamos vienen con muchas menos “condicionalidades” y se están dedicando a grandes proyectos de infraestructura en toda África y en lugares como Argentina, Venezuela y, quizás ahora, hasta en Colombia.

China está prestando dinero a naciones para financiar las prioridades de cada cual para su crecimiento y desarrollo. China no lo está haciendo por altruismo; estos no son actos de santidad. Lo que sucede es que China tiene más experiencia en el desarrollo económico. Viendo la experiencia de otras naciones de Asia Oriental y la suya propia, estos tipos de proyectos son una apuesta mucho más segura que los acuerdos comerciales. China espera que los proyectos harán aumentar el crecimiento. De manera que las naciones serán capaces de suministrar mayor cantidad de exportaciones a China y ser un destino de las exportaciones chinas. Por el contrario, los acuerdos comerciales de EE.UU. parecen haber sido secuestrados por unos pocos grupos de interés que pueden beneficiarse a corto plazo, pero con el tiempo sus resultados son dudosos.

Lo más importante aquí es que, incluso si Colombia obtiene el mal acuerdo comercial que desea y no obtiene un canal. Estados Unidos, literal y figurativamente, está en bancarrota en esta competencia con las finanzas chinas. Literalmente, porque EE.UU. tiene el mayor déficit del planeta y le debe un gran trozo de ese déficit a China. Figurativamente, porque el modelo económico que EE.UU. ha exportado a Latinoamérica no ha funcionado. China está financiando infraestructuras, exploración, ciencia y tecnología y todas las otras cosas que el presidente Obama dice que nosotros debiéramos estar haciendo en casa.

¿Por qué no lo hacemos aquí y posibilitamos que otros lo hagan también?

http://bit.ly/h0sf2o

martes, 8 de marzo de 2011

Los amigotes de Kadafi, Gaddafi o como lo quieran llamar

No cabe lugar a dudas, aquí tenemos para elegir la foto (sesión integra con pose incluída) que queramos, todos estos lideres mundiales recibieron al personaje en cuestión con honores de Estado admitiéndolo en la tan cacareada Comunidad Internacional y ahora ni lo conocen. Bueno, asi son las cosas, pero por los frutos los conocereis.




Visita de Gaddafis al Estado francés, durante el cual se firmaron más de 10 millardos de euros, además de la compra y envio de un reactor nuclear a Libia y de la compra de 21 aviones Airbus. Fuente: Berliner Zeitung



Gaddafi y Tony Blayr en el 2007 cuando se sentía muy feliz por el nivel de confianza de las relaciones y por la firma de acuerdos de más de 600 Millones de euros con la empresa BP. Fuente: Berliner Zeitung




En Noviembre del 2010, se encontraron el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Gudio Westerwelle (FDP Partido Liberal) y Gaddafi en la Cumbre UE-Africa en Tripolis la capital de Libia. Fuente Berliner Zeitung (Copyright: dpa)




Berlusconi y Gadafi en la reunión en la cual paises europeos exigieron la apertura plena de los mercados africanos a las exportaciones europeas. Fuente Berliner Zeitung (Copyright: dpa)


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Muammar al-Gadaffi y su amigo Silvio Berlusconi quien ahora se desentiende




Encuentro Muammar al-Gadaffi con el Presidente de USA Barack Obama durante la cumbre del G-8 en el 2009. Primera vez que un Presidente de los Estados unidos estrechaba la mano del lider de la Revolución Verde. Fuente Berliner Zeitung (Copyright: dpa)




Mientras el dictador libio había sido tratado como un Paria*en el pasado, ahora estaba en la reunióndel G-8, como un huésped bienvenido y homenajeado - gracias a las reservas de petróleo más importantes del mundo. Hoy día vemos como es nuevamente condenado por sus anteriores amigos. Fuente Berliner Zeitung (Copyright: dpa)

domingo, 6 de marzo de 2011

El Mercosur es “antinorteamericano”

Un documento secreto del Departamento de Estado al que tuvo acceso Página/12 por filtración de Wikileaks revela el temor estadounidense ante la consolidación de un bloque regional que incluya también a Venezuela

Por Martín Granovsky


Por primera vez sale a la luz un documento del Departamento de Estado de los Estados Unidos que califica al Mercosur como un organismo “antinorteamericano”. No consta en los archivos públicos ninguna mención en ese sentido por parte de una autoridad del Departamento de Estado. El documento al que tuvo acceso Página/12 por filtración de Wikileaks revela el contenido de una reunión de embajadores estadounidenses en el Cono Sur realizada en Río de Janeiro.

Según el texto final del encuentro, la clave que según los Estados Unidos cambia la naturaleza del Mercosur es la decisión de incorporar a Venezuela a los cuatro miembros originales: la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

“La entrada de Venezuela en el Mercosur altera claramente el balance y la dinámica de la organización”, dice el texto. “Mercosur gradualmente fue transformándose de una unión aduanera imperfecta en una organización más restrictiva y antinorteamericana.”

La reunión se realizó durante dos días, el 8 y el 9 de mayo de 2007 en Río de Janeiro. El cable con el resumen fue clasificado como secreto el 17 de mayo por el número dos de la embajada en Paraguay, Michael J. Fitzpatrick. Su título original es “Conferencia: una perspectiva del Cono Sur sobre la influencia de Chávez”. Participaron los embajadores norteamericanos en Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile, y el cable agradece los aportes de la embajada en Bolivia.

Casi cuatro años después del encuentro cobra aún más importancia que haya sido un diplomático destinado en Paraguay el encargado de calificar el grado de confidencialidad de la reunión. El protocolo de adhesión de Venezuela fue firmado en marzo de 2006. Pero hasta hoy no entró en pleno vigor porque un país solo pasa de ser asociado a miembro pleno cuando los Parlamentos de los países que ya son miembros ratifican la decisión de los poderes ejecutivos. Lo único que falta para la entrada de Venezuela es, hoy, la ratificación del Senado paraguayo.

En la última reunión de Mercosur (Foz do Iguaçú en 2010) la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo que “la incorporación de Venezuela al Mercosur, además de aportar su generosidad, va a ayudar estratégicamente a consolidarnos en uno de los frentes más importantes de este siglo, el energético”. Cristina dijo confiar “en los hermanos de Paraguay”, destacó el Mercosur como un bloque que permitió dejar “atrás una hipótesis absurda como el enfrentamiento entre la Argentina y Brasil” y añadió que el peso de los mercados internos de los países permitió “superar la crisis global más importante desde 1930”.

El atractivo de Chávez

La conclusión final de los embajadores es que “la campaña de Chávez para expandir su influencia en el Cono Sur es multifacética, y descansa en buena medida pero no totalmente en una generosa asistencia energética y en acuerdos de inversión”. Concede que la figura de Chávez puede ser “atractiva para muchos de los desposeídos de la región, que todavía esperan que la globalización les aporte los beneficios del libre comercio y el gobierno verdaderamente democrático”.

Según el cable, “al integrar a Venezuela a las instituciones existentes y al crear nuevos organismos regionales, Chávez busca que el Cono Sur siga esa idea”. ¿Qué resultados habría producido la supuesta campaña del presidente venezolano? “Pocos países han probado ser capaces de resistir el atractivo de la ayuda venezolana y de sus paquetes de inversión.” Para fortuna de los críticos de la integración venezolana, “a la vez que la influencia de Chávez en la región se expandió significativamente, los líderes regionales sospechan de sus motivos y objetivos”. Muchos de esos líderes “coinciden con su mensaje de que el Cono Sur, y sobre todo Sudamérica, deben establecer una identidad separada respecto de la hegemonía norteamericana, pero no se sienten cómodos si son usados”.

Una frase de los embajadores indica el estado del diagnóstico estadounidense: “Los Estados Unidos no pueden esperar que los líderes de la región acudan en nuestra defensa”.

Y después del diagnóstico viene la recomendación: “Necesitamos convencernos de la necesidad de implementar una estrategia transparente para la región”. Sigue así el texto: “Nuestra idea de comunidad de naciones democrática e inclusiva que asegura la perspectiva de un futuro más próspero para sus ciudadanos es la respuesta correcta a Chávez”. Los participantes también pidieron “más herramientas y recursos” para contrarrestar lo que define como “esfuerzos políticos de fisurar la democracia, diseñar estrategias económicas para estrangular el comercio libre, la politización del Mercosur, la expansión de lazos en el área de Defensa y la campaña en los medios de comunicación masivos”.

País por país

Los diplomáticos congregados en Río de Janeiro se manifestaron convencidos de que existe una campaña pública de Chávez y otra clandestina, de suministro de fondos, y analizaron la posición de los gobiernos de Sudamérica en detalle.

En el caso argentino, un dato clave es el hecho de que, según los participantes, “una encuesta realizada en diciembre de 2006 arrojaba que Chávez era popular para el 52 por ciento de los argentinos” y que la imagen de los Estados Unidos no era popular. Al mencionar a Néstor Kirchner, presidente de la Argentina al momento de la reunión, el cable dice que “Kirchner intentó distanciarse públicamente de la posición antinorteamericana de Chávez y trató de mantener la percepción de una línea más independiente para resultar potable al votante medio, pero su estrategia económica claramente busca lazos más estrechos con Chávez en comercio y finanzas y procura posicionarse a sí mismo entre Lula y Chávez en el espectro regional”. En la visión estadounidense, Kirchner intentaba balancear la relación con Chávez. “Esto es evidente en el apoyo de Kirchner y su esposa hacia la comunidad judía de Venezuela y, simultáneamente, que se hayan abstenido de cualquier llamado en favor de la libertad de prensa en el caso de RCTV, por ejemplo.”

“Aunque Kirchner comparte alguna de las posturas izquierdistas de Chávez, es más bien un pragmático”, dice el texto. Y nombra los préstamos por 4200 millones de dólares concedidos a la Argentina.

El cable consigna que “lo que llevó a Brasil a apoyar la admisión de Venezuela en el Mercosur fue la creencia de que Chávez podría ser controlado más fácilmente si estaba dentro del organismo que si se lo dejaba a su propia inspiración fuera de él”. El documento pone en cuestión esa idea con dos ejemplos. Uno, que Chávez alentó a Evo Morales a nacionalizar Petrobras en Bolivia. Otro, que Chávez le disputa protagonismo a Lula en las reuniones de Mercosur.

“Esa fricción brinda una oportunidad”, analiza (y parece esperanzarse) el texto que clasificó Fitzpatrick en 2007. Obviamente se refiere a una oportunidad para los Estados Unidos de erosionar las relaciones del bloque sudamericano.

Sin embargo, cuando Morales nacionalizó el petróleo, nacionalizó también Petrobras, y no solo Petrobras. Brasil se irritó por la ocupación militar de las plantas pero un diálogo entre los dos países solucionó el diferendo.

Tampoco hubo, finalmente, una disputa de protagonismo entre Lula y Chávez, a tal punto que el entonces presidente brasileño siguió impulsando la entrada de Venezuela al Mercosur. El Senado brasileño la ratificó en 2009, con Lula presidente. Y su sucesora, Dilma Rousseff, dijo en enero último en una entrevista con medios argentinos, entre ellos Página/12, que “Venezuela es un gran productor de petróleo y gas”. Opinó que “tiene mucho que ganar entrando al Mercosur, y nosotros con su presencia”. También tocó la cuestión del liderazgo, pero la despersonalizó mientras ponía la cabeza de la región en un plano binacional argentino-brasileño por tamaño y desarrollo económico. “Hasta para los otros países es absolutamente importante que Brasil y la Argentina estén juntos porque no es una relación de hegemonía la que Brasil y la Argentina se proponen en relación con el resto de América latina”, declaró.

En la visión norteamericana de aquel momento, otro tema a seguir de cerca eran los contactos militares venezolanos, y en el caso de Bolivia, los presuntos contactos en el área de Inteligencia.

Incluso Uruguay aparece sospechado, porque según el cable los temas de Seguridad del entonces presidente Tabaré Vázquez los llevaba día a día su hermano Jorge, “un ex miembro de la guerrilla OPR-33”. Vázquez, subsecretario del Interior, habría trabajado según los Estados Unidos con “agentes del servicio secreto reclutados bajo el paraguas de la (central sindical) PIT-CNT, dominada por el Partido Comunista, y entrenados en Caracas y La Habana”.

En verdad, la OPR-33 fue más libertaria que comunista y en la PIT-CNT hay también peso de socialistas y del Movimiento de Participación Popular del ex tupamaro Pepe Mujica. Jorge Vázquez es el mismo que denunció en Uruguay una campaña en su contra. Dijo que había sido falsamente acusado de almacenar armas para Irán en combinación con Venezuela.

martin.granovsky@gmail.com

Quien Vive, Quien Muere


Lenin Cardozo*

La razón de ser de todo ambientalista o pensador del siglo XXI, es defender el derecho al disfrute del don de la vida, de todas las especies que habitan en el planeta. Y como primer objetivo de vida, será el de desafiar ese razacentrismo de la humanidad, que se ha abogado el derecho de decidir quién vive y quien muere en este planeta.

Entre nosotros mismos, inventamos creencias, supuestos buenos modos de vida y a partir de ahí, regimos comportamientos, castigamos o aplicamos las penas de muerte. En el Oriente Medio, por ejemplo, si la mujer ve televisión sola, o si tiene pareja sin matrimonio o simplemente decide tener sexo, eso le conlleva a castigos que van desde 100 latigazos o morir apedreada en alguna calle de esos pueblos. En nombre, de unas supuestas reglas “superiores” de convivencia, escritas hace siglos, se quitan vidas. Igual con la muerte se castiga a quienes participen en protestas o se señalen de disidentes.

También matamos si tenemos religiones distintas, o ese ha sido el argumento para “justificar”, los genocidios entre los pueblos de la ex Yugoslavia, por nombrar un caso reciente. La palabra escrita en un libro, que data de una cosmovisión absolutamente desfasada de la actual realidad, tiene el poder de someternos, o de eso se valen para reducirnos. O si políticamente, en regímenes de gobierno no democráticos, no se evidencian lealtades absolutas. Ejecuciones extra sumariales, es lo común, cuando se detenta el poder por la vía de la fuerza o por la autoridad concebida a supuestos linajes otorgados por la gracia divina. Reyes, príncipes, emperadores, presidentes o generales vitalicios, con un simple susurro a uno de sus asistentes, decide el tiempo de vida de quien lo perturbe.

Hay regiones en África, donde el costo de una bala es superior a la vida de una persona. La letal unión de la pólvora con el plomo, ha matado a más personas, que la sumatoria de todas las muertes ocurridas por catástrofes y epidemias en ese continente. Y las mutilaciones hechas con machete en mano, de un año cualquiera de las década pasada, supera a todas las cabezas que rodaron a lo largo de la revolución francesa. Por supuesto que las otras especies deben temblar ante nuestra presencia. Cientos de elefantes mueren, para sustraerles sus colmillos, y miles de otras especies por el turismo de caza.

En algunos países del Asia, las muertes extra sumariales por disidencia política, supera con creces a las muertes ocurridas en la ocupación de Irán, solo que se ocultan, el control de los medios de comunicación, lo silencia. Se preserva así, el disfrute de pocos matando a muchos. En cuanto a las otras especies, decenas de miles de delfines al año, son capturados para transformarlos en sushi. Un mismo destino sufren miles de tiburones, donde el mayor interés es cortarle su aleta dorsal para hacer la “famosa” sopa de aleta de tiburón. En los últimos 20 años, en el océano pacifico la población de ballena se redujo a un 20%. Igual y sin ningún remordimiento, algunos pueblos costeros del Pacífico, usan de carnada para pesca, perros vivos atravesados en sus mandíbulas por sendos anzuelos.

Al norte de Europa, en los Países Bajos, se matan a cientos de una variedad de delfines, en un evento de carácter público, para seguir con una tradición y demostrar la hombría entre los jóvenes. Mundialmente esa actividad se le conoce como la “marea roja”. Así mismo, los atuneros europeos sobrecazaron al atún rojo, dejándolo en la lista de especies en vías de extinción. También y sin palabras, el acuerdo hecho entre Canadá y China para exportar grasa de foca. La matanza de estos indefensos animales, lejos de detenerse, ahora el interés por su grasa compromete su existencia, eliminando a su vez, a uno de los nutrientes claves en la cadena alimentaria de los osos polares.

En Occidente criamos para nuestro consumo: vacas, caballos, cerdos y burros. En la India, para suerte de esas especies, las veneran. En Norteamérica, la caza furtiva, redujo las poblaciones de búfalos y pumas a pequeñas granjas y zoológicos respectivamente. En Centroamérica, cada vez se reduce más la población de tortugas marinas, debido, a que las playas utilizadas por esta especie para su desove, es intervenida por muchedumbres sin control, que buscan sus huevos con fines comerciales.

Sobre los animales aceptados como mascotas, sus expectativas de vida dependen de quien las protejas. Ahí la impunidad es absoluta a la hora de decidir si viven o mueren. Y en cuanto al resto de la fauna, la super poblada raza humana pareciera que tiene la vil misión a futuro, de acabarla, sin excepción. Si no los matamos directamente, intervenimos sus hábitats, dejándoles sin alimentos, condenándolos así, a morir por inanición.

Nos matamos y matamos a las otras especies guiados por innobles sentimientos. Avaricia, codicia, lucro, soberbia, odio, venganza, celo, miedo a ser desplazados, placer y morbo al ver o sentir al otro ser acorralado, aterrorizado o en agonía.

Los humanos, nos autodistinguimos como los seres más inteligentes y superiores del planeta. Pero nos quedamos cortos, en nuestros halagos, nos falto, autocoronarnos también, como los más crueles y sanguinarios de la tierra. Ahí seguro, que ninguna especie nos ganaría!

*Lenin Cardozo (1960 es ingeniero, ambientalista y escritor venezolano). Estudios de postgrados en MBA, Gerencia Pública, Filosofía, Historia. Doctorado en Ciencias. Director Ejecutivo de los noticieros ambientalistas Canal Azul 24 y Blue channel 24. Fundador de la ONG AZUL Ambientalistas.

http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20110219/148387292.html